MARTIN COOPER
L. Soriano
El
día 3 de abril de hace ahora 40 años, esto es 1973, Martin Cooper, de Chicago,
que a la sazón trabajaba para Motorola Telecom, realizo, ese soleado día de
primavera una llamada desde su prototipo” Motorola Dyna TAC cell pone”, la
primera llamada desde un teléfono móvil en Manhattan Downtown. La llamada, duro unos veinte minutos y….. se
quedo sin batería. El móvil pesaba más de un kilo y la batería ya les comente
que duraba solo 20 minutos. Cosa que Cooper creía normal y hasta exagerado ya
que “quien imagina a nadie hablando mas de ese tiempo por un aparato”- llego a
decir. En ese momento le costaría imaginar, que
del tamaño de un pequeño paquete de cigarrillos y con cámara de fotos
digital, se pueda llamar y enviar en segundos al otro extremo del planeta,
cualquier cosa que esté pasando en el otro. Hubo un tiempo que hubo que esperar
por un teléfono meses, si no años, y que cuando ya los teníamos muchos estaba
en el medio del salón como algo excepcional para cosas y casos de cierta
urgencia o necesidad. Para los talluditos como yo, es impresionante ver cómo ha
cambiado la vida a todo el mundo estos aparatitos, que ahora hacen de todo, y
con los que se hace de todo, a veces salvo hablar por teléfono. Nos hemos olvidado
de cuando teníamos reales vacaciones, libres de llamadas o mensajes o correos,
cuando las comunicaciones eran otra
cosa.
La
llamada de Cooper marco el inicio de una era y el fin de otra, y eso que
reconoce que se le ocurrió la milmillonaria idea viendo al capitán Kirk en la
serie Star Trek usando su intercomunicador. Cosas de esta vida de humanos.
Así
pues, lo que antaño era algo raro y novedoso hoy es pieza de museo. La
obsolescencia en telefonía da vértigo y cada vez todo es más pequeño o más rápido
o más funcional, o hace más cosas.
Personalmente, entiendo lo justo de la tecnología salvaje. Odio los
móviles que hacen muchas cosas más que dejarte hablar, que te dan mensaje, y
que te dan correos, cosa a lo que me he tenido que adaptar. Pero creo que
estamos creando una sociedad aislada que se comunica por tecladitos y no de
viva voz. Que emplea un tiempo tremendo en matar marcianitos de una u otra más
sofisticada clase. Que se pierde oportunidad de conocer, o de aprender, más
allá de las cuatro líneas que nos leemos de Google o en el Wilkipedia para
creer que ya sabemos de todo bastante.
Gracias
Cooper, premio príncipe de Asturias compartido con Tomlinson el inventor del
correo electrónico, y además cofrade del queso de Cantabria. Gracias porque el
móvil, el celular como te gusta llamarlo, salva vidas y mantiene a las personas
conectadas. Facilita la vida de los enfermos, y de los sanos también. Los
negocios, los amoríos, las alegrías y comparte las penas. Es una desgracia que
se haya demonizado el usarlo en el auto, aunque ahora con los “parrots” se
soluciona, y no se haya prohibido igualmente el fumar dentro de los vehículos,
cosa que parece más lógica en este mundo ilógico. Abriste un camino que será difícil que se
pare en vía muerta por el momento, aunque los que vimos la llegada de tantas
cosas que nos parecían eternas como el fax y el Concorde y han desaparecido en
pocos años, ya no nos extrañamos de nada. Los de menos de 40 años no saben lo
que era vivir sin el, pobres ignorantones. A
reflexionar.
Reflexiones
L. Soriano
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