“Los
artistas, a lo largo de los siglos, fueron muy serviles. Algunos se rebelaron y
lo pagaron caro”
Entrevista a Eduardo Sanguine
Eduardo
Sanguinetti se declara “un indignado de siempre” y critica a los artistas que
se dejan comprar por el poder.
Proclama
de los indignados, por Eduardo Sanguinetti Adolfo Bioy Casares lo definió, en
primavera de 1989, como “un hombre veraz, incómodo, no negociable y por sobre
todo comprometido hasta el límite en su pensar y hacer con el acontecer de este
tiempo”… Graduado en filosofía en la Cambridge University y autor de varios
libros, Eduardo Sanguinetti conjuga en sus ‘performances’ filosofía, escritura,
actuación, pintura y música. Este artista, nacido en Buenos Aires, presentó en
el espacio cultural del PSOE en esa capital ‘Identikit’, una instalación
organizada por la ‘Agrupación Niños de la Guerra Civil Española de Argentina’.
‘Identikit’
es una instalación fotográfica personalista, “un ejemplo poético del ser
humano”, explica Andrés Hernández Díaz de Espada, integrante de la Agrupación
Niños de la Guerra de Argentina y promotor de la muestra.
“Los
retratos del autor –ahonda– son una concentración pensativa del rostro de ser
humano in crecento”. Debajo está el corazón de ese mismo personaje que refiere
a las acciones para con los demás. En la ‘performance’, además, hay “máquinas”
que representan el cerebro cibernético. “Indicado para la creación, la ciencia,
el arte porque nosotros nos valemos de esas máquinas para crear”, apuntó
Sanguinetti.
La
instalación también contiene un ‘Identikit’ del tránsito fugaz de la vida
humana, tan breve como trascendente. La ‘performance’, que permanecerá expuesta
al público prácticamente a lo largo de todo el mes de diciembre, forma parte de
un ciclo de muestras, conferencias y actividades culturales organizadas por la
Asociación Niños de la Guerra de Argentina y del área cultural de la agrupación
socialista, que se desarrolló durante todo el año.
Por
último, Andrés Hernández adelantó que para el próximo año ya tiene actividades
en carpeta como la conferencia sobre Picasso, con ilustraciones, y la
presentación de la última película de Nicolás Rubió: ‘75 habitantes, 20 casas y
300 vacas’.
Tras la
presentación de la ‘performance’, esta publicación conversó con Eduardo
Sanguinetti sobre la muestra y el papel del arte en el contexto actual.
Pregunta. ¿Por qué en lo que a arte se refiere es considerado ante todo un ‘performer’?
Respuesta.
Considero que el arte es un acto, una operación creativa. Arte, para mí, es
articular desde el conocimiento del inconsciente los sedimentos de memoria de
nuestros tránsito para llegar a concretar en un objeto que se denomina obra de
arte. Arte es que el espectador articule a través de la obra con el autor y se
produzca una misoginia interesante que dé como resultado el poder modificar en
un instante al espectador en su rutina. Si el espectador sale en un estado
distinto creo que ahí podés hablar de obra de arte.
P. Dice que usted es arte.
R. Sí, mi
vida es un camino de arte que viene a ser a la vez una bella expresión de la
mentira, porque en definitiva el arte está fundado en una mentira y viceversa.
La verdad absoluta es mentira. Es un tema serio con cierto humor, pero tomarse
en serio al artista y al arte es un tanto estúpido también.
P. Siendo profesor de filosofía, ¿cómo se vincula con esta
profesión?
R. Pienso
que mi vida se va acercando a una instancia filosófica.
P. ¿Por qué dice que no es negociable?
R. Me han
ofrecido y yo no he aceptado. Eso creo que habla muy bien de mí porque creo que
es importante que haya mantenido una instancia estoica respecto de los espacios
de arte. Voy por la inmortalidad, no voy por un momento de gloria en ricos y
famosos que culmina en una década infame que no es la del 30 sino la “era
menemista”. Porque en definitiva, en la década infame del 30 vimos a Martín
Fierro y la generación de Boedo. Pero fue la década del 90 la que abrió las
puertas a esta Babilonia que se vive y este estado de prostitución. Y en esto
sostengo que no soy un inmoral sino un amoral pero muy ético.
P. Considera que lo económico no debería condicionar al arte.
¿Cómo lo logra?
