Demoledor
pliego de descargos redactado por Amadeo Martínez Inglés, coronel diplomado de
Estado Mayor, al juez que le ha abierto expediente "por injurias a la
corona"
por Amadeo Martínez Inglés
Recordamos que la vista se celebrará en la Audiencia Nacional el lunes día
16 a las 10,30. Todos los republicanos madrileños libres de obligaciones
laborales deben estar allí.
¡Salud y República!
AL ILMO MAGISTRADO-JUEZ DEL JUZGADO CENTRAL DE INSTRUCCIÓN NÚMERO DOS DE LA
AUDIENCIA NACIONAL
Don Amadeo Martínez Inglés, coronel del Ejército diplomado de Estado Mayor,
escritor e historiador militar, se dirige a VS en relación con la cédula de
citación recibida en su domicilio con fecha 23-03-2012 en base a las
diligencias previas que, en providencia de 21.03.12, ha abierto ese Juzgado por
un presunto delito CONTRA LA CORONA, exponiéndole las siguientes
consideraciones:
PRIMERA.- Como coronel de Estado Mayor, historiador militar y profesor de esta
última materia en la Escuela de Estado Mayor del Ejército español me he
dedicado durante más de treinta años, concretamente desde mediados de los años
ochenta del pasado siglo, a estudiar e investigar la vida del actual rey de
España Juan Carlos I tanto en su ámbito personal como en el público e
institucional.
SEGUNDA.- Como consecuencia de esas investigaciones y estudios profesionales
pronto llegarían a mi conocimiento abundantes indicios racionales de la
comisión por parte del monarca español de variados presuntos delitos tales como
(por orden cronológico): “homicidio imprudente” o “fratricidio premeditado”
(esta disyuntiva nunca la han dilucidado los jueces que deberían haberlo
hecho); “alta traición a la nación española”, al haber pactado en secreto en
noviembre de 1975 con el Departamento de Estado norteamericano la entrega
unilateral a Marruecos y Mauritania de la antigua provincia española del Sahara
Occidental; “cobardía ante el enemigo”, al retirar en esa fecha de manera humillante
y sin combatir las fuerzas militares españolas de ese territorio ostentando la
Jefatura Suprema de las FAS; “genocidio de la antigua población del Sahara
español en grado de colaborador necesario” (más de tres mil víctimas) al
haberla entregado al rey alauí Hassan II totalmente indefensa; “golpismo de
Estado”, al haber autorizado a sus militares cortesanos (Armada y Milans del
Bosch) la planificación, preparación y ejecución de la maniobra
político-militar desarrollada en España la tarde/noche del 23 de febrero de
1981, conocida popularmente como “la intentona involucionista del 23-F”;
“terrorismo de Estado”, al tener previo conocimiento, como comandante en jefe
de las FAS, de la guerra sucia que preparaban los servicios secretos militares
y de la seguridad del Estado contra ETA (GAL) y no haber impedido su puesta en
marcha; “malversación de caudales públicos” de los denominados “fondos
reservados” adscritos a Defensa, presidencia del Gobierno e Interior, al
conocer y no desautorizar el pago a determinada vedette del espectáculo español
por las prestaciones sexuales que le había realizado durante más de quince años
y que ella, en 1996, amenazaba con hacerlas públicas a través de documentos
audiovisuales de su propiedad; “corrupción generalizada”, al recibir durante
décadas regalos multimillonarios procedentes tanto del exterior como de la
propia España: yates, fincas de recreo, petrodólares en forma de créditos a
fondo perdido…etc, etc; “enriquecimiento ilícito” como consecuencia de todo lo
anterior y de oscuros negocios de todo tipo que en los últimos años han
trascendido a la opinión pública española a través de libros y documentos nunca
desmentidos oficialmente hasta convertir a su familia en una de las mayores
fortunas del mundo (la 134, con 1790 millones de euros en su haber).
