A UN TIRO DE PIEDRA
El libro “A un tiro de piedra” es sin duda, al margen
del ingente material que arroja su tesis sobre la narrativa canaria de los 70,
artículos y correspondencia epistolar con autores insulares, uno de los legados
más importantes que este gran estudioso nos deja para su reflexión.
Tuve la enorme suerte de presentar los dos libros que
en Canarias se han publicado de nuestro autor: Estudios sobre narrativa canaria
y A un tiro de piedra, ambos de la editorial Baile del sol, y presentados tanto
en la librería Foro literario en Santa Cruz de Tenerife como en el Café Cuatro
de San Cristóbal de La laguna.
El libro A un tiro de piedra comienza con uno de esos
encuentros “sincrónicos”, al finalizar la presentación de otro libro. Alguien
sugería que Amadou colaborase en el periódico “La tribuna” con un artículo que
regularmente seguiría publicando. Además como primera reflexión añade en su prólogo
que tanto Marruecos como Senegal son territorios que se encuentran tan cerca,
que es inconcebible que no se conozcan, de ahí lo de a un tiro de piedra.
Quizá por estas razones Ndoye recorre todos los
territorios del continente para explicarnos el por qué de tantísimos
conflictos. El petróleo, los diamantes, el oro o el uranio. Sobre ese alud de
motivaciones se comprenden mejor los conflictos políticos, los atentados y las
guerras.
Se detiene, eso sí, en los discursos ideológicos y
desentraña con habilidad, las verdaderas razones de los golpes de estado y los
nuevos formatos del colonialismo.
Pero como su interés está muy presente en la
literatura, nos detalla en su texto con un estilo entre el ensayo y la columna
periodística, los problemas del escritor africano al enfrentarse, entre otros,
al dilema entre su lengua vernácula y los idiomas europeos. Buscando la frase
idónea que explique todo ese conjunto de variables que deben tenerse en cuenta
para que una obra literaria traspase las barreras del aislamiento.
Las citas no son infrecuentes con varios premios nóbeles
entre ellas. En un proemio dirigido al lector Amadou comienza recordando la
presencia de negros y berberiscos en España antes de la conquista, a pesar de
lo cual prevalece en el mundo hispánico la imagen tópica y típicamente negativa
de África, “continente azotado que sólo inspira conmiseración o piedad”. Se nos
olvida, dice el autor, que sus ancestros abonaron con sangre, en las dos
guerras mundiales, las tierras de Europa, peleando además por la independencia
de algunos estados americanos. Comenta asimismo que el continente está haciendo
esfuerzos titánicos a pesar de los errores de dirigentes y del mercantilismo de
los países ricos. Añadiendo que las reglas de juego del pacto colonial
solamente han cambiado de fachada, y concluyendo que a los propios africanos
les incumbe transformar la imagen que otros proyectan sobre ellos.
En su primer ensayo se encuentra Amadou una tarde en
Tafira en casa del narrador y
ensayista O’Shanahan quien le presta la
novela Guanche y que sirve a nuestro autor para visionar cómo paulatinamente el
universo industrial conquistaba un terreno insular virgen hasta entonces. Nos
dice que la palabra guanche está asociada a nociones positivas de rebeldía, de
anhelo de dignidad y valoración de las tradiciones vernáculas y de las virtudes
de los habitantes de las islas. Nos quiere esta novela de alguna forma
demostrar que los guanches siguen vivos, aun a pesar del progreso y la
modernidad. Aquí lo recordado, lo ideal,
lo soñado y la realidad le dan al novelista la oportunidad de reinventar el
pasado a su manera.
El contraste resulta eficaz cuando se acerca a América
latina, continente que les sirve de modelo a los africanos como referente de
superación.
El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, es una
obra que Amadou desmenuza con fruición, para explicarse y explicarnos el difícil
concepto de identidad. El autor mexicano se hace una pregunta que también se
han hecho varios africanos ¿No se rompió en algún sitio el cordón umbilical que
ligaba al mexicano con sus antepasados aztecas?
El mexicano, dice Amadou, parece haber perdido parte
de sus coordenadas cuando el mundo indio encontró a una civilización hispana
voraz y conquistadora. Por ello Paz experimenta la extrañeza de ser mexicano y
se interroga ¿Se puede hablar de carácter mexicano? ¿Habrá relación entre
historia y carácter? ¿Existe una psicología de los pueblos? El autor de El
laberinto de la soledad pretende aislar los caracteres de sus paisanos para
entender de México la historia. En alguno de sus párrafos Amadou interpreta que
para Paz la conquista no se hubiera producido a menos que los antepasados hubiesen
interpretado la llegada de los conquistadores como el fin de una catástrofe
cósmica anunciada mucho antes por distintos oráculos.
