CIUDADANOS Y 'FLAPPERS'
ANÍBAL MALVAR
Ciudadanos está
desapareciendo con el mismo estruendo con que se creó, y resulta bien gracioso
analizar cómo los gurús ideológicos de nuestros medios interpretan este fulgor
y decadencia tan repentinos. Uno se dio cuenta de que los naranjas no tenían
futuro el día en que los tertulianos y algunos columnistas dejaron de llamar
Inés, a secas, a Arrimadas. Se habían terminado el idilio, el sortilegio y las
mariposas en el estómago. De Ciudadanos se alababa la presunta vocación
centrista, capaz de pactar a izquierdas y derechas con moderación. Pero poco se
observó en la práctica esa flexibilidad, y ahora que la dirección intenta
recuperar aquel limbo intermedio resulta que ya no le parece tan gracioso a los
periódicos que C´s pueda pactar con la izquierda. Contradicciones implícitas en
el amor y el desamor: lo que más nos fascinó en la primera cita, es lo que más
detestamos en la última.
Los exégetas de la
izquierda aseguran que Ciudadanos empezó a morir el día de la foto de Colón, y
los de derechas datan la defunción en la mañana en que intentó salirse de esa
misma foto un poquito. Editorializa el ABC bajo el título 'El error de
Arrimadas' (ex Inés): "No ha entendido que un partido que se dice liberal
no puede firmar nada, por principios y coherencia, con el PSOE de Sánchez y la
extrema izquierda de Unidas Podemos". Si esto fuere así, está claro que
Ciudadanos no tiene utilidad política alguna, pues nadie escoge caminar con
muletas si lo puede hacer sobre los dos pies.
Y es que el centro
político no existe sociológicamente en España ni existió nunca. Aquella Unión
de Centro Democrático de Adolfo Suárez fue una invención franquista y
falangista: el propio Suárez había sido camisa azul, jefe provincial del
Movimiento Nacional y gobernador civil de Franco en Segovia, entre otras
responsabilidades, que le quitaban tanto tiempo que no hallaba el hombre un
rato para combatir el fascismo ni correr delante de los grises.
Los españoles
todavía no lo sabíamos, pero el centro derecha ya estaba ocupado desde el
inicio de nuestra democracia por el PSOE filibustero de Felipe González. No hay
nada menos socialista ni menos izquierdista que la privatización de servicios
básicos que con voracidad especulativa protagonizaron los primeros gobiernos
del PSOE. Los empresarios españoles no ponían un chavo en la Alianza Popular
del fascista mal disimulado Manuel Fraga, pues estaban más que satisfechos con
los servicios que les prestaban Felipe y Adolfo, siempre sensibles a los
arrullos pedigüeños de la vieja y la nueva oligarquías.
Viendo los quesitos
del tablero actual, se puede inferir que la aparición de C´s solo sirvió para
derechizar todavía más al PP, que con Aznar ya había perdido todos sus
complejos.
Con esa capacidad
que tiene La Razón para albergar lo mejor del periodismo mágico, el otro día
clamaba el periódico de Planeta para que "ambos partidos [PP y C´s]
mantuvieran tendidos los puentes, consolidando unos gobiernos de coalición que
estaban funcionando muy correctamente". Tan correctamente que algunos
líderes naranjas acudieron a los juzgados con miles de folios que certificaban
la corrupción, ya más viciosa que sistémica, de sus socios de gobierno.
Lo mismo le pasa a
El Mundo cuando estudia el tablero de la batalla, que se olvida de ese pequeño
detalle de la corrupción: según el diario de la bola, la "operación en
Murcia es incompatible con un partido que se dice abanderado de la
regeneración". Lo de que el PP murciano sea el más corrupto de España
según la estadística jurídica, pues ya tal.
Lo cual que se
queda uno con la impresión de que Ciudadanos muere con la exacta alevedad
intelectual e ideológica con que nació. Era solo estética y dinero, como una
flapper segundona de Scott Fitzgerald. La flapper, cuando envejece, deja de ser
flapper. Y no te digo nada cuando, de su ligereza ética, ya no puede extraer
dinero, como le pasa ahora a Ciudadanos. El dinero está ahora en Vox, que es la
versión gonádica de otro tipo de flapper: el partido de Abascal recibe más
aportaciones privadas que todos los demás partidos principales del arco
parlamentario juntos. ¿Y de dónde viene ese dinero?: del que lo tiene: la vieja
oligarquía.
A mí me daría un
poquito de pena Ciudadanos si Ciudadanos hubiera realmente existido. Es perder
el tiempo desperdiciar un fin de semana tan soleado llorando por la muerte de
una nada.
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