TERCERA.- Como consecuencia de todo lo anterior, señor magistrado juez del
Juzgado Central número 002 de la AN, el 23 de septiembre de 2005, y ante la
incompetencia constitucional que presentan los tribunales españoles (y de todo
el mundo) para juzgar los presuntos delitos cometidos por el actual rey de
España, Juan Carlos I, envié al presidente del Congreso de los Diputados un
exhaustivo informe (40 páginas) sobre las muy claras y decisivas
responsabilidades del monarca en la ya señalada “intentona involucionista del
23-F”, solicitándole la creación de una Comisión parlamentaria que depurara
esas presuntas responsabilidades tanto en el terreno personal como en el
histórico e institucional. Posteriormente, el 25 de enero de 2006, remití el
citado informe al presidente del Gobierno de la nación, al del Senado y a los
de las más altas instituciones del Estado: Consejo de Estado, Tribunal
Constitucional, Consejo General del Poder judicial…etc, etc. Asimismo, en años
posteriores (12 de febrero de 2007, 4 de abril de 2008, 8 de octubre de 2008 y
13 de diciembre de 2011) seguí enviando al Congreso de los Diputados periódicos
y detallados informes que he ido extendiendo y ampliando a la totalidad de los
presuntos delitos cometidos por el actual jefe del Estado español. Del remitido
con fecha 4 de abril de 2008, y con casi un año de retraso, recibí acuse de
recibo por parte de la Cámara Baja del Parlamento español comunicándome que
había sido trasladado a la Comisión de Peticiones de la misma para su oportuno
“estudio y tramitación”.
CUARTA.- El 8 de septiembre de 2008, y en relación con el “homicidio
imprudente” (así lo admitió en su día su noble autor y su familia) o “flagrante
asesinato” (eso deberían haberlo ya dilucidado los jueces portugueses o los
militares españoles, ya que en marzo de 1956 “el caballero cadete Juanito” era
un profesional de las FAS españolas) cometido por el actual rey de España Juan
Carlos I a las 20,30 horas del día 29 de marzo de 1956 en la finca denominada
“Villa Giralda” de Estoril (Portugal), me permití enviar al Fiscal General de
Portugal (Procurador-Geral da República) un prolijo estudio profesional (sin
duda el único estudio balístico que existe en relación con este caso) sobre las
condiciones y las circunstancias en las que se desarrolló el supuesto accidente
familiar que le costó la vida al infante Alfonso de Borbón a manos de su
hermano mayor Juan Carlos, solicitándole la apertura de una investigación
judicial al respecto. El Fiscal General del Estado portugués admitió a trámite
el informe y prometió “que o caso vai ser analisado”. A los pocos días, por
presiones del Gobierno español según medios portugueses, me comunicó su archivo
debido al tiempo transcurrido y a la complejidad de abrir en esos momentos un caso
judicial tan delicado.
QUINTA.- Pues bien, señor magistrado de la Audiencia Nacional, cuando este
historiador militar que se dirige a VS a través de las presentes líneas creía
que, tras la admisión a trámite de sus reiteradas denuncias contra el todavía rey
Juan Carlos I por parte del Congreso de los Diputados, iba por fin a poder
exponerlas con todo lujo de detalles ante los señores diputados de la Cámara
Baja, resulta que lo que recibe (a horas intempestivas y a través de una
patrulla de la policía municipal que no se recata en mostrar a los vecinos todo
su poder institucional e intimidatorio, seguramente para asustar al coronel que
suscribe ¡qué risa!) es una cutre cédula de citación (una muy mala fotocopia
torcida, casi ilegible y con abundantes errores que pone en evidencia la
miseria y postración en la que se debate hoy en día la justicia española) para
que acuda el 16 de abril, a las 10,30 horas, al digno Juzgado del que VS es
titular a fin de declarar como imputado en un presunto delito CONTRA LA CORONA
¡Toma ya! ¡Aquí tenemos otra vez la España cañí! ¡El historiador/mensajero a
los tribunales por haber osado meterse con el supremo y divino rey de los
españoles (de algunos españoles, cada vez menos)! Y para más inri ¡para eso
vivimos en un Estado democrático y de derecho! por un artículo publicado en la
prensa digital (en la otra, en los medios de comunicación tradicionales del
Estado, le tienen censurado desde hace años para que no dañe la impoluta imagen
del rey sin par que nos puso el dictador Franco) sustentado, además, sobre la
base de su libertad de expresión y de décadas de estudios, investigaciones y
denuncias que ha puesto a disposición, una y otra vez, de las más altas
instituciones del Estado.
