sábado, 22 de junio de 2013

INTERPRETACIONES, por L Soriano

INTERPRETACIONES


  L Soriano

Desde que apareció el ser humano sobre la faz de la Tierra como tal, no ha dejado de interpretar al mundo que le rodea y a inventarse otro en el mas allá, por signos y especulaciones, por señales e interpretaciones. Se interpretan a personas, animales, cosas, elementos, pensamientos, sueños, y a entes sobrenaturales. Me horroriza personalmente que me interpreten. Me aterroriza que se interprete a Dios o al diablo y me espanta la seguridad pasmosa de algunos en estas interpretaciones que han llevado  a la muerte a cientos de millones de seres y a sufrimientos indecibles a otros tantos.

Pues sin embargo se sigue interpretando. Hasta los silencios, los gestos, los sesgos, las tendencias, las miradas y las reacciones. Es tan pobre la percepción humana de la realidad que nos rodea, que no somos capaces de vivir sin interpretar. Necesitamos prever, anticiparnos, y por eso interpretamos señales humanas, de la naturaleza o atribuimos divinidad a algunas otras. Cuantas barbaridades se han cometido en nombre de las interpretaciones en la historia del ser humano. Se abría una oca, se interpretaban las vísceras y a rebanar pescuezos de esclavos y prisioneros. Se ofrecían sacrificios a los dioses, y a los gobernantes. Se interpretaban los eclipses, las palabras de “dios” por iluminados que oyen voces. Se crean sectas, religiones, modos de vida para secuestrar a las poblaciones, se traduce sesgado, se percepciona, no se argumenta, y en definitiva se interpreta a beneficio del interpretante. Se capta al Amo, Dueño, Señor, Rey o Gobernante y se tiene un holocausto. La Inquisición Santa es un ejemplo conspicuo pero, los ha habido mucho peores y mas graves olvidados o en nombre del pueblo. En nombre de una raza dominante, o de una ideología suprema. Reeducación a favor de los reeducandos, experimentadores sociales, embriagados de ideología absoluta e indiscutible. Aplicando terapias extremas a disidentes ideológicos, discrepantes, de tendencias sexuales distintas a la ortodoxia, o a los simples incorregibles espíritus libres.

No aprendemos nada de nada y merecemos lo que nos pasa ya que como civilización no valemos nada. Hemos recibido maravillosas dotaciones y las hemos desviado, destruido, desvirtuado. Necesitamos que nos hagan limpieza, a fondo, lo que implicaría destruir totalmente tanta belleza tan mal administrada. ¿Habrá un gran arquitecto universal que nos pasara la Gran Factura? Realmente no sabemos nada, ni de antes de la vida ni de después de la muerte. Razonamos con la mente humana, fruto de agresiones y de intoxicaciones aprendidas, o al menos de interpretaciones sesgadas. Cuando llegamos a tener experiencia de las cosas perdemos el interés debido a la senectud, se nos nubla la razón o simplemente morimos sin más y desaparecemos de este mundo. Razonando es imposible prácticamente que aparezcamos en otro jóvenes y sonrientes como quisieran nuestros sueños. Quizás cambiemos de dimensión, volvamos a mundos paralelos y retrocedamos en el tiempo para reparar errores y vivir mejor. Nadie lo sabe con seguridad ni sin ella, es lo único cierto y verdad. Algunos tienen más información, pero ¿es adecuada, cierta y contrastada? Que somos sino unos minúsculos ignorantes prepotentes frente a la inmensidad del Universo. Especulemos, pensemos, argumentemos con la seguridad de que jamás abarcaremos con nuestras pequeñas manos la arena de esa inmensa playa que es la sabiduría universal, interpretemos si acaso también, pero no impongamos, no obliguemos, no presionemos para que lo nuestro sea la mejor realidad de las miles, millones que hay en el inmenso espacio estelar. Y sobre todo, y como corolario o moraleja, no nos dejemos confundir porque nos digan lo que queremos oír. Hagamos lo que libremente hayamos decidido elegir, o creer en ello. Actuemos como libremente creamos que en conciencia tenemos que actuar en cada momento, escuchándonos desde dentro. Nuestras células tienen el secreto de la creación, de nuestro objetivo y de nuestro destino. Comuniquémonos más con ellas y dejemos de escuchar a tanto gurú ignorante e interesado.
 A reflexionar.


Reflexiones L. Soriano

1 comentario: