sábado, 21 de diciembre de 2019

VÍCTOR RAMÍREZ Y SUS "CUENTOS COBARDES" CON LA VISIÓN CAÓTICA SOCIAL COMO UNA FARSA


ENSAYOS DE LITERATURA CANARIA 1977 (XXV)
EL ECO DE CANARIAS -DGO 18 SEPTIEMBRE 1977
VÍCTOR RAMÍREZ Y SUS "CUENTOS COBARDES" CON LA VISIÓN CAÓTICA SOCIAL COMO UNA FARSA
POR JOSÉ QUINTANA S.
"...Y de Víctor Ramírez, narrador próximo al pueblo, intérprete de muchos recovecos del sudor isleño, captador de una sociedad trabajadora y marginada. Hablaremos a nuestro regreso" - decíamos como saludo y despedida al marchar al "Royal Silver Jubilee Conference" de Londres en los primeros días de julio pasado.

         No sólo porque desde hace mucho tiempo nos impresionó su primer lanzamiento ("Cada cual arrastra su sombra"), sino porque ya teniamos en nuestras manos otra entrega: CUENTOS COBARDES... un poco de su primigenia producción con nuevas aportaciones cronológicas que nos van confígurando al escritor a través del tiempo, mostrando sus progresos, sus lecturas, sus aproximaciones, pero también el desarrollo de su propía personalidad, original no pocas veces a medida que se va olvidando de los requisitos didácticos o de la premura de los recuerdos, por cierto de una gran matización que colorea y salpica las págínas de remembranzas isleñas, comedia de la vida estrecha que conlleva a parte de nuestra sociedad atada mentalmente a la práctica necesaria de sentir "la obligada costumbre de estar siempre en la cama", según una versión inglesa...


Pero. Víctor Ramírez, con sus quíebros, nos sugiere que después de dos mil años de cristianismo el hombre no ha cambíado y que el niño sigue teniendo el mismo miedo a la moral paterna: "...,su sexo mohíno martirizado tanto, su sonrisa de tonta alegre por primera vez..." (página 20).
         Espiritualmente la humanidad sigue esclavízada en los mismos tópicos: fornicación, injusticias, subversión, terrorismo, humillaciones, guerras, persecuciones a seres desvalidos, dejación de los Derechos Universales, pisoteo de la clase caciquil de todo principio noble, bajando con la burguesía a la hosquedad de aplastar con su sadismo la inocencia de los retrasados mentales.

... Victor Ramírez nos sumerge en una retorcida cosmovisión amarga de la sociedad. Como el gran narrador argentino Ernesto Sábato, no nos presenta su aprehensión conceptual de las cosas, de los seres, de sus actos, sino una pincelada de la moral próxima.
         Su relato está afincado en personas de aquí mismo, sin salir de estrechos marcos familiares, conocidos. Quizá Victor Ramírez piense, como Sábato, que la narración no es una consecuencia para la extracción moral, sino una mostración puramente física que se distancia con su metafísica:
"... Había dos vasos en la barra y una botella, dos vasos acabados de vaciar y una botella mediada, también una lucerna de araña en el techo"... “página 23-),
en un vaivén continuo de apóstrofes: "...Blasín, te lo tengo que decir porque me levanta pena tu madre..." (página 25)m que identifica con el padre, con la madre, con el hermano... signados siempre por un destino adverso.

.. .La narración es caótica, sin llegar a ser rompecabezas; sí nos presenta el contrapuntismo de terminar siempre una narración dejándola en puntos suspensivos, para continuar encabalgada a la siguiente y termina y comienza la siguiente en puntos suspensivos, en relatos un tanto desvertebrados compartimentados en peripecias ("...es muy seria mi hermana, en cambio es algo cascabeles"... "Esta mañana me había ido al trabajo como de costumbre..." (página 37).
         Sitúa la situación distante de la acción para aproximarla al final, familiarmente, lejos del realismo mágico.

