APUNTES PARA UNA REFLEXIÓN ETNOMUSICOLÓGICA. ED. AGUERE
JOSÉ D. MÉNDEZ
Roberto Cabrera
(Santa Cruz de Tenerife, 1954) es un hombre polifacético. Escritor, profesor de
Filosofía y Licenciado en Ciencias de la Educación, su vocación es la de músico
e investigador de la historia de la música en Canarias. Este "viejo
rockero, componente del mítico grupo de jazz Gato Gótico y director de
"Acorde", la revista de las bandas de música de La Palma, acaba de
publicar el libro "Apuntes para una reflexión etnomusicológica", en
el cual pretende acabar con algunos tópicos. "El primero -explica- es la
supuesta pobreza de la música canaria, algo que carece de toda base científica;
al contrario, en pocos lugares hay tanta riqueza y variedad de repertorio".
Cabrera apunta en
su obra novedosas teorías como, por ejemplo, que "los primeros pobladores
de las Islas Canarias pulsaron instrumentos de cuerda como demuestra el hecho
de que tuvieran un dedo especialmente adaptado para tirar con el arco".
Además, defiende que el compás del baile guanche "El Canario",
exportado a Europa tras la conquista castellana, se encuentra actualmente en
vigor en los mejores repertorios de los musicales de Broadway.
Cabrera ha sacado
asimismo a la luz la presencia en la Lousiana de 1918, en los albores del jazz,
de un gran clarinetista de origen canario, Alcide "Yellow" Núñez,
miembro original de la Diexeland Jazz Band de Nueva Orleans y pionero de la
nueva música.
Este estudioso
aproxima al lector con esta obra a la actualidad etnomusicológica, a la música
de tradición oral, "fundamental en Canarias", y a la antigua lengua
de los aborígenes. En el libro se pueden encontrar los avatares de la
disciplina antropológica, la importancia de la reconstrucción histórica y el
tratamiento debido a los rasgos culturales que se estudian. "Mi intención
al escribir este libro era tratar de rendir homenaje a los historiadores,
etnólogos, músicos, antropólogos y etnomusicólogos de las islas, en relación a
las dificultades con las que suelen encontrarse debido a la escasez de
materiales en torno a estos temas", explica el autor.
"Pretendía
ensamblar las experiencias musicales que hemos tenido y buscar una explicación
para la fusión de las músicas contemporáneas con trasfondo canario",
indicó Cabrera.
El Canario
Si hacemos un
repaso historiográfico de esta danza canaria encontraremos que el Canario
palaciego podría arrancar de alguna mascarada de los tiempos de Felipe II
cuando a los "salvajes" que intervenían se les imputaba naturaleza de
canarios, secundados por otros participantes disfrazados de reyes moriscos.
Estamos en los alrededores de 1565 como bien refiere el etnógrafo canario José
Hernández Morán. O en 1570 en tiempos que que Cesari Negri preparaba los balli
en honor de la infanta Isabel Clara Eugenia y de la reina Margarita.
Caroso publicó su
estudio en Venecia hacia 1581 manteniendo su vigencia durante casi 200 años,
continúa Hernández Morán, y Arbeu describió con más precisión sus pasos hacia
1589. Otras publicaciones pudieran ser estas: 1724 Antohny L´Abbè. en Francia,
para la Ópera de París y en 1725 en Londres, Inglaterra por Thomas Betterton
quien la estrenaría en el Inn Fields de Lincoln. Mencionada en A New Collection of
Dances. Londres 1725 "The Canary, a new dance for the year 1724".
Más recientemente
mencionada por: Mabel Dolmetsch. Londres 1954 en Dances of Spain and Italy
1200-1600; Susana Friedman "Viajes y mutaciones de una danza del
Renacimiento" 1976. Colombia; la etnomusicóloga Roberta Freund Schwartz,
de la Universidad de Kansas, EEUU o Rixchard Hudson "New grove´s
Diccionary of Music and Musicians, 1980.
Su música ha sido
escrita para vihuela, guitarra y clavicémbalo. Y sus pasos han sido descritos
divididos en secuencias de batimento con pasos seguidos, cambiantes, de cadencia
y cabriola. Y de deslizamiento: spezzatos, fioretto o schiciato. La pareja o
parejas hacen 3 paseos: de apertura, de conjunto y de cierre y cuatro
variaciones del caballero y la dama entre ellos.
@ Roberto Cabrera
aulapress@gmail.com
El Vigía Editora/Gato
Gótico a.c
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