SEXTA.- Mi, al parecer, demoníaco artículo, señor Juez, dejando de lado el
estilo duro, bronco, intempestivo y, seguramente, impertinente, en el que ha
podido ser redactado (cada escritor escribe como quiere ¡faltaría más! en un
país libre, democrático y de derecho) solo refleja la verdad, una verdad a la
que este escritor ha tratado de llegar con su esfuerzo y dedicación durante más
de treinta años. Y que, repito una vez más, desde al año 1994 ha puesto
numerosas veces, mucho antes de que este artículo “Por qué te callas” viera la
luz digital, a disposición del pueblo español en general y de las más altas
instituciones del Estado (Las Cortes y el Gobierno de la nación) en particular.
Entrando en un apresurado análisis de autor debo decirle señor magistrado del
JUCINAN 002 (perdone, señoría, pero es que los militares de Estado Mayor somos
muy amigos de las siglas, seguramente porque en la guerra el enemigo nunca nos
da el tiempo suficiente para escribir en román paladino todo lo que
quisiéramos), por si no se ha leído despacio mi artículo que me temo que no
dada la cédula de citación que ha tenido a bien enviarme, que éste presenta
tres núcleos o almendras literarias bien diferenciadas: 1ª).- Un ataque,
reconozco que inmisericorde y duro pero veraz y ajustado históricamente, contra
la dinastía borbónica, de cuya muy baja catadura moral, profesional y social
pocas personas en este país tienen dudas. ¿O acaso Felipe V no fue un loco y
egoísta que para ceñir la corona española sumió a este país en una guerra cruel
y despiadada que provocó miles de muertos y la perdida sensible de territorios
patrios? ¿Y Fernando VII no fue un traidor de tamaño natural, un gran felón
como, afortunadamente, reconoce la historia de España? ¿E Isabel II no tuvo
bastante de ninfómana o meretriz regia, como propaló su propio pueblo? ¿Y su
esposo oficial, Francisco de Asís de Borbón, alias el “Paquita” y “el
Puntillas”, no fue toda su vida marital un cabrón consentido? ¿Y el nefasto rey
Carlos IV, un cobarde y un traidor a su patria? ¿Y Alfonso XIII, el abuelo del
actual titular de la dinastía, un putero de las noches madrileñas y un borracho
perpetuo? ¿Y el conde de Barcelona, padre del Juan Carlos I al que le soltó
aquella frase lapidaria de “Júrame que no lo has hecho a propósito” cuando lo
encontró sobre el cadáver de su hermano Alfonso la tarde del fatídico 29 de
marzo de 1956, no se pasó media vida a bordo de su yate trasegando ginebra a
espuertas? Y el rey actual, que primero mata a su hermano, traiciona a su padre
y besa el culo a Franco para conseguir ceñir la corona de España y después
abandona a Adolfo Suárez a manos de los militares y borbonea con éstos para
mantener como fuera su estatus regio ¿ha hecho algo aparte de preparar golpes
de Estado, fornicar a destajo a cargo de los fondos reservados, navegar en el
Fortuna y en el Bribón, cazar osos (borrachos o con tasa de alcoholemia legal),
esquiar en Baqueira Beret, pasarse los veranos a cuerpo de rey en Marivent y
labrarse un afortuna apañadita? 2ª).- Una revista rápida y fugaz de los
presuntos delitos cometidos por el rey Juan Carlos I, antes y después de subir
al trono. Que, como ya le he expuesto, los he denunciado repetidas veces
durante los últimos ocho años a las más altas instituciones del Estado y que no
es cuestión de volver a repetir. 3ª).- Una clara y nueva acusación contra el
monarca español por su actuación en el “caso Urdangarín” puesto que, conociendo
desde el año 2006 (la misma Casa Real lo ha admitido) los oscuros manejos
(presuntos delitos) de su famoso yerno, se calló (por eso titulé mi artículo”
¿Por qué te callas?). Señor Juez, usted seguramente sabe de esto más que yo,
que para eso es un señor magistrado de la Audiencia Nacional (antes TOP), pero
esta actuación de nuestro amado rey en defensa de su familia (¿de su corona,
tal vez?) podría ser constitutiva de un nuevo presunto delito de encubrimiento.