Víctor Ramirez no hace morir, como Unamuno, a sus creaciones; y no las somete a la aparición mágica como García Márquez o Vargas Llosa. La muerte es el relato mismo, la aparición simbológica de un... "Blasín, el que narraba de carretilla, cortó su retahila, olfateó ruidosamente"- (página 45)
         ...A veces su narración evoca con caracteres anárquicos la génesis de los arrabales de nuestra ciudad, teñidos con realismo vital que impresiona por su "veracidad" ("El odio sin jugo, el odio seco, sequito, hijos, como nuestros barrancos,como nuestras ahulagas, como nuestros guirres. sequito como nuestro porvenir" -página 11).

Son, en cierto sentido, hechos tremendistas, que agrían nuestro destino, con personajes que se van diluyendo en la nada; desaparecen, sin muerte real.
         Ve la vida como una farsa; si llega a ver a la novia, después de mucho tiempo, se la encuentra acaramelada con el primo, con la anuencia materna, como si no pasara nada, y nada pasa porque 1os personajes no reaccionan, no se violentan corpóreamente, asomando la ironía porque "al fin y al cabo uno la quiere", pero siempre en un monólogo dislocado que sugestiona al lector y le atosiga a que encuentre por fin su propia participación en la realidad narrada, no hay hilación de una sucesión con otra, cuestión que parece remitir al lector en su esfuerzo creativo de vacíos psíquicos, con preguntas y respuestas evasivas cuando no supuestas.
*

LA TECNICA NARRATIVA

...Lo que más sugestiona en la narrativa cuentística de Victor Ramírez son sus procedimientos de recuerdos y evocaciones, de roturas psíquicas, de presencias amargas marginadas en los lejanos dias de la familia, del medio, llegando a cierta dosis de proocedimientos técnicos reiterativos, invocativos, imperativos de querer mostrar en presencia el ayer y lanzarlo a la cara del lector sin previa advertencia.
         Es también, en cierto sentido, como una degustación de mofarse del lector, de vengarse de él, de insultarlo o de instarle a que se considere partícipe de las múltiples situaciones.
         Para ello se vale de todos los recursos que le vienen a la mente: las insinuaciones de personajes presentes que mencionan nombres o que le insta a forzar la narración sin más, aproximándose al relato contemporáneo de múltiples anécdotas.

Su narración se balancea entre la segunda persona y la primera ("si te pones recio, te cuento un cuento de veracidad cierta"), con la ironía del constrate que fluctúa también de la primera a la tercera persona continuamente.
Rehúye el YO, utiliza hasta la saciedad el TE enlazado con yuxtaposiciones conjuncionales: NO INQUIERAS..., JUNTOS SUPONGAMOS QUE... QUE AL OTRO LADO DEL... QUE JUNTO A UNA PRINCIPAL MESA... IMPÓRTENOS... (página 9).

Una característica en la narrativa de Victor Ramírez es el contrapuntismo como estilo, bien utilizando los puntos suspensivos, que nos permite pasar del pasado al presente, o situarnos en un futuro visionado, o dar saltos en el vacío.      Es, quizás, esta peculiar manera de la narrativa que más ha hecho célebre a HUXLEY... Contrapone pasajes del ayer al hoy, como si fueran actuales, utiliza acciones impersonales con otras donde la primera persona está presente, para continuar como si el hilo de la narracion no se hubiera interrumpido temporalmente ("...el libro estaba abierto por la geografía. Remedio, cierra esa ventana, dijo e1 Bánega con su vocecita de plañidera,  v me levanté, agarré, empinado, el cabo del hilo colgante...).

El autor de CUENTOS COBARDES se sume en recuerdos cercanos y lejanos, los mezcla con sueños y ensoñaciones indiscriminadamente. Con frecuencia nos embarga la duda de si el personaje sueña, narra o está en un roto monólogo frente a la realidad que le rodea, siempre físicamente. o está desprovisto de conciencia, o son creaciones de pura ficción.
         A veces potencia el diálogo; otras, languidece parsimoniosamente creando ese caos de que hemos hablado, y que nos sugestiona incitándonos a la perseverancia.
         El diálogo interior apenas asoma. No se produce el conflicto que todo lector espera. Queda en suspenso, en situaciones cambiantes.
         No hay estructura narrativa. Los cuentos son cuerpos discontinuos, con personalidad distinta, que hacen del volumen un grato recurso para la reelección. Libro que se lee y que debe ser leido por los lectores de la Literatura Canaria.
         Hay en este volurnen una gran dosis de isleñismo. del bueno.

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