BOICOT AL CRIMINAL COLONIALISMO ESPAÑOL
(Movimiento UPC)
Celebramos el solsticio de invierno que,
como su propio nombre indica, señala el inicio de esta estación, una fiesta
ancestral, de carácter astronómico y por lo tanto científico que se conmemora
desde mucho antes del nacimiento de Cristo y que la Iglesia Católica Apostólica
y Romana, la misma que condenó a Galileo a morir quemado vivo en la hoguera si
no se retractaba de su demostración de que era la Tierra la que giraba
alrededor del Sol y no al revés, manipula para, torticeramente, hacer coincidir
con el falso aniversario del nacimiento de Cristo (“No levantarás falsos
testimonios ni mentirás”, reza uno de los pecados capitales de tal institución)
.
No es una casualidad esta coincidencia,
pues lo mismo ocurre con la mal denominada Semana Santa, otra fiesta
astronómica para señalar en el calendario el primer plenilunio de la primavera
y que la Iglesia Católica, etc., hace coincidir con la muerte y la descabellada
idea de la resurrección de Cristo, con el agravante de que en este caso la
fecha fluctúa enormemente pues unos años es en abril y otras en marzo al
depender de la fase lunar. Hay muchos más ejemplos que sería prolijo enumerar.
El Movimiento por la Unidad del Pueblo
Canario (Movimiento UPC) se suma a la alegría de estas fiestas en cuanto al
significado astronómico de las mismas se refiere, deseándoles que esta
conmemoración nos libere del yugo colonial español y nos traiga la libertad, la
felicidad, la dignidad y la igualdad, colonialismo responsable del expolio
económico de nuestro pueblo y, en consecuencia, de la miseria, el hambre y la
esterilización cultural y educativa, incluyendo el envilecimiento de la colaboradora
casta política, imprescindible para el mantenimiento del colonialismo y que
llevó al compatriota Víctor Ramírez a afirmar que “el castrado no odia a quien
lo costró sino a quien no se deja castrar”.
El esclavizado pueblo canario, los guanches
de antes y los de ahora, sostenemos el colonialismo desde el año 1402 con la
caída del Rubicón en Titerroygacat (Lanzarote), lo que originó un siglo de
feroz resistencia de nuestros antepasados, hasta 1495 con la claudicación de
Chinet (Tenerife), colonialismo que, como una vil sanguijuela, usurpa el fruto
de nuestro trabajo y las riquezas de nuestra patria, implantando un modelo
económico a su servicio que implica un mercado canario cautivo de los intereses
metropolitanos que impide nuestro desarrollo.
Esto ha generado ciclos agudos de la crisis crónica que
padecemos desde la colonización española, ante la fragilidad de nuestro sistema
económico especulativo que ha buscado siempre la generación rápida de riqueza
con la intención de que esta salga al exterior inmediatamente. Hay que dotar al
Archipiélago Canario de un tejido productivo que nos permita generar riqueza a
medio y a largo plazo y que esta luego pueda mantenerse en el tiempo. Este
tejido productivo debe sostenerse sobre varios pilares de producción y generar
un proceso encadenado que lleve a nuestro país al desarrollo y bienestar sin
hipotecar para ello nuestra naturaleza sino, al contrario, usando este para la
generación de riqueza energética y ecológica.
En este nuevo modelo económico deben fortalecerse los sectores
productivos primarios y secundarios, para alcanzar la soberanía alimentaria,
acorde con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), evitando que,
como ocurre ahora, sea un único sector nuestro motor económico y social, con lo
que esa dependencia exclusiva supone de inestabilidad ante fenómenos externos a
nosotros.
El colonialismo introduce en nuestra patria productos
subvencionados de baja calidad y precio, como lácteos y sus derivados, carnes de todo tipo y
pelaje, vinos y licores, jamones e incluso frutas y verduras incapaces de
competir con la calidad de los productos obtenidos por nuestros agricultores,
ganaderos y pescadores para, aprovechando la miseria que el colonialismo genera
y ante nuestra baja e incluso nula capacidad adquisitiva, ofertar productos a
menor precio que los del País.
Bajo ningún concepto debemos adquirir estos productos introducimos
por el colonialismo a través de nuestras inexistentes fronteras, pues es preferible
quedarse sin comer que enroncharse y más ingiriendo esa bazofia alimentaria
(recuérdese la contaminación de la colza, las vacas locas, etc.), boicot que,
con coraje, debemos hacer extensivo a cualquier artículo de consumo procedente
de ese país invasor (vehículos, electrodomésticos, tejidos, calzados), fijándonos
detenidamente en el lugar de procedencia antes de adquirilos, recurriendo
preferiblemente a consumir artículos de otros países, generalmente de mayor
calidad, si el mercado no dispone de los excelentes productos del País canario.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario (Movimiento UPC)
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