¿O no?
SÉPTIMA.- De todo lo anterior se desprende, señor magistrado, que mi artículo
titulado “¿Por qué te callas?” de delictivo no tiene nada de nada. Es un
trabajo serio y profesional, aunque duro en las formas, que recoge una vez más
y de forma un tanto airada (los tiempos no están para genuflexiones
versallescas) lo que vengo diciendo desde hace años en multitud de libros,
artículos y conferencias. Además, su señoría conoce mucho mejor que este
antiguo uniformado, la “Exceptio veritatis”, el escudo jurídico que protege la
verdad del ataque inmisericorde de los poderosos e impide que pueda ser
considerada un delito. Sea quien sea el autor de los hechos denunciados. Y por
otra parte ¿qué es eso de un delito CONTRA LA CORONA? Yo, personalmente,
demócrata, progresista y republicano hasta la médula, no reconozco corona
alguna. Ni española ni de ningún otro confín del mundo. En un Estado moderno,
democrático y de derecho, todos los ciudadanos debemos tener los mismos derechos
y ser iguales ante la ley. Sin privilegios de ninguna clase, como por otra
parte santifica la muy mejorable constitución del 78. En España ya ha habido
movimientos políticos y sociales para erradicar de nuestro ordenamiento
jurídico estos anómalos y extemporáneos delitos contra la corona. Pero de
momento siguen ahí esperando el momento propicio para defenestrarlos. Por
cierto ¿Por qué no existen en nuestras leyes delitos similares contra la
presidencia del Gobierno, contra el ministerio de industria o contra el
defensor del pueblo, por referirme solo a algunas de nuestras muy numerosas
instituciones democráticas? Todas las personas que representan al pueblo
soberano (bien es verdad que el rey actual solo representa al dictador Franco,
que fue quien lo puso en la jefatura del Estado con arreglo a su particular
derecho testicular) pueden (y deben) ser objeto de crítica por parte de los
ciudadanos (que no súbditos). Así que dejémonos, de una vez, de delitos “contra
la corona”, señor magistrado. Por cierto, y perdone por la pequeña insolencia
de la pregunta: ¿El señor Urdangarín, forma parte o no de la corona española
contra la que yo, presuntamente, he delinquido? Porque, vamos, tendría bemoles
la cosa…
OCTAVA.- Y ya para terminar este
largo escrito, señor magistrado-juez del JUCINAN 002, me permito significarle
que así como su señoría, debido a su cargo, ostenta ese preeminente tratamiento
de VS, el coronel, escritor e historiador que suscribe, debido fundamentalmente
a su empleo en el Ejército español y a las múltiples condecoraciones que posee,
algunas de ellas con categoría de gran cruz o placa, tiene también derecho al
tratamiento de VE (excelentísimo señor), circunstancia ésta que le refiero sin
un ápice de personal vanidad, muy dormida después de más de cincuenta años de
luchar en este mundo cruel, pero con toda mi determinación de que sea
respetado. Y mucho más después de la clamorosa falta de respeto por su parte al
enviarme una cédula de citación que no es de recibo, propia más bien de Somalia
o de cualquier otro país tercermundista. Y es que ese tratamiento y el empleo
de coronel del Ejército español que poseo, señor magistrado, no llegaron a mí a
través de una rifa. Ya en 1958 y con un poco más de 20 años de edad (cuando su
señoría, con todos los respetos, seguramente se meaba todavía en sus
pantalones) tuve que jugarme decenas de veces la vida luchando por defender
este país de las huestes de Hassan II, que habían invadido la “provincia
española” de Ifni, realizando misiones cuasi suicidas tras las líneas enemigas
al frente de un puñado de soldados voluntarios de elite. Sin vanidad alguna,
