LATINOAMÉRICA, TIERRA DE FEMINICIDAS
ILKA
OLIVA CORADO
La violencia
emocional y física que vivimos las mujeres es
el pan nuestro de todos los días en Latinoamérica. Todos los días nos
acosan, nos insultan, nos golpean,
sufrimos violaciones sexuales, nos torturan, nos desmiembran y nos dejan tiradas en cunetas y campos
baldíos, como desperdicios en bolsas de
basura. Nos desaparecen en fosas clandestinas. Todos los días las mujeres
latinoamericanas enfrentamos el miedo y tenemos que vencerlo para salir de
nuestras casas e ir a estudiar y
trabajar. Pensar que está latente que ése sea el último día que veamos a
nuestra familia, porque algo nos puede suceder en el camino. Niñas y
adolescentes están en peligro constante debido a la vulnerabilidad de la edad y, a la amenaza que representa una sociedad
enferma de patriarcado e insensible ante
la violencia de género.
Latinoamérica,
tierra de feminicidas
¿En qué momento
nos convertimos en ésta porquería de población? ¿En qué momento nos deshumanizamos
así? ¿Cómo llegamos a sobrepasar los límites del respeto y hemos ahondado las
raíces del patriarcado y la misoginia
que nos exterminan a pasos agigantados?
Los
feminicidios son algo muy apartado de la
violencia común. Son en específico misóginos y llevan intrínseco el odio hacia
el género femenino. Muy de la mano van los transmicidios que llevan su fuerte
dosis de homofobia, transfobia y
lesbofobia agregada al odio hacia
el género femenino; es alarmante la cantidad
de asesinatos de personas transexuales que se dan en el continente y que
al igual que los feminicidios quedan en absoluta impunidad. Y es que si nos va como nos va, a las mujeres
transexuales la violencia del patriarcado y el machismo las invisibiliza aún
más y en esa exclusión los abusos se
multiplican, ajenos a nuestra insensibilidad como sociedad: podrida,
patriarcal, misógina, fanática, carente de toda moral e inhumana.
Cada vez que
nos enteramos de la desaparición de una niña lo que decimos es que tenía corta
edad pero que se comportaba como una mujer vivida. Y con esto le restamos
importancia a su desaparición. Si es adolescente o mujer, lo primero que
decimos es que de seguro se fue a coger con el novio o el amante. Que de seguro
era de cascos ligeros y que se fue huida con algún enamorado escondido que
tenía. Que se fue por puta. Y todo el
ataque es hacia su sexualidad, que dicho sea de paso tiene todo el derecho de
disfrutar con libertad y no ser juzgada por eso.
Si esa
desaparición de por sí trágica, se convierte en la noticia de un feminicidio, entonces decimos que se lo
tenía merecido por puta. -¿Desde cuándo ser puta es un delito? Todas las
mujeres lo somos. Y vivir la sexualidad en
plena libertad no es razón para ningún tipo de señalamiento y abuso, mucho menos para una violación y
feminicidio-.
Pero, ¿cómo
llegamos a este nivel de violencia hacia la mujer?¿Dónde comienza? Desde el momento del nacimiento y cuando
quien recibe a la criatura dice: “es una niña”.
Y equivocadamente continuamos con los patrones patriarcales de los roles
por género, y seguimos con las normas
machistas y misóginas que rigen nuestra sociedad. Un papel primordial juega la
iglesia en la violencia de género, la propaga, la apoya y la acredita.
La enorme
irresponsabilidad de los medios de comunicación sensacionalistas que ayudan a propagar el machismo, la
misoginia y el patriarcado.
La pregunta es,
¿cuándo vamos a comenzar a cambiar los patrones y a erradicar el patriarcado y
la cultura de la violencia de género? ¿Cuándo vamos a dejar de propagar y
secundar el acoso callejero, la violencia emocional y física? ¿Los abusos
sexuales y los feminicidios? ¿Cuándo vamos a dejar de castigar, señalar y
desvalorizar a una mujer por vivir su sexualidad en plena libertad y con todo
el derecho que tiene como ser humano?
¿Cuándo vamos a
entender que cuando una mujer dice no es no y que no hay derecho a abusarla por
eso?
¿Cuándo vamos a
entender que una persona tiene derecho a elegir cómo vivir y no por eso tenemos el derecho a denigrarla, abusarla y
asesinarla? Peor aún, solapar ese abuso amparados en religiones, patrones
inhumanos y la doble moral.
¿En qué momento
las mujeres vamos a dejar de atacarnos unas a otras, unas por santas y las
otras por putas beneficiando con esto al patriarcado que nos oprime? ¿En qué
momento vamos a dejar de ser esta porquería que infesta a Latinoamérica y nos vamos a convertir en seres humanos que
se respetan unos a otros en la hermosa diversidad? ¿En qué momento hombres y
mujeres vamos a dejar de ser machistas, misóginos y patriarcales? ¿En qué
momento vamos a dejar de orar y dejarle todo a Dios y a exigir justicia por los abusos sexuales
y feminicidios que se engavetan en
absoluta impunidad?
¿Cuándo será el
día en que nos liberemos del patriarcado y seamos por fin una sociedad que
respeta las diferencias de género y de toda índole y que se acepte diversa?
No
esperemos a que la violencia, la tragedia y el dolor, nos toquen de cerca y se
queden a habitar en nuestras vidas para siempre, empecemos hoy: erradiquemos la
cultura de la violencia de género.
Audio:
https://soundcloud.com/ilka-oliva-corado/latinoamerica-tierra-de-feminicidas
Blog de la
autora:
https://cronicasdeunainquilina.com/2016/10/08/latinoamerica-tierra-de-feminicidas/
Ilka Oliva
Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
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