Por Anghel Morales
El
ambiente estaba enrarecido, cargado diría yo,... debo confesar mi simpatía por
el orador que nos precedía, aunque esto no me obligaba a admitir como materia
de fe todo lo que decía. Tendemos a fabricar mitos y leyendas, pero a los que
arrancamos del mayo francés, ya nos mataron todos nuestros mitos, aunque ahora
los chicos del 15M quieran resucitar algunos. con soporte de novela ambientada
en Mauritania. En fin, cada cual tiene derecho a tener sus propios mitos,
aunque no sean los mios. Necesitamos mitos, aunque vengan disfrazados de
friquismo, para oponerlos al mar de mediocridades que nos rodea. "Don
Juan, el paisano de Pancho Villa y Emiliano Zapata solo escribió una
novela"... esta es la frase de todos los vagos que han emborronado media doce
de folios, para justificar su falta de productividad. ¡Coño! no me mires mal,
por hacer preguntas que no te gusta responder. Tio, eres el chachi y la novela
que tienes en la mano es la mejor... ¡Aleluya!
Dónde
esta el Centro Cultural? pregunte a un nativo sudsahariano del lugar. Yo sabía
que allí la cultura estaba mal vista, no se permitía vender libros,... ¿por qué
se hacía una semana de novela negra si nadie en seis años había visto una
novela en la sala? Quienes prohiben los libros de una forma o de otra están quemando
la cultura, me dijo una vez Francisco Pimentel. Alex mi ayudante, me miraba con
cara de tristeza y en sus ojos se leía las ganas que tenía de darme con los
libros en la cabeza. Lo pensó, pero nunca llegó a decírmelo... ¿si no nos dejan
vender libros, para qué carajo me haces cargar una bolsa llena? Me acordé de
Javier y deseé que el Madrid no ganará un partido jamás, él era el único
culpable de mi presencia en Los Paganos.
Seguimos
escuchando las respuestas del conferenciante y las preguntas con muy mala leche
de los presentes, alguien coló en mi boca palabras que jamás yo he pronunciado,
no es que yo no me explique, es que alguien no me entendió, siempre existen
dificultades entre lenguas no por mi parte, sino por la parte contratante de la
parte no contratada. En fin, callé la boca y pensé en los ejecutados
injustamente en la silla eléctrica.
No quise
dar la espalda a mis compañeros, allí a mi lado, justo a mi lado, había alguien
que no me gustaba, mi vista se perdió en las espaldas más famosas del sur,
bellas, atractivas y con ese toque erótico que solamente los escritores de
novela negra son capaces de describir, la mirada penetrante de El Salvaje me
hizo volver a la realidad, aunque mi neurona positiva me seguía diciendo que
aquellos lindos hombros se habían equivocado de portada. Mi ayudante se
parapetaba en la butaca,... lentamente sacó de su mochila el artefacto que lo
hizo famoso en América Latina, comenzó a disparar y uno tras otro fueron
quedando en el sitio. Alguien se resistía a quedar inmortalizado, El Chicharito
gambeteaba por toda la sala, evitando los certeros disparos de Alex, pero el
rey de facebook no podía echar su fama por tierra, con un disparo a la cabeza lo dejó clavado junto al
censor.
Era tarde
de mitos y viajamos a otra época gloriosa de Canarias, reconozco que me estoy
volviendo incrédulo, DLT ha superado a los que quieren acabar con la memoria
histórica. En el fondo de los charcos se esconde los recuerdos de estas islas,
de aquellos que se negaron a colaborar con los asesinos de la libertad. Los que
levantan muros para impedir la libre circulación de los libros, de una forma o
de otra están del lado de los que
acabaron con DLT, otros seguiremos buscando en El fondo de los charcos
la libertad del pueblo.
Hay cosas
que no entiendo, cuando uno esta de baja médica no puede trabajar, es igual que
el trabajo se haga desde la tribuna o desde la sala donde se celebra el juicio.
En medio de la especulación, de la corrupción, de funcionarios trabajando con
baja médica, el único delito tipificado en este territorio es la venta de
libros. Mi ayudante comprobaba la culminación de su obra,... todos habían
quedado en el sitio.
Nos
enteramos que días después, un tal Antonio estuvo masturbando durante largo
rato una botella vacía de Fonteide, intentando sacarle una gota de agua.
Hubieron cosas lindas, eso sí, pero yo sigo sin entender una una semana de
novela negra sin novelas. Autores lamentándose desde su babel, por qué no
podían prometersele unos días a la muerte... seguiré buscando la respuesta en
el fondo de los charcos.
Muy correcto politicamente.
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