ESTAFA MERCADOLÓGICA Y FINANCIAMIENTO ELECTORAL
EN
REPÚBLICA DOMINICANA
“En ese fraude de múltiples colores todos
ellos son beneficiarios y se re-insertarán en un Estado que los reelige en
diferentes proporciones y funciones a nivel ejecutivo, congresual y municipal.
Y lo peor: que victimiza al pueblo trabajador y a la madre tierra, reeligiendo
todos los males acumulados.”.
En nuestra República Dominicana existe un gobierno sometido a un proceso de endurecimiento de la estrategia y la recolonización neoliberal, profundamente conservador, gerenciado directamente por empresarios privados, con un presidente empeñado en reelegirse en los comicios del 2024 y una oposición electoral de igual calaña.
El acceso a
cuantiosos recursos y la estrategia mercadológica empleada favorecen en buena
medida las pretensiones reeleccionistas dentro de un diseño general en el que
las votaciones, el mercado electoral clientelizado y la política como negocio
imponen una especie de oligopolio conservador.
Es un
oligopolio político-partidista llamado además –y fundamentalmente- a reelegir
un Estado que garantice la reelección del neoliberalismo endurecido, la
aceleración de la privatización de la naturaleza (incluidas fuentes de agua),
la minería destructiva, la desprotección de áreas protegidas, el turismo
costero depredador de manglares y playas, la transferencia del patrimonio
nacional a corporaciones transnacionales, la anulación de la soberanía, el
narco-estado correspondiente y otros tipos de fraude.
Las fuentes
de financiamiento electoral para lograr esos propósitos son fundamentalmente
seis:
1) La
asignación legal del Estado a la JCE para alimentar partidos corruptores.
2) Los
dineros procedentes de la narco-economía (narco-política).
3) Las
inversiones del gran capital privado en la política convertida en negocio.
4) El uso del
poder y diversos recursos del Estado para manipular el mercado electoral.
5) La
parcialidad de los medios de comunicación por el poder que detentan sus dueños
y la publicidad del Estado.
6) El dinero
previamente robado por elites de la partidocracia y del empresariado asociado a
ellas.
Entiendo
que realidades parecidas están presentes en no pocos país latino-caribeños bajo
el dominio neocolonial y sometidos a la estrategia neoliberal; como también
prácticas parecidas en materia de mercadología electoral en el contexto de estas
falsas democracias; por lo que entiendo importante dar a conocer las diferentes
experiencias.
- UN
DECRETO ENGAÑOSO PARA ENCUBRIR UNA COMPETENCIA ESPURÍA..
En este
contexto el reciente y difundido decreto mediante el cual supuestamente se
establecen a estas alturas nuevos criterios para contratar medios de
comunicación y plataformas digitales, regular la publicidad oficial e impedir
la utilización de recursos estatales y el dinero de la corrupción en la campaña
electoral, es una gran burla, un intento de engaño, que es preciso denunciar.
La
campaña electoral no comenzó ahora como se ha anunciado recientemente, y es muy
importante que esta realidad, como las propias características y profundidades
del proceso, se conozcan en todas sus magnitudes a nivel nacional e
internacional; sobre todo cuando agencias y medios globales, regionales y
nacionales, y el Departamento de Estado de EEUU y sus agencias se empeñan en
presentar a nuestro país como un modelo de democracia y desarrollo.
La
campaña electoral dominicana comenzó hace más de tres años con todo el
ventajismo de lugar en favor del partido de gobierno y aliados, y de la
re-postulación del presidente Luis Abinader; pero también con una oposición
política electoralista que representa los mismos intereses y evade
sistemáticamente las causas de todos los factores que nutren la multi-crisis en
expansión; lo que le garantiza enormes recursos y grandes privilegios
electorales.
La campaña
desplegada por una oposición también neoliberal, entreguista y corrupta (Partido
de la Liberación Dominicana-PLD y Fuerza del Pueblo-FP) -apelando a sus arcas
repletas de dinero robado durante los 20 años de gestión gubernamental que
precedieron al régimen actual- le siguió los pasos a la oficialista;
coexistiendo ambas como “clase política” gobernante, subordinada a las elites
capitalistas.
Desde su
primer día de gobierno, en el marco de la competencia entre opciones del
sistema, Abinader volcó todos los recursos de comunicación y todo el poder útil
del Estado en favor de la reelección del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y
de su reelección.
Toda la
asesoría de imagen del gobierno y la estrategia de promoción la gestión de
Estado se mezcló con la estrategia de campaña electoral.
El
colombiano Mauricio De Vengoechea, asesor de imagen del gobierno, y demás
mercadólogos del oficialismo, están contratados y pagados por la presidencia de
la república para promover el régimen y la persona de Abinader, su partido y
sus socios políticos.