debo decírselo de nuevo, fui propuesto para la medalla al mérito militar y en
mi hoja de servicios se reconoció mi valor en acción de guerra. Después, y a lo
largo de casi cuarenta años, seguí arrostrando los claros peligros de mi
profesión, tanto en unidades paracaidistas como en las nómadas del desierto del
Sahara. He estudiado años y años sin parar estando en posesión de tres diplomas
de Estado Mayor (uno de ellos extranjero) y de prácticamente todos los diplomas
de especialización de mi Ejército. Y, buscando siempre “los puestos de mayor
riesgo y fatiga” como recomiendan los reglamentos militares españoles, hasta
pedí dos veces ir voluntario al país vasco (cuando muy pocos compañeros lo
hacían) donde, vestido con el uniforme de coronel, en un coche negro sin
blindar y con matrícula ET, sin escoltas de ninguna clase (esas escoltas que
sus señorías de los altos tribunales de justicia reclaman ahora con insistencia
a un Gobierno cicatero que amenaza con quitárselas) tuve que atravesar
centenares de veces las peligrosas calles de las ciudades vascas a solas con mi
entrepierna y con un pequeño revólver en la mano derecha, bajo mi portafolios,
listo para escupir plomo. Así durante años, sin quejarme lo más mínimo (mi
profesión no me lo permitía) no sabiendo nunca, cuando cada mañana cogía el
vehículo, si regresaría a mi despacho en el mismo o en otro, negro también,
pero con una corona en el cristal trasero. Como le ocurriría finalmente a otro
compañero mío, el único con categoría de coronel destinado en la misma ciudad
que yo que, curiosamente, se desplazaba siempre de paisano y en coche camuflado
y que murió ametrallado en un semáforo. Años después, por luchar por unas
Fuerzas Armadas más modernas y profesionales, los generales franquistas ¡ojo,
de 1990! me señalaron la puerta de la que había sido mi carrera (después de
cinco meses en una prisión militar) y tuve que reciclarme a escritor e
historiador. Así que figúrese, señor magistrado, y por eso le he contado una
parte sustantiva de mi vida profesional, la preocupación o la angustia vital
(la palabra “miedo” no la puede ni siquiera nombrar un militar, como les ocurre
a ustedes los jueces con la de “prevaricación”) que ha podido generar en mi
alma de soldado su cutre cédula de citación para que acuda a su Juzgado a
declarar por un presunto delito contra la corona. Es que desde ese fatídico día
vivo sin vivir en mí o, como diría el señor Rajoy, envuelto permanentemente en
un lío emocional. Pero no se preocupe, señoría, que voy a ir. Sí, sí, voy a ir
(si hay que ir se va…según el humorista Mota) pero no para perder ni un solo
segundo de mi tiempo hablando de ese presunto delito que al parecer he cometido
contra la panda sociofamiliar que habita en La Zarzuela sino para hablar, si VS
quiere, de los presuntos delitos del rey Juan Carlos que es, en definitiva, el
presunto delincuente y no yo. Para lo cual, obviamente, tendrá VS que leerse y
estudiarse (si no es imposible que nos entendamos) todos los libros, artículos
y documentos que he parido (con perdón) durante los últimos veinte años. Y nada
más, señor magistrado-juez del JUCINAN 002. En anexo aparte le señalo los
libros y documentos que es preciso se lea previamente para la buena marcha de
la futura entrevista así como los documentos de diferentes instituciones del
Estado que ese
Juzgado debería interesar de los organismos competentes para la buena
marcha de las diligencias previas que acaba de emprender, instadas todavía no
sé por quien. También le relaciono la lista de personas que, a mi juicio,
deberían aportar testimonio en calidad de testigos.