También le llama la atención a nuestro ensayista
africano la imagen de la madre en esta historia. La equipara con el movimiento
del péndulo, con constantes separaciones y encuentros que se alternan. Por ello
la revolución de 1910 es interpretada como una vuelta al seno materno. Emiliano
Zapata trató de volver a la tradición comunitaria de los aztecas. En “El
laberinto de la soledad” los mitos desempeñan un papel de primer orden: el
paraíso reencontrado, la vuelta a los orígenes y el tiempo ahistórico donde
todo puede volver a empezar. Es una dialéctica del encuentro y la
reconciliación. Es arrancar de lo individual, México, el mexicano, hasta lo
plural - el hombre, el mundo - Los espejismos se ríen de todo tipo de barreras ya
sean ideológicas, lingüísticas o geográficas. Se prefiere lo simbólicamente
verdadero a lo históricamente exacto, para que la fantasía permita a la
imaginación una revancha decisiva. Se trata de valerse de la historia para
borrar paradójicamente una parte de la misma, por ello dice Amadou, se convierten los personajes históricos en
mitos y los hechos en metáforas.
ESCRITORES AFRICANOS: De Senghor hasta Mahfuz.
Comienza Amadou este apartado con el discurso de
Gordimer al recibir el Nóbel en Estocolmo, cuando al referirse a los escritores
comenta: “Nos pasamos la vida tratando de interpretar con la palabra, la
lectura que hacemos de las sociedades que nos rodean (…) en este sentido
escribir es siempre una exploración de uno mismo y del mundo, del ser
individual y del ser colectivo”.
La negritud es un movimiento literario definido por
Sedar Senghor como “El conjunto de los valores de civilización del mundo
negro”. La esclavitud, al igual que la colonización, para sentar sus bases
ideológicas tuvieron que usar la
ciencia, la historia, la antropología o la teología y así demostrar que el
negro no existía ni como ser humano. Soyinka por su parte busca en las fuentes
orales, en las formas teatrales sacadas del mismo terruño de su Nigeria natal -
gigante con pies de barro del oeste africano - su literatura. Arriesgando el
pellejo en nombre de sus ideas. Gordimer vive en una situación peculiar, nace
en un país con el que no tiene una conexión real para recorrer la distancia,
física, mental, intelectual y social, que lo separa de los millones de negros
que componen la Sudáfrica en que le tocó vivir.
Mahfuz destaca por haber producido una obra propia sin
dejar el suelo natal. Los viajes que no hizo, nos dice Amadou, los hicieron sus
obras que burlaron barreras lingüísticas, geográficas, para derramarse por el
mundo. Su obra es tan sólida como las pirámides de su país, Egipto. Todos ellos
ven a África como un fulgor que quiere abrirse camino en medio de un mar de
sombras.
En el ensayo Nigeria y su desgraciado petróleo nos
advierte, que este séptimo productor de petróleo, importa 80.000 toneladas al
día para su consumo. La región del Delta produce 1,8 millones de barriles
diarios y pese a ello sigue en un estado atroz de subdesarrollo. Necesita de
urgente atención para que no se siga deteriorando su medio ambiente. Las
multinacionales que lo explotan son el blanco de muchas acusaciones. Contaminación
de la zona, super beneficio en detrimento de las poblaciones locales etc.
Varios miembros de dichas comunidades, se rebelan contra dichas compañías
petroleras incluso tomando como rehenes a algunos de sus representantes. La
muerte del escritor Ken Saro se debió a su reivindicación de esta inmoral
situación. Ni Shell, ni ciertos militares nigerianos pueden haberse olvidado de
ello.
Más adelante se ocupa de la conocida deuda africana,
que ya a finales de los 90 se acercaba a los 235.000 millones de dólares.
Investigadores y economistas piensan que el endeudamiento hipoteca la
financiación de su desarrollo. Y todo porque los proveedores de fondos les
hicieron creer que el endeudamiento era un buen recurso para administrar la
crisis. Actualmente en los países desarrollados ¿quién se acuerda del famoso
0,7% con el que se habían comprometido ante la ONU los gobiernos del norte?
