“NI UNA MUJER
MENOS, NI UNA MUERTA MÁS.”
POR
ILKA OLIVA CORADO
Si vamos a hablar de violencia de género en la música ahí
está claramente Romeo Santos y los exponentes de hoy en día en la bachata, lo
disfrazan de romanticismo pero la letra es violenta y denigra y cosifica a la
mujer. Ricardo Arjona que tiene canciones misóginas y que menosprecian a la
mujer.
No es culpa del reguetón.
Cuando
era adolescente escuchaba que decían que el culpable de tanta depravación en la
juventud era el desgraciado de El General por sus canciones provocadoras. El
General es el cantante panameño que puso a la generación del noventa a menear
las caderas con el reggae de ritmos callejeros. Efectivamente la letra de sus
canciones son la viva violencia de género, no en sí la música, la música cada
quien la baila como quiere. Cómo olvidar las maldiciones que le echaron a La
Lambada acusándola de incitar a la degeneración. A la famosa Sopa de Caracol
también le llovió.
Hoy
en día escucho que dicen que la depravación de la juventud es culpa del
miserable reguetón que es la perdición. También es cierto que la letra del
reguetón denigra en todo momento a la mujer y la coloca como objeto sexual,
siendo esto una clara definición de violencia de género. Los ritmos son pasión
y cada quien vive sus pasiones como quiere, la música en sí nada tiene que ver
con la violencia de género. Que las personas sigan modas es cosa aparte.
Lo
que sucede con el reggae y el reguetón de exponentes como El General es que
dicen las cosas con el lenguaje claro de barriada, desnudas sin moldearlas,
directas. Ellos lo único que hacen es pasar a canciones el lenguaje de diario
en las periferias donde vive la juventud estigmatizada por el sistema y el
clasismo. No se les puede satanizar y decir que son ellos los únicos culpables
de la violencia de género. Eso es etiquetar a la juventud de periferia porque
esos cantantes vienen de ahí del inframundo.
Si
vamos a hablar de violencia de género en la música ahí está claramente Romeo
Santos y los exponentes de hoy en día en la bachata, lo disfrazan de
romanticismo pero la letra es violenta y denigra y cosifica a la mujer. Ricardo
Arjona que tiene canciones misóginas y que menosprecian a la mujer y la colocan
como un cuerpo a abusar en cualquier lugar, todo esto disfrazado de romanticismo
y de poesía barata.
El
género ranchero, el pop, las baladas, en todos los géneros hay canciones que
cosifican a la mujer, que la ultrajan. Por supuesto que el reguetón también
pero no se puede culpar al reguetón con toda la intención de denigrar su origen
y a quienes lo bailan que son las mocedades de las barriadas. Si vamos a hablar
de violencia de género destapemos todos los focos: la televisión, la radio, el
sistema. La familia, la escuela, la comunidad, la iglesia. La violencia de
género la reproducimos todos, unos por hacer y otros por callar y con esto
solapar. Está en el cine, las telenovelas, en las actitudes machistas y
misóginas con las que nos crían. Culpar al reggae y al reguetón es denigrar a
la juventud de periferia. La violencia de género está en todos los niveles de
las clases sociales, es más cubierta en las altas esferas por el qué dirán,
pero ahí también existe.
Si
desaparece el reggae y el reguetón la violencia de género continuará porque los
cimientos están en nuestros hogares, los continuamos en la escuela y en la
comunidad y así se van extendiendo los tentáculos. La violencia está en esos
chistes misóginos que hacen los hombres y con los cuales las mujeres también
reímos solapándolos con nuestra diversión.
La
violencia de género es negar que las mujeres tengamos el derecho a abortar.
Violencia de género es aceptar las
violaciones como normal o acusar a las víctimas de incitar. Es negarnos
los Derechos Humanos. La violencia de género tiene innumerables rostros venir y
culpar al reguetón es no comprender la magnitud del problema y encapsularse en
estereotipos. Los feminicidios no los genera el reguetón, sus causas vienen de
esa raíz machista y patriarcal que nos tiene infestados a todos en todos los
ámbitos de la vida y de la sociedad. Violencia de género son los mal llamado
piropos callejeros. Son las miradas lascivas. Son los comentarios y las
acciones sexistas. Las violaciones sexuales que se ejercen desde la
superioridad de un puesto de trabajo, un título de universidad, un lazo
consanguíneo, todas desde la inferioridad de un ser mezquino. Para hablar de
violencia de género tenemos que vernos en un espejo. No estoy defendiendo el
regué ni el reguetón porque sus canciones son misóginas, pero también lo es el
sistema patriarcal en el cual todos estamos inmersos.
Ilka
Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Julio
de 2015.
Estados
Unidos.
Fuente:
Crónicas de una Inquilina.
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