jueves, 11 de abril de 2013

PLATAFORMAS ANTISISTEMA, por Juan Henríquez


PLATAFORMAS ANTISISTEMA
Juan Henríquez
“Sois una plataforma de actitud violenta, de coacción y chantaje”;  “os dedicáis a manipular una reivindicación social que sufren millones de españoles”;  “dime, a vosotros quién os ha votado”; “quién os ha elegido”; “vosotros sois una plataforma antisistema”. Con esta  pureza integral del fascismo franquista, arremetía un concejal vasco, estrella mediática del PP, acorralado por sus propias contradicciones, contra la portavoz y cara visible de la Plataforma Antidesahucios por las Hipotecas (PAH), Ada Colau.
La reacción de los medios de comunicación de la derecha no se hicieron esperar, y cómo una sinfónica interpretaron “le mortis” de las PAHs, porque no es una, sino 133 en todo el Estado español. Hay que matar al mensajero cómo sea. Hay que eliminar de la sociedad española, algo por otra parte muy propio de la derecha, todo aquello que huela a movimiento civil, sobre todo, los que luchen contra la injusticia social, caso de los desahucios por no poder afrontar el pago de la hipoteca o alquiler.
Hasta el TJUE se ha hecho eco de la injusta ley hipotecaria española, la más indigna y abusiva de toda Europa. Y resulta que mientras Rajoy continuó la política de Zapatero, inyectando dinero a los bancos, los masivos desahucios siguieron practicándose, y cientos de miles de personas perdieron sus casas por no poder pagar las hipotecas o los alquileres. ¿Y de quién es la culpa? Desde luego no de los que se han quedado sin trabajo y tienen que acudir a los servicios sociales y a las cocinas económicas porque no tienen para alimentarse.
Ahora sale a relucir toda la hipocresía de los falsos progresistas repeliendo los escraches contra instituciones y políticos, porque dicen: atentan contra la intimidad de las personas. Vamos a ver si nos aclaramos. Los gobiernos, instituciones y bancos practican el escrache contra los ciudadanos, y aquí no pasa nada; y sí un servidor le escupe en la cara a un golfo de la política, me meten en la cárcel. ¿Justicia para quién?  



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