miércoles, 5 de noviembre de 2014

CUMBRES ESCRITAS DE LA IMAGINACIÓN

CUMBRES ESCRITAS DE LA IMAGINACIÓN

ESCRITO POR  IÑAKI URDANIBIA

Un recomendable libro que es una invitación a la lectura y una guía inestimable para ella.

Quizá no estén todos los que son, o se puedan considerar como tales, pero desde luego sí que son todos los que están. Sesenta obras de la literatura presentadas por  un escritor, y dinamizador de iniciativas culturales , Kenneth Rexroth ( 1905-1982),  que fue un hombre comprometido ,  en distintos grupos de filiación libertaria, que luchó en pro de los derechos civiles, que objetó al ejército con ocasión de la segunda guerra mundial, y que se movió por los lares creativos de la generación beat; la variedad de  registros en el campo de la escritura ( poesía, ensayos, teatro…) y su frecuentación-como queda señalado- de los ambientes de la beat generación es quizá lo que más renombre le supuso más allá de las fronteras de su país. Dentro de esta variedad de la que hablo no se ha de olvidar su dedicación a la crítica literaria, que es debida a la cual le traigo a esta página ( Kenneth Rexroth,  << Cita con los clásicos >>. Pepitas de calabaza, 2014).

Definía así  Ítalo Calvino los clásicos : << pasa el tiempo sobre ellos mas siguen manteniendo su actualidad, su pertinencia de cara a una lectura del presente; “ un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir “. Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: “estoy releyendo” y nunca “estoy leyendo” >>. Realmente, y como ya he señalado de entrada, los sesenta libros que nos  son presentados en el volumen que ahora se publica merecen tal calificación. Desde el << Poema de Gilgamesh >> hasta Chéjov abarcan las críticas que el autor publicó originalmente en Saturday Review.  El libro no tiene desperdicio y puede, y debe, convertirse en una brújula de lecturas siempre a mano, y ello por las obras de las que se habla ( me limitaré a nombrar algunos de los autores de las obras: Homero, Platón, Lucrecio, Marco Aurelio, Murasaki, Tomás Moro, Montaigne, Shakespear-por partida doble- , Cervantes, Stendhal, Flaubert, Baudelaire, Rimbaud, Marx, Dostoievski, Mark Twain , y…me dejo un montón), sin obviar la sagacidad con que se hace, lo que supone que este libro sobre los clásicos se convierta por obra y gracia de lo mentado en un verdadero clásico.

La vida es trágica, y es la tensión en que se juega tal partida, en donde surge la literatura, no como supuesto recetario en el que buscar la solución a nuestros problemas, ni los del momento en el fueron escritas ( aunque entre algunas de las incluidas sí que se presentan caminos hacia la armonía; y pienso en Platón, Moro, Maquiavelo o Marx), mas sí como arquetipos que sirven, mutatis mutandis, como espejo de las vidas de los lectores: entre la risa y el llanto, por no recurrir a la figura del balanceo schopenhaueriano que reducía la existencia a un continuo péndulo entre el dolor y el aburrimiento, ni a la del valle de lágrimas cristiano.

No es el menor de los méritos de las críticas de Rexroth, el recurso al lenguaje llano, que no quiere decir desde luego simplón, que facilita la lectura y que nos hace acceder a los libros visitados en mejores condiciones y con algunos rasgos señalados que resultan de franco interés orientativo, al tiempo que abren caminos hacia otras obras y horizontes de ideas, pues- y no es tampoco mérito insignificante de los textos- las relaciones son señaladas por Kenneth Rexroth con una naturalidad y con una sagacidad que le honran y que hacen las seguras delicias de un lector que se precie. Lo he señalado de pasada, pero el asunto merece mención aparte: la capacidad de relacionar autores y pensamientos de muy distintos horizontes ( los cuatro puntos cardinales) con una naturalidad que puede sorprender al lector, abriéndole a familiaridades insospechadas y , en apariencia, abismalmente alejadas. 

Un recorrido por la historia de la humanidad a través de unos textos que dejan ver los modos de pensar, de soñar, de viajar y de creer, y que nos muestran algunas constantes que acompañan a los humanos desde el momento en que empezaron a serlo y a dejar constancia escrita de todo ello; así el amor, el odio, la venganza, la violencia, la amistad, la búsqueda de la felicidad o de explicaciones que calmasen el desasosiego ante lo desconocido e inexplicable, adoptan carta de naturaleza en las páginas de la obra.

Un necesario libro que es una tentadora invitación a la lectura( mejor cabría decir:  a las lecturas ), que con su compañía resultará  más fructífera. 


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