CHUPACABRAS
ARAMÍS QUINTERO
Un
caballero romántico,
estrábico
y muy miópico,
a mí
quiso darme un ósculo,
cuando
llegaba el crepúsculo.
No
quise ser antipática
con
este galán errático,
le
dije que era muy cándida
además
de ser católica.
Que
aquí había un equívoco
que no
era una cabra díscola
yo
estoy casada y neurótica
que
busque una soltérica,
no a
una pollona reumática
¡Chupacabras!
pues, ¡ubícate!
—¡¿QUIÉN ANDA ESTORNUDANDO?!—
ARAMÍS
QUINTERO
—¡¿Quién
anda estornudando?!—
grita
el rododendro, rodando
de un
lado para otro.
—¡Soy
yo!—
contesta
el pobre regaliz,
que
pasa regalando
agua
por la nariz.
Y el
rododendro grita: —¡Que se vaya
bien
lejos de este prado!
¡O
mejor, del país!
El
regaliz sólo contesta: —¡Atchís!—
y deja
al rododendro rociado.
♦
No hay comentarios:
Publicar un comentario