EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Sin lugar a
dudas algo no funciona y pareciera que no hay técnicos para solucionar el
desperfecto, en principio, en este paseo informativo, con sonrisa dibujada que
propongo en esta columna de opinión. La tensión de las relaciones entre
gobernantes de naciones de la denominada "aldea global", es solo una
simulación de un simulacro, instalado cual acto de liturgia de Bolsa de Valores
deshechables.
Contados
trabajadores de los medios de comunicación están luchando para poder seguir
siendo eso, medios de comunicación... pero, pareciera y no hay duda, que la
orden del día de los monolíticos medios es desviar la mirada hacia temas de
inseguridad o simplemente de los dioses del Olimpo de la farándula, hoy elevada
a cultura del Tercer Milenio.
Los semanarios
argentinos Gente, Caras, Hola, Pronto, Papparazzi, entre otros, dieron un giro
lingüístico a la historia de la ¿comunicación?, y la ficcionalizaron para
beneficio de inventario, con una puesta en relato de lo banal: una forma de
adoctrinamiento y lobotomía que el neoliberalismo reinante, utiliza, para
lograr llegar a la destrucción de la “elección estética” al servicio de la
libertad de expresión, hoy ausente. Las portadas vociferan para una comunidad
en estado vegetativo, romances inexistentes, festejos de Don Nadie, Doña
Ninguna, separaciones de seres que jamás han estado unidos, sin olvidar que
esto viene sucediendo desde hace décadas, es decir las hijas/os de estos don
nadie, don ninguno/a, cualquiera, continúan ad-infinitum, con el simulacro de
este teleteatro tosco, con los mismos espantosos personajes, sus intercambios
de ¿parejas? y ¿amores? a repetición. ¡Ah! y las infaltables fotos o filmes,
tomadas al acaso a alguna prostituta de ocasión, celebridad del día, al
servicio del poder, ¡que joder!
No olviden que
los que mandan saben de estas cosas y no están dispuestos a modificar nada.
¡Ah! Y no olvidemos a los paquetes turísticos del Lejano Oriente, desde donde
arribaron para cerrar el círculo Sri Sri Ravi Shankar, prohombre de la
respiración, como fuente de apnea y ONG oxigenada, con huestes de autómatas
fanáticos; fans sin rumbo que se autoestimulan nutriéndose de valores
semejantes a los de fans de cantante funcional al lavado de activos incopóreos
de gobiernos disfuncionales, en intensidad variable según los activos que se
manejen. El “eterno retorno”, lo denominaba el gran Nietzsche.
La
independencia de toda clase de convicciones y certezas, que llevan
irremediablemente a fanatismos y a creencias de temporada, son un freno a
nuestra libertad de acción y creación, de intentar nuevas formas de vida, en
comunidades sin tradiciones-base, para fundar al hombre nuevo, que soñaba el
Che, allá por los 60.
Ya no se
esconden para mentirte, lo hacen de forma descarada. Saben que usted
seguramente no hará nada por miedo, incapacidad o parálisis momentánea, por el
estupor de la realidad, que no es provisoria.
Intentemos que
la información vuelva a ser digna, un medio para mantenerse al día de lo que
realmente ocurre. Puede ser una tentación manifestar la verdad ante tanta
mentira, ¿no?
Ligeramente
seguirá habiendo indefinidas elecciones pero la clase política del mundo debe
ser suplantada por otra, con sabiduría, austeridad, humor, amor y solidaridad a
todos los que en fin formamos la comunidad planetaria. Vivir para ver sin la
ficción de valores que no dejarán resolver los ligeros problemas de
Uruguay-Argentina, de monitoreos, dragados, dólares, turismo, en fin.
Algunos sabemos
que lo trascendente no es prioridad en la agenda de los primeros mandatarios
del mundo. No lo olvidemos.
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