Las lecciones de Nyerere ocupan varios de los
artículos de este libro. Se trata de un
nacionalista y panafricanista convencido de que sin unión, África no se podría
desarrollar. Logró que Uganda y Kenia formaran un solo estado bajo el nombre de
Tanzania pero esto no le agradó al Colonial Office. Su idea era estructurar a
los campesinos sobre bases democráticas y solidarias para crear cooperativas
multifuncionales. Muchos africanos fueron a Tanzania, nos narra, para ver de
cerca estas experiencias, aunque las cooperativas no conocieron el éxito
esperado dado que el medio rural tiene grandes capacidades de resistencia
cultural, pero también porque los jefes tradicionales y el aparato político y
administrativo no apoyaron la experiencia. Al final de su vida, Amadou nos
cuenta, como Nyerere abandonó el poder y puso todas sus experiencias al
servicio del tercer mundo y del continente recomendándoles a todos los
dirigentes que no hostigaran a blancos y asiáticos por su preparación
intelectual y los capitales, y que no escucharan a los extremistas de sus
partidos. Los orígenes del estado de pobreza, decía, hay que buscarlos en la
diversidad de nuestros errores y no dirigirnos como mendigos hacia los poderes externos.
Para él “los tres enemigos del hombre son la pobreza, la ignorancia y la enfermedad:
al aprender a tener una alimentación sana y suficiente y al usar dicho saber,
podríamos reducir nuestra ignorancia, superar muchas de nuestras enfermedades y
encontrar mejores condiciones para vencer nuestra pobreza”.
Fútbol, política y música se reúnen en varios de sus
artículos lo que sin duda llamará la atención del lector. A propósito de esta última
recuerda una frase del novelista y músico camerunés “Así, la música, que forma parte de la vida
africana desde el principio, sigue la evolución del hombre a medida que éste
crece. En realidad, los juegos musicales son juegos de formación que no tienen
nada gratuito. Por eso, no es extraño comprobar que dichos juegos musicales se
refieren a todos los dominios de la actividad de los hombres y las mujeres, de
la pesca y la caza, pasando por la faena del campo, el machucado del mijo, el
casamiento, el entierro, el baile, la huída ante los animales feroces. Por
ello, todos los sonidos, están representados en la música tradicional africana,
sea en estado puro, es decir, tales como el objeto o el mismo animal los emite,
sea reproducido por un instrumento que debe arreglárselas para repetirlas lo
más fielmente posible”.
En otro fragmento se relata cómo Nigeria perdió la
copa de África ante Camerún, y que fue tal la decepción de los nigerianos, que
no pudieron reaccionar. Hasta el presidente tuvo que recibir y felicitar a los
jugadores además de explicar la derrota aduciendo a cosas del destino, la
suerte o la mala racha. Nigeria y Camerún han conocido un conflicto bélico
porque desean controlar un territorio llamado península de Bacasi. Los
nigerianos se acuerdan también que no pudieron jugar la copa de África en
Sudáfrica porque dirigentes de su país había colgado a un oponente, lo cual
despertó la cólera de Nelson Mandela ¿Qué jugadores pensaron en eso cuando
Sudáfrica perdió la semifinal contra Nigeria? En un libro de título Geopolítica
del fútbol, Pascal Boniface escribe “El fútbol, símbolo de la nación contribuye
de ahí en adelante a la imagen y popularidad de un país, al igual que la
cultura”. Por eso Franco, dice Amadou, “sabía de memoria las alineaciones del
Real Madrid cada domingo cuando el equipo ganaba las Eurocopas allá por los
años 50 y 60”.
El fallecimiento de este ilustre valedor de la
literatura canaria El Jadji Amadou Ndoye ha generado una cantidad incomparable
de muestras de admiración y amistad en todos los rincones del mundo. Entre
otras Zenaido Hernández en la cadena SER se hace eco de todo ello en una
entrevista para Radio Club Tenerife con quien aquí firma, haciendo un recorrido
emocional y personal por todas las experiencias literarias y musicales y
artísticas vividas en Senegal por escritores, músicos y sus muchos amigos
Unos poemas de Lamine Sall, el gran vate senegalés se reproducen en este espacio como homenaje a la amistad canario-senegalesa. Además adquieren especial relieve los personajes conocidos de la vida dakaronesa: los músicos Baba Maal o Youssou N´dour con quien compartimos escenario en el Concierto África Vive, el cineasta Samba Sarr para el que realizamos la banda sonora de su película Amul Yakar, “Los sin esperanza” o Papa Seck director de la École d Arts de Dakar y el actor Khalil Gueye, a quienes conocimos en sus encuentros tanto en las Islas como en viajes al país donde compartimos escenario con Les Freres Guissé. El legado de Amadou Ndoye profesor de la Universidad Cheik Anta Diop resulta imperecedero para la cultura canaria y uno de los aportes más decisivos y originales que las letras canarias han conocido desde el último tercio del siglo XX y hasta la primera década del XXI. Por todo ello el próximo 5 de julio en el antiguo Convento de Santo Domingo de la ciudad de Aguere un grupo de poetas canarios rendirá homenaje a este escritor senegalés dentro de los actos promovidos por el Salón del Libro Africano 2013 para este año, y al que se sumarán los músicos del colectivo de jazz Gato Gótico con un concierto.
