MONTAÑAS...
DUNIA SÁNCHEZ
Montañas y montañas, acaso es que no las avista. Ahí delante de
ti en peregrinación al ocaso de la jornada. Mira al frente. Ante ti se muestra
la maravilla de la naturaleza, así, salvaje, misteriosa, hechizante, bella.
Corramos hasta ella. Sí…si puedes. No te ciegues ahora y escalemos hasta su
cima. Da igual el oscurecer es noche de luna azul. Una luna que nos dará de
beber a cada paso firme que marquemos. Vamos ya…deprisa que la brisa también
nos ayudará. Dame la mano, iremos unísono en la ascensión por este camino de
cenizas y picón. No temas. No está muy lejos esa cumbre que debemos alcanzar.
Allí hallaremos esa vela que se columpiará con nuestra danza. Sí, la danza de
las manos libres al son de los cernícalos que alzarán su vuelo para llevarnos
lejos, muy lejos. Llegaremos a la isla
plateada que abre y cierra sus puertas según el corazón alado de sus
sensaciones. Por ello, te pido, se feliz.
Sí feliz como ese arco de colorines que nos muestra el apagar de la
lluvia. Vamos, ánimo, dame la mano, te digo. Ya es la noche y la luna muestra
su traje más espectacular. Escúchala…escucha lo que nos dice. Su susurro con el
viento lento y tenue me llena de gozo, me hace cierto cosquilleo. Acaso, no lo
sientes. Me miras. Así, ensimismado, sin saber que decir. No digas nada y
subamo
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