Aquiles García Brito
El
pasado mes de abril la Editorial Aguere, de Santa Cruz de Tenerife, me pedió, en mi calidad de poeta y escritor, que
presentara el libro La leyenda de la escritora de haikus, y acompañara a su
autora, Graciliana Montelongo Amador, en ese acto tan importante para ella.
En
la mitad de esa primavera, al fin nada florida, así lo hice en la Biblioteca
Pública del Estado, justo el mismo día en la que la naturaleza quiso privarme
del más preciado fruto que pueda dar.
Natural
de La Laguna, estudió y se dedicó al turismo mientras creaba, al modo que nos
ha ocurrido siempre a los escritores, músicos, pintores, escultores, etc, salvo
honrosas excepciones, como nos recuerda le pasó a Juan Marsé durante treinta
años, por ejemplo, el artículo La muerte del escritor de clase media, publicado
por El Confidencial en su apartado de cultura, semanas atrás. Y digo «creaba» y
no «escribía», en concreto, porque Graciliana es una artista polifacética que
ha venido desarrollando una amplia actividad como pintora, ilustradora ,
conferenciante, y poetisa.
Como
pintora ha expuesto su obra en el
Orfeón la Paz, Casa de la Cultura
en La Laguna, sala de arte Sebastián Pérez Enrique, en el Liceo Taoro, Biblioteca de la Matanza,
Biblioteca de Candelaria, Biblioteca Viera y Clavijo de los Realejos, Sala La
Madalena en Icod, Casa de la cultura Tacoronte, Casa de la cultura Los Realejos, Caja Rural de
Santa Cruz, Casa del Vino Tacoronte, Espacio Cultural el Tanque, en Santa Cruz,
Sala de arte Aperitivos Visuales, entre otros.
Parte de dicha obra, está repartida por toda España. Fue finalista en el
concurso de pintura Óscar Domínguez de Tacoronte, año 2007.
Ha
ilustrado los libros Cimientos, del libro gigante del festival de los Silos, Madreselva
y Drago. También ilustró
la revista Cartonletra y la revista Mnemósyne.
En
otro orden de cosas es columnista del diario La opinión y tertuliana en
un programa de Radio Realejos, donde reside actualmente.
Como
escritora resultó ganadora de un diploma, en el concurso internacional de relato breve en Limache, Chile, el 14 de
junio del 2012, escribe relatos y poemas a petición de distintos organismos
oficiales y participa con su obra escrita en diferentes festivales y
eventos en la isla de Tenerife. En
septiembre de dos mil doce publica su
primer libro La leyenda de la escritora
de haikus, al que me estoy refiriendo.
El
haiku o haikú (pronunciación preferida por Maximiano Trapero), término que
procede del inglés haiku, y este del original japonés, es una
forma poética importada del Japón, de tres versos de cinco, siete y cinco
sílabas, sin rima marcada, que contiene un pensamiento y que se parece a lo que
se dice hablando, sobre cualquier temática cotidiana, sea casual o
trascendente, honda o trivial, además de una imagen o agudeza conceptual en
alusión a la naturaleza.
El
haiku ha ejercido en etapas del siglo XX una especie de fascinación sobre
muchos poetas occidentales, entre ellos los muy importantes y famosos poetas
«hispanos» Machado, Borges, Octavio Paz o Benedetti. Incluso algunos poetas
canarios también han incursionado en su práctica, como José María Millares
Sall, Sebastián de la Nuez, Lázaro Santana,
y lo han cultivado, como Javier Cabrera:
Móvil
la duna
trampea
en el arenal :
lenguaje
y duda
(Javier
Cabrera -Desierto – Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria – 1994)
De
apariencia tan sencilla, su transposición a otro idioma como es el caso del
español, resulta complicada, lo cual no quiere decir que no sea posible o no se hayan escrito
haikus perfectos en nuestra lengua:
Volver
al patio
al
pequeño escondite
donde
soñamos.
(José
María Millares Sall)
pero
sí que en la importación se han producido variaciones y cambios formales y temáticos
inevitables y, a mi modo de pensar, muy deseables, de adaptación a nuestra realidad occidental,
con un fin utilitario. Como dice un
magnífico haiku de nuestra autora:
En
la pradera
Habitan los
poemas
Ojean los hombres.
(Graciliana
Montelongo)
Por
tanto, no siendo nada nuevo su presencia
en nuestras letras ni siquiera en sus maneras menos ortodoxas, ¿qué aportan en la obra que nos ocupa?
En
La leyenda de la escritora de haikus, de Graciliana Montelongo Amador, fruto de la reunión de las tres disciplinas
artísticas antes mencionadas, narrativa, poesía y pintura, al ser suyas también
las ilustraciones del volumen, los haikus aparecen como perlas esparcidas en el
bosque encantado del cuento con apariencia de leyenda oriental que es, en
realidad, este libro, no caprichosamente sin embargo, como cabría esperar en un
medio natural, pues aquí ni las hojas de los cerezos caen al libre albedrío
De
pronto se levantó una extraña brisa e hizo descender del árbol pétalos de flores, formando en el cuerpo de
Moriko un manto de color púrpura
sino
como versos de un haiku mayor y total que vendría a ser la propia narración, cargada de frases
cortas, imágenes, símbolos, y profunda meditación sostenida en lo simple, si
hacemos lo que dijo León Felipe
Deshaced
este verso,
quitadle
los caireles de la rima,
el
metro, la cadencia,
y
hasta la idea misma,
aventad
las palabras,
y
si después queda algo todavía,
eso
será la poesía
Eso
es lo que encontrarán, como me ocurrió a mi, cuando lean este libro, como les aconsejo: poesía, a veces con
medida, a veces desprovista de ella, sin la formulación de grandes ideas, si
las hubiera mayores que la asunción del
transcurrir del gran río que a todos nos arrastra y a todos nos deposita en
algún momento de su cauce, en ocasiones
con palabras, otras con dibujos, en los párrafos del relato, en las
intervenciones de Moriko, la protagonista, quien se expresa a través de los haikus, pero siempre
presente, incluso cuando pasamos la última página y cerramos la cubierta.
Y
será como dicen que cuando llegue el otoño los árboles regalarán hojas con
haikus grabados al caminante, pero aquí, situados en Gran Canaria, donde la
estación cromática rara vez nos visita, yo prefiero sentarme en un noray del
Puerto de la Luz y entretenerme observando este fajo de hojitas que alguien se
ocupó de recoger y reunir para nosotros en la laurisilva de la isla hermana.
Aquiles
García Brito, Las Palmas de Gran Canaria, a 4/agosto/2013
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