Firmo el presente documento en Alcalá de Henares a 9 de abril de 2012
ANEXO Libros y documentos del autor del presente
escrito
Libros:
· La transición vigilada (Temas de
Hoy 1994) - El golpe que nunca existió (Foca 2001) - Juan Carlos I el último
Borbón (Styria 2008) - La Conspiración de Mayo (Styria 2009) Informes al
Congreso, al Gobierno y a otras instituciones del Estado: - Informe al Congreso
sobre responsabilidad del rey en el 23-F (23 de septiembre de 2005) - Informe
al Gobierno, al Senado y a otras instituciones (25 de enero de 2006) - Informe al
Congreso sobre el 23-F (12 de febrero de 2007) - Informe al Congreso presuntos
delitos del rey (4 de abril de 2008) - Informe al Congreso presuntos delitos
del rey (8 de octubre de 2008) - Informe al Congreso presuntos delitos del rey
(13 de diciembre de 2011) - Informe a la Fiscalía General de Portugal para
investigar homicidio imprudente o presunto asesinato rey de España. Artículos y
escritos sobre el rey y sus presuntos delitos: Más de cien trabajos publicados
en la prensa escrita y digital durante los últimos veinte años, en iguales o
parecidos términos al “¡Por qué te callas” de diciembre de 2011 y que pueden
ser descargados, de forma totalmente libre, de numerosas páginas web y
periódicos de la red. Documentos a interesar de entes, instituciones u organismos
del Estado Del ministerio de Defensa: - “Panorámica de las operaciones en
marcha” (CESID, 1980) relativa a los golpes de Estado en preparación en otoño
de 1980. - “Estado actual y perspectivas de la lucha antiterrorista” (CESID,
julio de 1979) proponiendo al Gobierno de Adolfo Suárez la apertura de una
guerra sucia contra ETA. Propuesta rechazada por el Gobierno. - “Acta
fundacional de los GAL” (CESID 1983) proponiendo otra vez la apertura de una
guerra sucia contra ETA. Definitivamente fue autorizada. - Documentos
audiovisuales sobre las salidas extramaritales del rey de España (DIEME,
División de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, años 1984- 1996) -
Documentos sobre la entrega del Sahara español a Marruecos y Mauritania
(DOPEME, División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército, año 1975 y
posteriores).
· Documentos y archivos sonoros
grabados en la tarde/noche del 23-F relativos a conversaciones del rey con
diversas autoridades del Cuartel General del Ejército y Capitanías Generales. -
Grabaciones y documentos relativos al 23-F de las Capitanías Generales de
Aragón, Valencia, Sevilla, Burgos, Valladolid, La Coruña, Madrid y Baleares. -
Documentos de la Sección de Inteligencia de la Brigada DOT V (Zaragoza)
relativos a la conspiración castrense lista para estallar el 2 de mayo de 1981
(Conspiración de Mayo). - Cartilla de tiro de la AGM (Academia General Militar)
de Zaragoza, correspondiente a los años 1955 y 1956 a nombre del caballero
cadete Don Juan Carlos de Borbón y Borbón. Del ministerio de Asuntos
Exteriores: - Escrito del embajador alemán en Madrid a su Gobierno, en febrero
de 1981, en el que relata una conversación privada con el monarca español, que
acaba de ser desclasificado por el Ejecutivo germano y que ha sido incluido en
las “Actas de Historia Contemporánea” de ese país. De particulares: - Libro “El
negocio de la libertad” del periodista Jesús Cacho (editorial Foca) - Vídeo
“Juan Carlos I: 30 años a cuerpo de rey (Canarias- Semanal) Personas que se
propone evacuen testimonio en el JUCINAN 002” en las diligencias abiertas por
el artículo periodístico “¿Por qué te callas?” - Bárbara Rey (María García
García), actriz, vedette y presentadora. - Antonio Tejero Molina (ex teniente
coronel de la Guardia Civil) - Alfonso Armada y Comyn (ex general de División
del Ejército de Tierra español) - Jesús Cacho (periodista) - José María Ruiz
Mateos (empresario) - Mario Conde (ex banquero, político, escritor y
periodista) Nota del autor: la relación de personas, libros, documentos,
artículos y escritos relacionados en el presente anexo en ningún caso puede
considerarse exhaustiva y excluyente ya que podría aumentarse substancialmente
en el Juzgado