LATINOAMÉRICA IRREDENTA
Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta.
"La vida de un
hombre se proyecta en sus actos, queda como testimonio de un tiempo, de una
era". (Per se, 1987)
Las condiciones revolucionarias están dadas con exceso en nuestra Latinoamérica, en tiempos de pandemia sobre todo y ante toda instancia de liberación y autodeterminación... lo apreciamos en el empobrecimiento de la clase trabajadora, como se acostumbra decir, término dicotómico, fuera de tiempo y espacio, pues ¿quién puede tener dudas de que esta clase se encuentra proscrita, exiliada de la realidad y de sus derechos como parias del sistema excluyente y criminal, que sufre desde hace 200 años?, condición de explotación y proscripción, en que han sido instalados, llevada a cabo bajo la pesada bota de las castas oligarcas (paleo y neo), acumuladoras de poder, devenido de su servilismo y sometimiento al binomio Washington-Wall Street.
Mal le pese a quién
le pese, apuntó como responsables también, a los simulados autodenominados
progresistas de izquierda rentada, hoy desnudos ante el embate de la pandemia,
que los dejó claramente sin artilugios para embaucar con sus discursos vacuos,
siempre en involución gradual sin sentido, hacia ningún destino, ¿pactantes con
los grupos de poder financiero?
La revolución
democrático-burguesa fue progresista en Europa al romper los estamentos
feudales y apresurar el desenvolvimiento económico y político de la sociedad,
liberándola de la estratificación medieval.
En Latinoamérica y
en este milenio, tan mezquino en sus fines, esa revolución ya no representa
progreso alguno, pues el desarrollo es de otra índole, como consecuencia de la
expansión del "nuevo conocimiento", me refiero a la tecnología que
acciona de modo innegable, violentamente sobre los pueblos rezagados
empobrecidos, por golpes constitutivos imperiales, exteriores, acompañados por
traidores interiores, estos últimos representados por partidos políticos,
pudibundas burguesías empresariales y colectivos especulativos y molestos al
instante de anteponer sus requerimientos, que pareciera es lo único que
alientan sus discursos altisonantes, financiados por personajes como Soros y
otros patrones de mascotas de la región, a las urgencia del instante que nos
plantea el Covid-19, la violencia como modo y manera de informar fake news la
trama mafiosa de medios, conformada por mercenarios rentados por funcionarios
de gobiernos de todos los colores.
El enemigo interno,
servil al imperio, patrones-esclavos que no dejan de intentar y lo han conseguido,
sin espacio a dudas, esclavizar a pueblos, en crisis de identidad y
pertenencia: “esclavos de esclavos”, los pueblos de Latinoamérica… indecente e
indigno, irreconciliable con lo que debería nuestra condición de llegar a
“ser”, al margen de cualquier intento de conciliación, en grado de servilismo.
El asalto al
Moncada, es un ejemplo de cómo la derrota parcial puede ser base del triunfo,
cuando sirve para marcar el camino adecuado y demuestra una voluntad inflexible
para seguirlo. Las ideas no mueren, por más que aparentemente lo parezca, sin
haber cumplido su ciclo de necesaria evolución, pese a quién le pese.
El político vulgar
es puro pragmatismo, lo cual le facilita, si tiene intuición, captar el sentir
del pueblo y llegar a gravitar sobre él. El político revolucionario tiene que
combinar la ciencia con el arte, lo que es mucho más difícil y como actúa sobre
el presente, pero con la mirada puesta en el porvenir, estar atento a un
equilibrio inestable, que debe mantener en medio de un mundo fluido y
dialéctico, para no caer en el oportunismo ni en la abstracción culturalista.
El régimen de la
propiedad privada de la tierra, devenida en latifundios insondables, determina
de modo brutal el régimen político y administrativo de toda nación. Sobre una
economía semifeudal no puede jamás prosperar ni funcionar instituciones
democráticas... dejen de engañarse.
Nunca se debe
considerar el patriotismo con criterio de torpe exclusivismo, como concreción
aislada de la vida circunstante, sin nexos con resaltantes realidades
mundiales, pero es deber defender con irreductible energía lo que constituye
una personalidad nacional y lo hago extensivo para la cristalización de la tan
mentada Patria Grande, lo que imprimirá el carácter preciso y rotundo que
precisa para imprimir su sello en la Historia de la Civilización.
El denominado
neoliberalismo ha hecho nido en el planeta, incluso en la Latinoamérica
progresista, o van a negar que no es realidad, ¿creen que la pandemia ha
eliminado al neoliberalismo?.
¿Existen
alternativas además de simular que existimos en democracias procedimentales,
teniendo al mercantilismo como deidad suprema, con una mínima parte de la
sociedad en cuyas manos se concentra la riqueza y el poder?.
Vista en
perspectiva esta época será considerada una época revolucionaria, con la
pandemia acompañando de modo mórbido la vida de la humanidad, desintegrando los
movimientos asimilados al capital y la conciencia de clase, ¿qué clase?, no
dudo no se ignora, a quienes aún les funciona la sensibilidad, la conciencia
social, que las divisiones entre ricos y pobres, entre elegidos por las cortes
imperiales para eliminar la vida en naturalidad y los excluidos, son
absolutamente incompatibles con el concepto de justicia... luego podremos
dialogar de modo veraz, dando espacio a las diferencias, en sus fines más
emblemáticos, sobre los temas que imprimen nuestra esencia de ser hombres que
darán el paso de la prehistoria a la historia.
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