¿ALGO QUE
ALEGAR?
ALEGAR?
Movimiento por la
Unidad
del Pueblo Canario
(Movimiento UPC)
(Movimiento UPC)
El arrogante y prepotente ministro del petróleo, perdón, de
industria y turismo, ha abierto un plazo de cuarenta y cinco días para hacer
alegaciones a la evaluación de impacto ambiental encargado por la petrolera
Repsol a la empresa denominada, demagógica y torticeramente, Alerta Medio
Ambiente y que, según ha trascendido, también está involucrado personal de la
universidad española en Las Palmas.
El tal ministro, “cuyo nombre preferimos no recordar” parodiando
la quijotesca novela, al servicio del más rancio colonialismo español, se presentó en
la metrópoli alardeando de que “Canarias tiene petróleo y del bueno”, al tiempo
que se le arrugaba la frente y no se le movía ni un solo engominado y teñido
pelo, todo a la vieja usanza caciquil, afirmando también el ministro que no se
olvidaría de Canarias, lo que, para escarnio de todos nosotros, ha cumplido a
rajatabla.
Coincidieron en el tiempo, casualidades o no, las desavenencias
de la petrolera Repsol con el gobierno argentino, en las que el susodicho
amenazadoramente sentenció que “cualquier hostilidad contra empresas españoles
se consideraría una hostilidad contra el gobierno de España”, sin ponerse
colorado ni nada, pues siente “debilidad” el ministro particularmente por la
citada petrolera.
Repsol gastó al menos 2.2
millones de euros en el impacto ambiental que se extendió a lo largo del mes de
mayo de 2013 y según el mismo encontraron un tiburón quelvacho, tres ejemplares
de merluza canaria y un cangrejo ermitaño, no quedando claro si la evaluación
ambiental se realizó en la posible zona afectada por las previstas
exploraciones, miles de kilómetros costeros y oceánicos, a los que no es ajeno
el banco de pesca canario-sahariano, una de las cinco zonas mundiales de
afloramiento de nutrientes, lo que se traduce en una privilegiada zona
pesquera, tanto por la cantidad como por la variedad de especies que viven en
dicho banco pesquero o por el contrario la evaluación se hizo en alguna de las
abundantes charcas que deja la bajamar tanto en Lanzarote como en Fuerteventura
¡Un quelvacho, 3 merluzas y un cangrejo ermitaño! Vamos, treinta euros en el
mercado y en el mejor de los casos, sacando tollos del quelvacho.
De tal manera que el petróleo no contamina, porque no hay nadie
a quien contaminar y si hubiera alguien tampoco contaminaría porque nada hay
mejor que el petróleo, de lo contrario nadie se gastaría más de dos millones de
euros en catalogar cinco ejemplares incluyendo al ermitaño cangrejo, al que
solemos ver correteando entre las piedras intermareales, pero nunca imaginamos
que sus correrías llegaran a 1.600 metros de profundidad. Y en el supuesto de
que el petróleo tuviera el más perverso de los efectos imaginables siempre habrá
alguien dispuesto a alabar sus excelencias, como aquel mediocre estudiante que
se examinaba oralmente de química y el profesor le preguntó por el amoniaco.
“El amoniaco, contestó el estudiante, es una sustancia que presenta un olor muy
agradable,...”, a lo que el perplejo profesor respondió abriendo una botella
del pestilente ácido y dándoselo a oler al estudiante. La perplejidad del
profesor se mutó en estupor al oír al estudiante afirmar lastimeramente “pues a
mi me gusta como huele”.
Las prospecciones y/o extracciones en las futuras aguas
jurisdiccionales canarias son contrarias a la legislación internacional, que le
reconoce a España jurisdicción en doce millas de mar océana alrededor de cada
isla, aproximadamente 21 kilómetros, y no más allá, para lo cual Repsol ha
negociado con el Estado monárquico marroquí y con su gobierno antes de invertir
un solo céntimo, pues cualquier actividad fuera de esas doce millas es
recurrible en el Tribunal Internacional del Mar de las Naciones Unidad, al que
el reino alahuita no tiene el más mínimo interés en recurrir, pues las Naciones
Unidas no le reconocen jurisdicción en el Sahara, es más, consideran al
territorio uno de los diecisiete pendientes de descolonizar.
Los intereses petroleros de unos cuantos en España, otros tantos
en Marruecos y alguno en Canarias están haciendo el resto. Ya va siendo hora de
que los canarios y canarias nos limitemos a aseverar o negar con la cabeza
sobre los temas que nos atañen directamente. La representación oficialmente
legal de Canarias (legítima o no) la ostenta el gobierno de Canarias, por lo
que basta con que un representante del mismo solicite a las Naciones Unidas la
descolonización e independencia de Canarias para que pasemos a formar parte de
las naciones libres con los deberes pero también con los derechos que asisten a
las mismas, solicitud que ya ha tramitado el Movimiento por la Unidad del
Pueblo Canario.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario
(Movimiento UPC)
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