R. Yo no
soy un indignado de ahora, sino un indignado de siempre. Sé que hay mucho
oportunista indignado hoy que está aprovechando esta instancia contra el
capitalismo porque le va mal en los negocios. A mí la instancia capitalista no
me agrada en principio porque no va acorde. Creo que el capitalismo tiene que
ser de una vez por todas desterrado de este mundo. Por otra parte, creo que
están cambiando las tendencias del capitalismo y que tiene que continuar
cambiando en las áreas de cultura y el pensamiento, cambiar, sobre todo, en lo
que se denomina mercado del arte. En la instancia mercantilista el arte tiene
mandarines y mandaderos, alcahuetes de turno que los denominan artistas. Son
los artistas del sistema, del poder y los colocan en el tablero del poder
cuando conviene. Se hace el enroque o no se hace el enroque, se hace el jaque
mate y un fin de partida, si conviene, para dar lugar a otro grupo de
mandarines y mandaderos, mientras el dinero va a otra parte, llámalo lavado de
dinero o como te plazca. Los artistas, a lo largo de los siglos, fueron muy
serviles. Algunos se rebelaron y lo pagaron muy caro. El artista tiene que
bajar de su púlpito y caminar las arenas de Libia, de Irak. La indignación no
solamente está en Roma, está en el mundo, en un mundo que late, que se está
degradando, y a la toma de conciencia la siento muy lejana. A la esperanza la
siento como un horizonte muy lejano.
P. ¿De qué se trata ‘Identikit’, la instalación que expone en el
marco del espacio cultural del PSOE?
R. Es la
conformación de imagen en fotogramas partiendo de lo que puede ser una
polaroid, de un blanco al revelado de la imagen. Punto.
P. Pero hay un mensaje.
R. Sí,
pero está en el espectador ver si hay o no mensaje porque de los fotogramas en
realidad se tienen que hacer cargo los espectadores. Yo me hago cargo de mi
imagen y por eso en las fotos estoy yo.
En las
imágenes hay un metarelato, no es una historia directa, pero que nace con total
naturalidad. Es un film, se cuenta, en cierto modo, lo que es la vida, el
transito en el que preparamos el cuerpo para los gusanos.
En
‘Identikit’ transcurre la memoria, como cuando has estado en un viaje y de
pronto los recuerdos están diseminados y los vas armando de a poco, de una
manera más o menos similar a lo que sucedió. Hay un ‘identikit’ en cada instancia
de vida. Se lo suele asimilar a una instancia policial, pero el concepto de
‘Identikit’, en realidad, es mucho más amplio.
P. Hay algo que se reitera en sus instalaciones que tiene que
ver con la tierra, ¿por qué?
R. Sí, la
tierra está presente en todas mis instalaciones. Creo que porque soy un hombre
del llano. Nací en la ciudad de Buenos Aires pero viví mucho en la pampa húmeda
y me considero un hombre de la pampa. Allí, nosotros vemos permanentemente
horizonte, algo que en Europa, por ejemplo, es muy difícil, porque está todo
poblado y ya no les quedan espacios vírgenes.
P. ¿La tierra también tiene que ver con su identificación con lo
ecológico?
R. Sí, de
ahí por ejemplo mi lucha por mantener amazonas. Ahí creo que hay que poner el
cuerpo. Aunque yo actúo solo porque no pertenezco a ninguna organización ni
partido político.
P. ¿Por qué?
R. Porque
soy muy desconfiado y tengo que estar muy seguro de quien tengo al lado y a qué
intereses responden. Greenpeace por ejemplo no sé a quién responde. Yo hice un
trabajo sobre pasta de celulosa que me costó sangre. Me tuve que ir de
Montevideo una noche con 12 policías, sin causa legal, etc. por estar metido en
un tema que llegaba a la raíz y donde había intereses creados en las dos
orillas. Cuando llegué a la costa de Gualeguaychú fui yo, con Pérez Esquivel,
los que hicimos cortar durante 24 horas los puentes. El resto era gente de
inteligencia, pagada, etc.
Y ahora
digan lo que digan, la verdad es que está todo contaminado y que la gente de
Gualeguaychú ya está viendo afectada su salud con ciertos tipos de cáncer de
piel. No era broma. Botnia no tiene la culpa, si hay culpa la tienen los
poderes.
P. ¿Qué significa la ‘fábrica de neuronas’, que también ha
montado en esta instalación?
R.
Fábrica de neuronas es una instancia de la razón pura, en la cual el
sentimiento y la intuición no existen. Yo hoy me guío y te hablo desde mi
instinto y mi sensibilidad, a la razón no la utilizo mucho. Es una prueba, a mí
me gusta mucho jugar con la razón y la intuición.
Por otro
lado, si en mi vida hubiera meditado en instancias de peligro estaría muerto.
Generalmente en instancia límites actúas por instinto y con cierto manejo del
instinto inclusive, lo que me permitió no quedar en el intento.
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