Unos poemas de Lamine Sall, el gran vate senegalés se reproducen en este espacio como homenaje a la amistad canario-senegalesa. Además adquieren especial relieve los personajes conocidos de la vida dakaronesa: los músicos Baba Maal o Youssou N´dour con quien compartimos escenario en el Concierto África Vive, el cineasta Samba Sarr para el que realizamos la banda sonora de su película Amul Yakar, “Los sin esperanza” o Papa Seck director de la École d Arts de Dakar y el actor Khalil Gueye, a quienes conocimos en sus encuentros tanto en las Islas como en viajes al país donde compartimos escenario con Les Freres Guissé. El legado de Amadou Ndoye profesor de la Universidad Cheik Anta Diop resulta imperecedero para la cultura canaria y uno de los aportes más decisivos y originales que las letras canarias han conocido desde el último tercio del siglo XX y hasta la primera década del XXI. Por todo ello el próximo 5 de julio en el antiguo Convento de Santo Domingo de la ciudad de Aguere un grupo de poetas canarios rendirá homenaje a este escritor senegalés dentro de los actos promovidos por el Salón del Libro Africano 2013 para este año, y al que se sumarán los músicos del colectivo de jazz Gato Gótico con un concierto.
foto de presentación " Amadou Ndoye con Roberto Cabrera y Orlando Cova en la presentación de su primer libro "
Basta con tan poco
Una mirada una promesa
Y me vuelvo ternura a tus órdenes
Tu cautivo.
* * *
Cuando vuelve la estación de los amores
Tu semblante sigue acechándome en el rincón del recuerdo
* * *
Nos cruzaremos de un amor en otro
Y permaneceremos el tiempo del mar
* * *
Tienes tempestades por todo el cuerpo
Yo soy la tormenta y los relámpagos de tu alta voluptuosidad
* * *
Mientras hay cielo, siempre queda la esperanza de que
un pájaro por el pase.
* * *
Tú eres la gruta
Una mirada una promesa
Y me vuelvo ternura a tus órdenes
Tu cautivo.
* * *
Cuando vuelve la estación de los amores
Tu semblante sigue acechándome en el rincón del recuerdo
* * *
Nos cruzaremos de un amor en otro
Y permaneceremos el tiempo del mar
* * *
Tienes tempestades por todo el cuerpo
Yo soy la tormenta y los relámpagos de tu alta voluptuosidad
* * *
Mientras hay cielo, siempre queda la esperanza de que
un pájaro por el pase.
* * *
Tú eres la gruta
Yo soy el fuego
Tú eres la isla
Yo soy el árbol
Tú eres la tierra
Y yo soy la lluvia
Tú eres el surco
Y yo soy el grano
La recolección ha nacido
de nuestras ternuras
La cosecha hermosa
por nuestra sangre.
* * *
Encendí las noches azules de los desiertos
Abrí las estrellas del cielo
Dilaté el ojo de los camellos
Y cuajé el silencio.
Pero ni tú y tu rostro
Ni tú y tus pasos
Dejaron huellas en la gran batida de las arenas
Y te salmodio, en alguna parte, en mi sangre
Como un loco nuevo.
* * *
Encendí las noches azules de los desiertos
Abrí las estrellas del cielo
Dilaté el ojo de los camellos
Y cuajé el silencio.
Pero ni tú y tu rostro
Ni tú y tus pasos
Dejaron huellas en la gran batida de las arenas
Y te salmodio, en alguna parte, en mi sangre
Como un loco nuevo.
(Poemas de Amadou Lamine Sall, traducidos al español del libro Kamandalu y publicados por el vigía editora)
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