LA SOMBRA, 6. (NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ PADRON
Hoy en la mañana,
una mañana que parece risueña en el canto de los pajarillos le he dicho que su
hijo está vivo, qué está bien pero que no lo puede ver. Uhm…doctor ya está
totalmente recuperada, pronto será el juicio. De la clínica a juzgado, del
juzgado a la cárcel. Me ha mirado con cierta nota de tristeza, he presentido un
quejido en su reconditez aunque ella no sepa ¿cómo es la vida doctor? Esa pobre
mujer con sus torpezas, con sus vaivenes dislocados…no creo que sea culpa de
ella, aunque la ley es la ley. La han llevado hasta el fango otros…vaya a usted
a saber. Su familia, esos hombres de mirada afilada, de mirada de mortandad, de
mirada marmórea, de mirada neutral, de mirada gélida la habrán manipulado y así
ha terminado. Pero aun vive, le espera un largo recorrido. Quizás en la cárcel
se desintoxique, quizás allí se alimente de buenas tonadas para respirar de la
vida. Los años pasarán y volverá a la calle, ella tendrá tiempo de decidir lo
que desea, es joven aún. No dijo nada cuando le dije lo de su hijo, su hijo
está vivo. Una sonrisa alboroto su rostro repuesto, un suspiro emano en su
silencio, en su callada manera de resignación.
Me sorprendió y me dejo tranquila. Yo estaba muy nerviosa, no sabía como ella iba actuar. Sabe doctor, me da mucha pena, demasiada. No estoy preparada para estas cosas. Mire que me encontrado casos y casos, casos reales donde los críos han fallecido. Pero la mentira doctor…compréndame. El sol ha salido, se ve la isla de enfrente, esto quiere decir que va a llover. Por un momento nos deja un cierto respiro como ella en su calma. Después llegará la tormenta, una tormenta que no se avecina. Mientras seguimos en la cotidianeidad, ahora me tengo que ir, sigo con las pacientes. La enferma sale de la puerta del despacho del médico, el se queda solo, meditativo. Uhm, se dice, no sabe si la decisión tomada es acertada o no. Solo, piensa en la pesadez de su profesión, en lo difícil que es ante algunas situaciones. Uhm…ya llueve y con fuerza y con constancia y con severidad. Se queda mirando la ventana y observa como el agua engulle el asfalto, las aceras, todo lo que está a su paso. Uhm..piensa, no le gusta que la policía merodee entorno a él, al hospital. Aquí solo hay enfermos, gente recuperándose para lanzarse a la calle, a la vida. Uhm..se dice a si mismo, iré a ver la paciente María. Quiere saber cómo va a actuar en su presencia, quiere saber de sus palabras ante la noticia de que su hijo está vivo.
Me sorprendió y me dejo tranquila. Yo estaba muy nerviosa, no sabía como ella iba actuar. Sabe doctor, me da mucha pena, demasiada. No estoy preparada para estas cosas. Mire que me encontrado casos y casos, casos reales donde los críos han fallecido. Pero la mentira doctor…compréndame. El sol ha salido, se ve la isla de enfrente, esto quiere decir que va a llover. Por un momento nos deja un cierto respiro como ella en su calma. Después llegará la tormenta, una tormenta que no se avecina. Mientras seguimos en la cotidianeidad, ahora me tengo que ir, sigo con las pacientes. La enferma sale de la puerta del despacho del médico, el se queda solo, meditativo. Uhm, se dice, no sabe si la decisión tomada es acertada o no. Solo, piensa en la pesadez de su profesión, en lo difícil que es ante algunas situaciones. Uhm…ya llueve y con fuerza y con constancia y con severidad. Se queda mirando la ventana y observa como el agua engulle el asfalto, las aceras, todo lo que está a su paso. Uhm..piensa, no le gusta que la policía merodee entorno a él, al hospital. Aquí solo hay enfermos, gente recuperándose para lanzarse a la calle, a la vida. Uhm..se dice a si mismo, iré a ver la paciente María. Quiere saber cómo va a actuar en su presencia, quiere saber de sus palabras ante la noticia de que su hijo está vivo.
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