Es el
preferido de ocasión, pero las otras dos opciones, con tendencia a unificarse
en segunda vuelta (si la hay), igual representan la reelección de todas las
calamidades señaladas.
La mayoría de
los ministerios y entidades gubernamentales han saturado al país de una
propaganda que a la vez que promueve su gestión, a base de no pocas falsedades,
promueve sus candidatos alrededor de la exaltación de la figura presidencial
elevada a la condición de nuevo monarca efímero.
Todos los
escenarios de la asociación público-privada han sido usados -y siguen usándose-
con esos fines.
Los shows
mediáticos electorales, las pasarelas politiqueras con la presencia del
presidente, los picazos y palazos en las inauguraciones, son incontables.
Todos los
medios de movilización, ejecución, soborno, compra de partidos y dirigentes.
han operado permanente. Ningún contrato de publicidad ha sido fiscalizado,
menos aún la compra de más de 20 franquicias partidistas acompañantes.
Mediante el
enorme crecimiento de un asistencialismo destinado a paliar limitadamente un
enorme empobrecimiento en expansión, se ha conformado un voluminoso sistema
político clientelista manejado desde el Palacio Nacional, que viene de atrás y
sigue creciendo.
Es cierto que
las alcancías, cajas fuertes y patrimonios de la oposición tradicional (PLD y
FP) -repletas de dineros y bienes robados- han sido utilizadas con iguales
fines y con todo el descaro del mundo; contando con la complicidad de este
gobierno y de la clase dominante-gobernante que han favorecido un régimen
impunidad que les permite actuar desde su condición de partidos delincuentes.
Todo el
diseño de los comicios y sus bases legales garantizan de nuevo, en el marco de
una competencia espuria, el predominio de las derechas neoliberales y racistas
anti-haitianas, de las fuerzas más conservadoras y pro-colonialistas del país.
- DEL
PLATO ELECTORAL DE TRES COMEN LOS TRES, UNO MÁS QUE OTROS.
Ahora
bien, entre los tres dueños de casi la totalidad de los fondos asignados a la
Junta Central Electoral (JCE) para distribuirlo entre los partidos
matriculados, el PRM recibe la mayor parte.
De la
inversión privada en el mercado electoral, Abinader disfruta, en su condición
de gobierno operado por grandes empresarios y sometido al coloniaje
estadounidense, de una porción de recursos muy superior al resto de los
actores.
En la
narco-política que lo financia a todos, son los campeones.
Cuenta con el
favor de sus medios de comunicación del Estado y del gran capital privado en
mucho mayor escala que sus contrincantes.
Del plato
electoral de tres, el PRM y Abinader se comen temporalmente la mayor parte. Ni
hablar respecto a los sectores marginales del arcoíris político del sistema.
Así pasaba
durante los pasados gobiernos de las otras facciones de derecha. El movimiento
es pendular y el relevo es cíclico.
Dinero
robado, el PRM tiene menos, pero tiene mucho.
Pero la nueva
corrupción empresarial, en esta fase de neoliberalismo duro, de apropiación
privada de gran parte del patrimonio público y natural del país, los recursos
derivados del tráfico de influencia correspondiente y del respaldo empresarial
que concita, dan para asignarle a la reelección una gran cantidad de recursos.
En esa
variante de la corrupción está incluida la bonanza turística al servicio y para
beneficio colosal de unos pocos, entre ellos la propia familia del presidente y
empresarios de su entorno.
Por
todo esto no es exagerado afirmar, que además de que la degradación en el
ejercicio de las funciones públicas no respeta ni Constitución, ni leyes, ni
los decretos que las rigen, ese decreto no es más que otro show mediático
orquestado por el conjunto de mercenarios de la publicidad mentirosa que
impulsa la estrategia electoral al servicio de Abinader y su Corte
político-empresarial, en competencia con adversarios de igual calaña.
Solo los
tontos o atontados pueden creer que ese paso podría cambiar el rumbo de
trampas, hipocresías, simulaciones y engaños, trazado y trillado durante la
mayor parte de este periodo de gobierno, de cara a las contiendas municipales,
congresuales y presidenciales programadas para febrero y mayo del 2024; bajo
control de las derechas y de las fuerzas más conservadoras de esta sociedad.
En ese fraude
de múltiples colores todos ellos son beneficiarios y se re-insertarán en un
Estado que los reelige en diferentes proporciones y funciones a nivel
ejecutivo, congresual y municipal. Y lo peor: que victimiza al pueblo
trabajador y a la madre tierra, reeligiendo todos los males acumulados.
Ojalá que
estas reflexiones y valoraciones puedan ayudar a la necesidad imperiosa a nivel
continental y nacional de crear fuerzas capaces de echar abajo este tipo de
regímenes y construir democracia. soberanía real, ambiente sano, economía
solidaria y justicia social.
Narciso
Isa Conde
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