miércoles, 12 de junio de 2013

MUJICA, UN PRESIDENTE DIGNO

MUJICA, UN PRESIDENTE DIGNO
Eduardo Sanguinetti

 Filósofo Rioplatense
En una columna de julio de 2009, publicada en este medio, titulada “Mujica no negociable”, manifesté acerca del entonces candidato José Mujica: “...a no dudar que Don Pepe instaló un ‘Estilo Mujica’ de hacer política, que será imitado por muchos candidatos políticos en un futuro no lejano, aún a la espera de resultados: la especulación no es zonza”. Lo aventado parece haberse cristalizado y sin tener que ser un gran visionario, hoy es un hecho, por demás fundante y alentador, para un futuro reivindicador en paz y armonía.
A Mujica no le agradan las anteojeras ideológicas, le desagradan la intolerancia y la desmesura, en su óptica clave de los errores cometidos en la historia del Uruguay. Opina acerca de lo que sabe, con cierto desenfado, sumado a la sensatez y la intuición de quien “ha vivido”; tampoco tiene reparos en admitir alguna equivocación (“el orgullo es pasión de estúpidos” y lleva a confrontaciones inútiles); Mujica es digno, y dicha dignidad se puede apreciar en su transitar, en su aptitud y actitud con que transita su vida.
Los que hasta ahora se han ocupado de él, desde perspectivas diversas, han coincidido en señalar la feliz combinación que se produce entre su discurso claro, directo, su honestidad intelectual y criterio independiente con el humor, el uso del anacronismo deliberado, el paréntesis anecdótico. Y los que lo conocen, en mayor o menor medida, lo ven coherente en palabra y acción; coincidencia que no siempre se da. Sencillez, palabra mesurada, interés por la situación del interlocutor (incluso más que por sus palabras ocasionales) contribuyen a que el tímido o el huraño se sientan cómodos en su presencia.
No tiene precio, frente a las ideologías de ocasión, este Pepe Mujica que incomoda, es veraz, no es negociable. No lo compro a Mujica, no lo vendo, no existe efusión de presentador en esta columna, lo creo necesario y en tiempo, y un compromiso para con un pueblo: el uruguayo y su verdadero y dignísimo representante. Con agrado transmito desde este único medio, a ustedes, lectores de LA REPÚBLICA, que he enviado la nominación al Comité Nobel de Noruega de Don José Mujica Cordano como candidato al Premio Nobel de la Paz 2014, instancia que ya había anticipado en mi propuesta lanzada desde este medio plural, hace ya un año.
Don José Mujica, comprometido en la circunstancia histórica de una generación, en un tiempo clave en la Historia del país, y su presencia en los más diversos Organismos Internacionales, se ha manifestado sin dobleces, legitimando en acto de vida, a favor de los pueblos y de la construcción de un mundo para todos. El señor Mujica lo ha efectivizado en Eco-Rio 2012, con un contundente discurso a favor de un medio ambiente sustentable y en contra del consumismo como habitual modo de vida, instalado como rutina de vida en la comunidad global. Discurso que no cesa de pronunciar en las más diversas regiones del planeta.
Un acontecimiento notable que cabe destacar y no deja de ser paradigmático: José Mujica que siendo ateo, en audiencia privada con Francisco I en sede vaticana, solicita al Pontífice interceder a favor del proceso de paz en Colombia, una de las principales preocupaciones de Don Pepe, a quien el Papa calificó de “hombre sabio”, palabras que resumen el sentir de muchos.

1 comentario:

  1. No hay ninguna duda que el presidente de Uruguay, el señor José Mujica, puede ser un firme candidato al devaluado Premio Nobel de la Paz. Aplaudo la nominación hecha por tan digno filósofo.

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