REALMENTE ASESINATOS
Cándido
Quintana
Titulares como aumento de un 50% de
suicidios en España, suicidios relacionados con la crisis, estadísticas de
suicidios en relación con los desahucios, hay más suicidios en España que
fallecidos en accidentes de tráfico, crecen los suicidios en España o el muy
reciente de 30 suicidios al mes en Canarias, a la cabeza como casi siempre de
todo lo malo junto a Andalucía, del Foro Social Canario por la Salud y Sanidad Pública,
tienen que hacernos pensar, tienen que hacernos actuar.
Muy duro de tragar todo esto y peor constatar
que los gobiernos y la Comisión Europea
poco o nada están haciendo para ponerle remedio a esta crítica situación, que
está truncando las vidas de muchas personas, de un creciente número de familias
españolas y canarias. Pero ya se sabe, si la gente se suicida es porque quiere,
por afán de notoriedad o porque está desequilibrada, cuando realmente la mayor
parte de estas muertes tienen un origen perfectamente conocido, la brutal
crisis económica y social que atravesamos que les afecta de lleno y no pueden
superar.
Hablando de crisis económica y social,
constatado ya el hecho de que la mayor parte de estos suicidios están directamente
relacionados, ha llegado el momento de dar pasos urgentes y contundentes en el
terreno judicial, ya que el poder político no es ajeno a la situación, todo lo
contrario. Decía el presidente Rajoy en sede parlamentaria durante el debate
del estado de la nación, hace apenas cuatro meses, que en España no había una
situación de corrupción generalizada, pero el tiempo, el escaso tiempo
transcurrido, le está quitando la razón. La corrupción sigue aflorando por
todos lados y no tiene fin, no en vano España es el país con más políticos,
grandes empresarios y banqueros corruptos del mundo desarrollado.
Y es que los Bárcenas, Blesas,
Urdangarines, etc., no dejan ver la realidad, los medios de comunicación se
centran en ellos por sus indiscutibles relevancias y por lo mucho que venden,
pero detrás hay demasiada mala hierba que cortar que lo está contaminando todo,
cuyo peso específico desborda claramente la situación de corrupción
generalizada. La mala hierba no deja ver el ansiado campo de honradez que todos
esperamos y no es suficiente con erradicar las zarzas, hay cantidad de mala
hierba, tal vez no tan invasiva, que en su conjunto impiden que nuestras
cosechas den los frutos que necesitamos para alejarnos de la crisis y de los suicidios,
y retornar urgentemente a una obligada situación de decencia generalizada.
Cárceles hay, reclusos por delitos menos graves, cantidad.
Pero llegados a esta deleznable
situación generalizada de corrupción, que tantas vidas está cercenando y a tantas
familias desestructurado, por razones imperiosas de extrema necesidad, aunque
sería suficiente decir por simple honestidad, procede una urgente y contundente
reforma del Código Penal que frene estos delitos que están menoscabando los
recursos públicos. Y procede, porque estamos hablando de las arcas públicas a
las que TODOS, incluso los suicidados, hemos contribuido. Son sagradas y por lo
tanto atentar contra ellas tiene que estar castigado con la máxima pena y de forma
ejemplar, para que no queden dudas de los gravísimos delitos que cometen los
que se lucran de ellas y sirva de ejemplo a NO seguir por otros políticos.
En este sentido, por lo sagrado y
para invertir las estadísticas de suicidios, catalogar como asesinatos los
delitos que atenten contra los recursos públicos sería lo aconsejable, tal vez
la única salida a la galopante crisis que atravesamos en la que la corrupción
tiene mucho que ver. Y centrándome en los políticos, que en definitiva son los
que tienen el poder de decisión, penas igualmente duras como colaboración en
asesinatos, a esos que colaboran, hacen oídos sordos o miran hacia otro lado en
esos atentados a lo público, metiendo en el mismo saco a los que dilapiden
recursos en actuaciones improcedentes o las sobrevaloren en su beneficio, de
las que en Tenerife tenemos muchas. Por supuesto, la premura es muy importante
para evitar ocultaciones de los dineros malversados, que ya sabemos como se las
gastan algunos.
Al hilo y aquí la Comisión Europea
se tiene que involucrar por imperiosas razones de necesidad pública, identificar
e informar de todos los depósitos en paraísos fiscales, para que rindan las
cuentas que procedan en beneficio de lo público que golpearon en su día. Cobardía
o colaboración para ahondar penurias y aumentar suicidios sería el no hacerlo.
Es realmente sencillo para ellos, no olvidemos que la Comisión Europea
fue capaz de darle el visto bueno al puerto de Granadilla alegando que existían razones imperiosas de interés público,
cuando realmente es una barbarie portuaria impactante e innecesaria
derrochadora de dinero público. Se supone que ahora, ante tantos suicidios
relacionados con la escasez de recursos públicos por robos y despilfarros
varios, debería andar mucho más presta, aunque sea por ¡MORTALES RAZONES DE INTERÉS PÚBLICO DE PRIMER ORDEN!
© Cándido Quintana
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