JM AIZPURUA
Lo dice de forma
relevante la Constitución78: España es un Estado social y democrático de
derecho. Social ¿qué es social?
Pues en su día
entendimos que era una sociedad en la que sus clases estaban en armonía y su
estructura social avanzaba hacia la igualdad. Era el paradigma de la social
democracia europeísta con su Estado de Bienestar, que frenaba al capitalismo
voraz para obligarle a contribuir a unos servicios societarios de sanidad,
educación, y bienestar social, que garantizaran la vida digna de la ciudadanía.
Creímos que además del 155, lo “social” era fundamento del nuevo tiempo 78.
¿Qué
significaba? Pues que entre un tanque y
una guardería estábamos por defender a la infancia, o las pensiones, o las
aulas y salarios de maestros. Primaba lo social.
Pero una jauría de
vampiros, que se autodenominan “liberales” nos revuelven el panorama y nos
dicen que “el mercado” manda y la constitución hace muchos brindis al sol. La
casta ya agotó sus tetas y necesita nuevos nichos de beneficio para lo que puso
sus ojos en aulas y hospitales y planes de pensiones. La destrucción de lo
social está en marcha. Métanse su mochila donde les quepa, pero sepan que han
dado un Golpe de Estado constitucional, de mayor rango que el “procés” y desde
su aparato político institucional donde hay un Defensor del Pueblo que nació
ciego, sordo y mudo.
Al menos no se
crean que somos necios.
La política digna
es la que trata de mantener la sociedad dentro de los límites razonables de
bienestar, con un motor empresarial y obrero que producen los beneficios
suficientes para que una labor fiscal y de redistribución aporten a las clases
no productivas la seguridad vital y el amparo a los que no obtengan salarios en
el mercado. Esto es un Estado Social.
Los lacayos de la
casta, disfrazados de liberales o conservadores, están sirviendo al
desmantelamiento del Estado del Bienestar. Sus promesas de bajadas de impuestos
son con el objeto de que bajen los recursos y no haya caudal suficiente para
atender las necesidades sociales. Los beneficiados por la bajada, los grandes aprovechados
y con casoplón, se ven satisfechos y les votan, cosa comprensible. Pero y ese
70% que tiene o tendrá necesidad de la acción social del Estado ¿cómo es
posible que les vote?
La casa Real, el
clero, el ejercito y FS, las Diplomacias, la Justicia, las Mamandurrias, todo
es antes que la sanidad, la educación y la ayuda a la necesidad. Así lo
entienden pulsera rojigualda en mano esta tribu de secesionistas sociales que
nos pretenden llevar a la sociedad yanqui, con sus mendigos cuando llegan a
viejos y no tienen sanidad ni pensión y se calientan por las calles en bidones.
No se distraigan
con el voto, no crean los programas que ellos mismos nos dicen que no los
cumplirán y son sólo un señuelo para ingenuos.
Paso a paso se hace
el camino, huyan por ahora de la derecha de tres caras, todas muy duras, y poco
a poco habrá que hacer que la izquierda vuelva a recuperar el sentido
consensual del 78, social democrático y territorial, para desde él, volver a
enfrentarse con los nuevos retos del siglo XXI, que ni son Venezuela ni
Cataluña, si no producción de trabajo bien pagado y seguro, y posibilidad de
vivir con dignidad la fase vital que corresponda, desde la infancia, madurez y
ancianidad, con la seguridad del amparo del Estado Social. El otro, el Estado
Liberal: se lo ponen a su abuela.
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