PAN Y CIRCO
Todo lo que hace Vasile
tiene un objetivo: idiotizar a la sociedad, pasar de la política y de lo
público a lo individual y lo privado; debatir banalmente las cosas más
importantes para despojarlas de sentido, de ideología, de intención política
MÓNICA ANDRADE
Por suerte, tomarse
unas cañas con los amigos ayuda siempre a vencer la timidez y a fijar
posiciones. Ahí van algunas:
1. Todo lo que
venga de Mediaset, la cadena de Berlusconi, debe ser tomado siempre con pinzas
y una inmensa prevención. Tele5 es la televisión que más ha contribuido en
España y en Italia a perpetuar y modernizar los códigos y estereotipos del
patriarcado, la misoginia y la cosificación de las mujeres. Si ha dado por unas
horas la vuelta a esa tendencia no es porque se haya vuelto de repente
feminista, sino porque necesitaba hacerlo por razones de audiencia, es decir,
de dinero. Nunca se fíen de un tipo como Paolo Vasile, el muñidor audiovisual
del principal laboratorio del populismo de derechas en la posguerra europea.
Todo lo que hace Vasile tiene un objetivo: idiotizar a la sociedad, pasar de la
política y de lo público a lo individual y lo privado; sexualizar el
pensamiento; debatir con la mayor ligereza y banalidad las cosas más
importantes para despojarlas de sentido, de ideología, de intención política.
Tele 5 es lo contrario de un medio de servicio público: es una máquina de
triturar personas y evitar mensajes sociales positivos y solidarios, una
lavadora de conciencias, un imperio del entretenimiento más vulgar, cuyo fin
último parece ser banalizar el machismo, arrasar con los valores éticos y
morales y proclamar que la zafiedad como modelo de comportamiento es tan
legítimo como otro cualquiera. La fórmula comunismo o libertad no la inventó
Ayuso. La inventó Berlusconi cuando saltó al campo de la política abjurando de
los políticos y de las togas rojas y firmando un contrato ante notario con los
italianos. La política espectáculo, es decir la baja política y sus monstruosas
derivadas, nació con Berlusoni en Tele 5 Italia y con Jesús Gil en Tele 5
España. Todo está inventado.
2. Siempre es
positivo que se hable en las televisiones de gran audiencia de la violencia de
género. Desde 2010 Feminicidio.net ha documentado 1.126 asesinatos de mujeres.
El ‘Yo acuso’ de Rocío Carrasco puede que haya sacudido algunas conciencias
dormidas y seguramente ha ayudado a otras mujeres a entender lo que les estaba
pasando a ellas mismas. Dicho esto, el docudrama llevaba un tiempo grabado, y
Tele 5 esperó el momento justo para emitirlo, permitiendo durante largo tiempo
que el maltratador de Carrasco siguiera cobrando dinerales por destrozarle la
vida en público. El colmo del cinismo y de la perversión serializada. Luego
Tele 5 ha vestido la reaparición de la mujer escondida y maltratada durante
años invitando unas pocas horas a periodistas y activistas feministas para dar
un contexto serio a la exhibición del espanto. Flor de un día. Al siguiente,
Sálvame ha vuelto a su formato habitual: tertulianos vociferantes opinando a
favor y en contra, como si todas las versiones fueran igualmente válidas. A eso
no se le puede llamar periodismo, eso es circo mediático, banalización de un
problema muy grave. Y me temo que sus efectos de fondo, más allá de llevar el
debate a lugares y ámbitos donde no suele hablarse de esas cosas, los pagaremos
en breve. Personalizar en dos rostros famosos y con un formato de
entretenimiento, en horario de máxima audiencia, un asunto tan grave puede
derivar en una situación aberrante en la que unas y otros acaben tomando
partido sintiéndose igual de legitimados, como si esto fuera una especie de
competición: aquí los tiene, los dos son humanos y tienen sus fallos y sus
virtudes: siéntase usted libre de apostar por el verdugo o por la víctima.
Y, entre tanto, ¿la violencia de género?
Bueno, eso ya tal...
Puestos a elegir,
yo me quedo con el documental sobre Nevenka.
Gracias por estar
ahí y disfrutad de vuestras vacaciones, si las tenéis.
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