PARA TODOS LOS ARGENTINOS QUE OLVIDAN...EL JUEZ LIBERÓ LA CARTA QUE
EL DR. RENÉ FAVALORO DEJO ANTES DE SUICIDARSE EL 29 DE JULIO DE 2000
Eduardo
Sanguinetti
PARA TODO S LOS
ARGENTINOS, QUE NO RECUERDAN LA HISTORIA
DE HACE MÁS DE UNA DÉCADA...LOS INDIGNADOS QUE PIENSAN QUE LA CORRUPCIÓN Y LA
DESIDIA CON NUESTROS PRO-HOMBRES COMENZÓ CON ESTE GOBIERNO...DESDE SIEMPRE
ARGENTINA SE CARACTERIZÓ POR DAR LA ESPALDA A LOS TRASCENDENTES Y LOS QUE EN
OTRAS LATITUDES HICIERON PATRIA:
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland
Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un
lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso
con mi patria. Nunca perdí mis raíces..
Volví para trabajar en docencia, investigación
y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que
inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía
cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación
clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En
lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así,
cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros
pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las
más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los
honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación,
del sanatorio (sin duda la mayor tajada).
Nosotros con los honorarios pagamos las
residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los
médicos proporcionalmente.
Nunca permití que se tocara un solo peso de los
que no nos correspondía.
A pesar de que los directores aseguraban que no
había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su
director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro
trabajo.
Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a
organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el
departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego
la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10
mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético
que siempre me ha acompañado.
La calidad de nuestro trabajo, basado en la
tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que
no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción
imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a
nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos
negado sistemáticamente a quebrar
los lineamientos éticos, como consecuencia,
jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no
mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables
entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los
obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que
corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden
certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar
del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja
deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la
hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos
pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones
imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos
últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender
toda la demanda.
El que quiera negar que todo esto es cierto que
acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección
del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Lo mismo ocurre con los pacientes privados
(incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes
por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del
cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de
que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el
pacientes es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado.
El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted
no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un
cirujano de real valor, no se preocupe'.
El cirujano 'de real valor' además de su
capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los
honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi
consulta no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue
operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el
mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.
Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio
nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College
o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de
felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de
significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas,
decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los
ojos.
Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema'
y el dinero es lo que más les interesa.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca
pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular
Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien
entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les
explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán
no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter
eco, camara y etc, etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están
incluidos..
No es la única institución. Médicos de la
Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado.
Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado,
visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación
económica' y entregará el sobre correspondiente!.
La situación actual de la Fundación es
desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo
pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir 'no hay camas
disponibles'.
Nuestro juramento médico lo impide.
Estos pacientes demandan un alto costo
raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos
lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los
proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses..
Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.
En Estados Unidos, las grandes instituciones
médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación
por las donaciones que reciben.
Las cinco facultades médicas más trascendentes
reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la
etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro
instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias,
solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!)
todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares,
pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados
por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea
docente?
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad
corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella
carta de renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano
que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!
Sin duda la lucha ha sido muy desigual.
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza
a resquebrajarse.
Hemos tenido varias reuniones, mis
colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro
recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la
Fundación debemos incorporarnos al ´sistema'.
Sí al retorno, sí al ana-ana.
'Pondremos gente a organizar todo'. Hay
'especialistas' que saben como hacerlo. 'Debes dar un paso al costado.
Aclararemos que vos no sabes nada, que no estás enterado'. 'Debes comprenderlo
si querés salvar a la Fundación'
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los
principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me
resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de
optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'.
Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha
derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir
homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el
grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular.
El año pasado debí participar en varios países
desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
'¡La leyenda, la leyenda!'
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí
en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas,
insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el
hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto
no se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber atendido a mis pacientes
sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación
por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando
contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar.
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.
No se hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera
inseparable, hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera
inseparable, con ella me voy de la mano.
Sólo espero no se haga de este acto una
comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto
académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un
médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a
entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité
de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras
cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes
no podría dar la cara.
A mi familia en particular a mis queridos sobrinos,
a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No
aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la
misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme
inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a
Jacinto Arauz, allá en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar
ceremonias religiosas o civiles.
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Un abrazo a todos
René Favaloro
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