EL VUELO DE LA PARDELA.
REGRESAR AL CAMINO…
Graciliana Montelongo Amador.
Del sur, cálido y fuerte, viene el
nuevo representante de Dios en este planeta. Jesuita y con nombre del hermano
Francisco, renace la esperanza de una iglesia que regresa al camino. Liderada
por un hombre que dicen, es
sencillo. Esperemos que no dude en tomar la cruz, en una mano, y
en la otra, una escoba… Afronta un camino duro, sucio y con grandes baches. Pero
seamos realistas no solo le corresponde
a él remangarse la sotana y ponerse a
barrer para retirar las piedras. Ahora es el momento de que los labradores unan las manos. Es hora de
orar… De parar el tren. Este tren que
viaja descontrolado y a toda velocidad rumbo al abismo, del cual ya no se regresa.
Estamos a tiempo de frenar, será brusco,
doloroso, pero necesario. No podemos continuar sumergidos en
la mentira. Todos necesitamos un cambio, todos, queremos el cambio. Unir
las religiones. En este momento
es decisivo, real. Recuperar el mensaje
de Jesucristo. Un Cristo revolucionario que arremetió en el templo contra los
que negociaban aprovechándose de la casa del padre (lugar de oración) Algo que
siguen haciendo hoy. Los poderes mundiales abusan de los más débiles, los
pobres. En estos días he visto a
la gente llorar cuando el nuevo papa se acercaba a ellos. He visto la necesidad
que tienen de amor, de esperanza… De dejar atrás, los amargos días que nos han
hecho vivir a todos. Todos los que miran, todos los que esperan, no son
cristianos, no son religiosos. No hace falta estar ligado a ninguna religión
para sentir y necesitar amor. Para
desear vivir en paz y tener esperanza de
un futuro mejor. Respetando la
naturaleza y a todo ser viviente. No hace falta pertenecer a una religión para
recibir el mensaje. Un mensaje que
estaba relegado en la frontera del odio. Necesitamos serenidad, sensatez, para afrontar este ansiado cambio.
Amanece… Los pájaros cantan (siempre
han cantado) pero hoy, de nuevo volverán
a ser escuchados. Por lo menos así lo siento yo, así lo veo yo. No importa de dónde
somos, pero sí, lo que somos. Los cinco continentes, los mares, océanos, los animales, los bosques, las
montañas, las nubes, el viento. Los habitantes de la tierra, precisamos de este mensaje. Necesitamos respirar amor.
Del cono sur
nos llega el nuevo y antiguo aroma,
fresco y cálido. Abramos las ventanas sin miedo, dejemos entrar la fragancia...
Mirar al horizonte, con la mirada
de un niño, recordar, para qué y por qué
estamos aquí.
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