UNA DERECHA GROSERA
ANGHEL MORALES
La segunda parte
del debate a cuatro ha sido un verdadero desastre, si el de ayer lo valoré como
una mierda de debate, para el de hoy me quedé sin calificativos. Primero el
formato que se siguió hoy fue un verdadero desastre, los árbitros del partido
no estuvieron a la altura del partido, aunque viendo el nivel de los jugadores,
tendríamos que decir que sí. La derecha es que se ha vuelto grosera y mal
educada, yo creo que han perdido los papeles de una manera miserable. Tres
segundos tardó Rivera en llamar mentiroso a Sánchez, cuatro en recordarle su
pacto con los independentistas y cinco en sacar la tesis o trabajo de fin de
carrera de Sánchez para seguir llamándolo mentiroso y decirle que no se la
había leído.
Yo pensaba que estábamos en un debate electoral donde se iba a
hablar de programas y donde cada uno nos iba a explicar sus diferentes
posiciones, pero para la derecha todo vale y Casado y Rivera competían por ver
quien lanzaba los insultos mas fuertes, aunque a veces se olvidaban de que lado
estaban, porque terminaron insultándose entre ellos. Los moderadores no
supieron nunca poner orden, ni procurar que los candidatos se ciñeran a cada
tema en cada momento, sino que los candidatos se limitaban a hablar de lo que
les daba la gana, sobre todo los candidatos de la derecha que imitando a su
maestro Inda se limitaban a no dejar hablar y a recurrir a los insultos y a las
mentiras. Hasta Iglesias tuvo que recordarle a Albert Rivera que era un mal
educado y que ni sus propios votantes les gustaría tener un candidato tan mal
educado. Cuando se tocó el tema del aborto no nos enteramos cual era la postura
de Casado, porque se iba a los 80 para terminar hablando de la eutanasia, algo
que uso en muchisimas ocasiones cuando no tenía claridad en el tema que se debatía.
En cuestiones de economía o Casado no sabe de números o miente como un bellaco
y eso no lo digo yo, lo dicen las cifras reales que dejan en evidencia a las
cifras que aportaba el candidato pepero. La verdad que el premio a las noticias
falsas se lo llevo con toda claridad el señor Casado y el de la grosería sin
lugar a dudas se lo llevó Albert Rivera, que desde el minuto uno se dedicó a
interrumpir a sus rivales, a no dejarlos hablar y a reventar el debate con la
permisividad de los moderadores que no supieron estar nunca a la altura de las
circunstancias. Pedro Sánchez no estuvo a la altura de el día anterior, donde
salió mejor parado y eso que Pablo Iglesias le perdonó la vida en mas de una
ocasión no rematándolo como a un boxeador tocado. Le recordó porque no se
habían llegado a acuerdos en el pacto de Toledo y le dijo a Sánchez que en el
furo iba a pedir que se televisara. Les recordó también que la ley de eutanasia
no se había aprobado, porque todos los partidos allí presentes habían votado en
contra. Pablo Iglesias estuvo muy sobrio, respetando los tiempos de los demás,
llamando incluso al orden ante el cambio de libros entre Rivera y Sánchez o los
insultos continuos de sus rivales a los que dijo que se podían decir las mismas
cosas sin necesidad de insultarse. Iglesias recordó mucho a aquel muchacho del
2014, que razonaba y convencía con sus opiniones y desde luego creo que fue el
ganador claro de la contienda y esta opinión no es solamente mía sino que se la
he escuchado a muchos analistas de la contienda, se que para los seguidores de
cada uno, su gallo fue el vencedor, pero creo que el único que fue allí a
vender su programa y a intercambiar opiniones con sus rivales fue Pablo
Iglesias, el resto se perdieron en las mentiras, los insultos y la demagogia,
pero sigo diciendo que la derecha me resultó muy grosera y como decía el sabio:
TODO AQUEL QUE PARA DEFENDER SUS ARGUMENTOS PARTE DEL INSULTO Y LA
DESCALIFICACIÓN, LA POCA O MUCHA RAZÓN QUE TENÍA EN LA CUESTIÓN YA LA HA
PERDIDO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario