Homo Philosophicus
Eduardo Sanguinetti. Filósofo.
No se asiste impunemente a la crisis de conductas, que
llevan a pueblos, a un estado de orfandad, que ya nadie puede negar. Ni en los
desgastados relatos, de reglas de obediencia, que nos lleva a preguntarnos
¿cómo encaminarse, de acuerdo a las propias determinaciones, al propio estilo?
¿cómo conducirse con respecto a las autoridades que aplican la ley como límite
de deslegetimidad?.
El 21 de setiembre en la sede del PSOE, de Buenos Aires,
el juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina el Dr. Eugenio
Zaffaroni, disertó acerca de los "tiempos de la justicia", en los
procesos judiciales y la necesidad de tomar conciencia del perjuicio que
ocasiona el elongamiento de estos tiempos muertos, en las causas y en la
aplicación de la ley, que muchas veces pueden actuar como "corteza que
legitimen delitos", muy pernicioso para el espacio de credibilidad, que
debe tener la Justicia.
Coincido también con lo manifestado por el Dr. Zaffaroni,
acerca de la necesidad, de una oposición "real", en el terreno
pantanoso de la política vernácula, y las consecuencias devenidas en la
instancia de no existir tal oposición.
Ese día de primavera la presidenta de Argentina la Dra.
Cristina Fernández, manifestó en la sede de las Naciones Unidas, su apoyo al
ingreso de Palestina a la ONU, me alegró esta decisión justa y necesaria.
También, en su discurso la presidenta, amenazó a Gran Bretaña con suspender los
vuelos a Malvinas, si este país no dialoga, acerca de "la soberanía"
argentina sobre las islas. En fin, coincido con los términos que planteó la
presidenta, en lo manifestado, instancia que me gratifica. Como así también es
encomiable, la firme decisión del presidente José Mujica, de tratar "tema
del Mercosur", entidad que fracasó en sus principios y fines, al desestimar
el articular las relaciones de los países miembro, en concordancia y estímulo,
para una región que se autodetermine, sin actitudes especulativas, como las que
Brasil presenta y dan por tierra con el planteo fundacional del organismo.
Entonces, pareciera que desde estos temas, que hacen a la
construcción de una existencia en armonía y paz, tratados con el tan mentado y
poco aplicado "sentido común", en búsqueda aparente de
"coherencia" en verdades como principio de realidad. La historia de
la filosofía, se nutrirá de legitimarse estos manifiestos, en una historia de
"ontologías", para relacionarlas en un principio activo de libertad,
una capacidad de hacer y por lo tanto de transformar y transformarse.
No hablaré de imperios en putrefacción, ni de monarquías,
ni de repúblicas estúpidas, de dictaduras, ni de amor a la patria, ni de
abyecta neutralidad...ni del hecho de que el capitalismo aniquiló toda
posibilidad de articular un mundo "para todos". Es el tiempo de
volver a la filosofía y a su tarea, que deviene tras una confrontación con lo
real, es articular el problema en verdad de los gobiernos, de cada individuo y
de los otros.
Vivimos y convivimos, aún hoy con los eternos temas de
sojuzgar y de eliminar todo intento de dar un giro de 180°, un ejemplo, la
educación de las nuevas generaciones, ¿de qué hablan los políticos cuándo
hablan de educación?, ¿de qué habla la estudiante chilena Camila Vallejos tan
"inteligente" y "bonita" (por cierto) cuando habla de
educación libre y gratuita?
"...tan inteligente y bonita...", atributo este
último, esencial y necesario en la "era de la imagen" para lograr
entrar en el templo de las corporaciones mediáticas y en el inconsciente de una
comunidad frívola y insustancial, como se refleja en, las redes sociales, que
la comparan y esto ya es delirante, con el legendario héroe revolucionario
Ernesto "Che" Guevara, un hombre "inteligente y con buena
planta" (por cierto), pero al margen del sistema que combatía y lo
asesinó. El "Che", proponía en sus manifiestos la formación de un
"hombre nuevo" para el siglo XXI.
Estas prácticas, juegos o ensayos como el de Camila,
responden a una demanda que la sociedad debiera haber zanjado con el retorno de
la democracia...pero en fin, Camila busca saldar esa deuda, por lo demás
indispensable y justa para Chile, reitero, pero ¿eso es todo? ¿los dirigentes
desconocen que lo esencial es llevar a cabo con coraje y verdad una
"revolución educativa" en democracia?. Que no olviden: Hoy tienen al
pueblo chileno participando y aguardando esa revolución rezagada, que dé lugar
al "hombre nuevo".
Pero ¿qué significa el "hombre nuevo"? un ser
que asuma el cuidado de sí, en actitud y aptitud apropiada para enfrentar sus
funciones en un milenio, que aún no tomó perfil nítido. Creo que una épica
revolucionaria en educación, se replicaría en los estudiantes de cada país del
mundo. La filosofía es un trabajo prolongado, adaptado a las circunstancias,
confrontando lo real con la acción. La verdad del discurso, filosófico y
político, no puede disociarse del efecto inmediato que genera en el propio ser
y en aquel a quien se dirige el discurso.
Cuando alguna vez me preguntaron "qué beneficio me
había aportado la filosofía", respondí de inmediato "el de poder
hablar libremente a todo el mundo". El hombre debería llevar una vida en
filosofía, sería cada ser un testimonio de existencia. Así el tipo de vida que
uno lleva, el conjunto de las elecciones que hacemos, las cosas a las que
renunciamos, las que aceptamos, nuestra manera de hablar y el modo de
relacionarnos constituirían una vida filosófica en verdad manifiesta. No se
basa en el temor o la inhibición, la timidez o la vergüenza, la especulación y
las repugnancias reprimidas, sino en un vínculo entre nosotros, seres humanos,
en homología.
"Lo importante no es escapar a la injusticia de los
otros, lo importante es no cometer uno mismo una injusticia", dice
Sócrates. Este acuerdo, pacto decisión, actitud, es el acto de manifestarse en
verdad, reconociendo al "otro", para seguir viviendo en una relación
permanente y constante con la verdad. Y es indispensable tener
"coraje", para transitar las laderas de la nueva existencia, en
vínculo constante entre los hechos, los actos, las prácticas, el ejercicio de
un criterio, que combine los elementos del conocer y del conocimiento, en tanto
práctica y desempeño de justicia, cual modalidad de vida en práctica de la
verdad.
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