PSC-PSOE: SERVIDUMBRE
POLÍTICA
Juan
Henríquez
Se trataba de una agonía anunciada para el
PSOE, o un batacazo de campeonato, cómo ustedes prefieran. José Miguel Pérez, cabeza de lista en las pasadas autonómicas, se
estallaba cómo un ropero, y colocaba al
PSC-PSOE en el listón más bajo desde la transición democrática, perdiendo 11 de
los 26 diputados/as logrados por Juan Fernando López Aguilar en las elecciones
precedentes; y en el ámbito insular y
local, a las puertas del trance a la representación testimonial. Un año
después, en las elecciones generales del 2011, con Rubalcaba cómo candidato a
la presidencia del Gobierno estatal, se confirmaban los malos augurios que
atenazaban al PSOE, reduciendo al mínimo histórico de 110 diputados/as, frente
a los 169 que obtuvo Zapatero en el 2008.
Curioso es, que ambos dirigentes, máximos
culpables de la masacre electoral, siguen
al frente de sus cargos orgánicos y públicos. Una de dos, o un servidor es un
ingenuo político, o éstos dos tienen un rostro que se lo pisan. Un socialista
de bien, en las mismas circunstancias, hubiera dimitido de manera irrevocable.
Ambos “líderes” serán de los más listos de
la militancia, porque mira que le han hecho daño al PSOE, y ahí siguen sin
inmutarse, de salva patrias. Y no sólo no han tenido un gesto de ética y moral
socialista, sino que en el caso canario se doblegaron a los intereses de CC,
hoy viva gracias al apuntalamiento del
PSC-PSOE, o sería mejor decir: gracias a cuatro sociolistos, inútiles y vagos,
agarrados a un clavo ardiendo, porque ni
trabajan, ni se les espera que lo hagan. Y permítanme que dude que estén
ideológicamente identificados con el partido, salvo, para obtener suculento
beneficios personales.
Un PSC-PSOE esclavo, cómplice y de servidumbre política en la mayor
catástrofe económica, social y cultural que ha sufrido las islas en toda su
historia, sobre todo, en los últimos
veinte años en que CC ha dirigido y gestionado el Gobierno regional. Pero tranquilos,
no tienen que irse: ¡los echarán!
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