DISCRETO ENCANTO DE
LA ALIENACIÓN
EDUARDO
SANGUINETTI, FILÓSOFO
, POETA Y PERFORMER.
"Desacreditar viejos paradigmas por ser inútiles para enfrentar una nueva realidad, cuando en realidad el equívoco es utilizarlos, y la tentación más fácil: fingir una crisis. Pero no hay exactamente crisis de valores, imperan unos nuevos apenas identificados, tanto más peligrosos cuánto más se invisibilizan, cuánto jamás se discuten..." (Fragmento del capítulo I de mi libro "El Pedestal Vacío" Ed. Catari, Buenos Aires, 1994)
Esta sociedad presentada como un modelo por la enseñanza proporcionada por ella, los jóvenes conocen algunos secretos, no los del poder sino sus resultados. Lo que comúnmente es ocultado y disimulado no tiene secretos para ellos. Los desórdenes y carencias de sus vidas cotidianas ¿no les permiten descubrir inconscientemente las fallas irreversibles que preceden al derrumbe?
La sociedad de
consumo sigue poseyendo el discreto encanto de la alienación, delirio suave de
los objetos y de las necesidades innecesarias, similar a la escena de lo
político en este milenio del espectáculo miserable, por exceso de uso y abuso
de todos los valores que simbolizan la vacuidad del mercantilismo, su burla y
sadismo operando en función de dar espacio a la promiscua información, que ha
llegado a sustituir a los prestigios de la trascendencia (de la que formaban
parte el análisis teórico y crítico). Promiscuidad absoluta, excesiva.
Simultaneidad de todos los puntos del espacio, del tiempo, de los hombres bajo
el signo de la instantaneidad de la luz: se acabó el lenguaje. Se acabó la
superficie (¡qué agradable era la proximidad en los tiempos de la distancia!),
se acabaron las apariencias y las dimensiones: interfaz y transparencia.
Se habla de modo
compulsivo, en los centros de conocimiento 'express' de la proxémica de las
relaciones humanas. Sería mejor hablar de proxémica de la información, de los
flujos, de los circuitos, que instituyen una proximidad de todos los lugares,
de todos los seres humanos entre sí, la circularidad de las preguntas y de las
respuestas, de los problemas y de sus soluciones. Escatología de la
información: el sueño de la conductividad absoluta sólo puede ser excremento.
¿Existen nuevos
espacios de libertad? Sólo la programación es libre. Se creía en el pasado no
demasiado lejano, que el individuo estaba alienado porque otros (el Estado, el
poder) poseían toda la información sobre él. Pero las cosas han tomado otro
cariz. Hoy, en este milenio, como no dejo de replicar como tiempo de las
grandes muertes, el individuo nunca se sentirá tan alienado por el hecho de que
se sepa todo sobre él como por el hecho de que él se vea obligado a saberlo
todo sobre sí mismo. La información, el incremento de información sobre
nosotros mismos, es una especie de ejecución por electrocución. Se produce un
cortocircuito en el que el individuo quema sus circuitos y pierde sus defensas.
Ocurra lo que
ocurra con esta fatalidad de la información en la que está sumergida la
humanidad, de la que he descrito en diversos editoriales y libros, todos los
síntomas, contra-interpretados simplemente por una visión optimista, al estilo
de los tiranos y delirantemente plena de buena voluntad, a la que se abandonó
toda la sociedad, sin la menor resistencia, promocionada por ridículos
gobernantes y líderes de opinión execrable, de ahí que les comunico que de nada
les servirá llorar o reclamar devolución del tiempo perdido, todo está ya
calculado y se marcha a un futuro que es hoy, sin horizonte a la vista.
Queda en cada
individuo la posibilidad de decidir qué hacer con la angustia que llevan dentro
suyo, devenida en asimilarse a esta maravillosa subcultura informática y
cibernética del cambio, que impone a cada cual reevaluar a cada instante no
tanto sus posibilidades de jugar y de vivir (eso si era libertad), como sus
probabilidades de sobrevivir en un mundo aleatorio y móvil. Juego que despierta
la libido para los privilegiados de la infocultura, pero no necesariamente para
la masa abigarrada, tras los valores inexistentes que transitan cual parias por
los senderos del perjurio y de haber sido domesticados por dictadores totalitarios,
travestidos de demócratas.
Lo apreciamos en
este Tercer Mundo Informático, que se agota en encontrar una autonomía ideal en
la gestión de sus propios asuntos, pues no es otra la forma de la
"libertad" en un universo indeterminado, sin perfil nítido... Sin
resistencia nostálgica, pues la visión habitual que se sembró en el planeta es
la del imperialismo de los sistemas totalitarios, hacia donde se produce un
deslizamiento preferencial de la libertad hacia la servidumbre voluntaria.
Con el pretexto de
apuntar a un porvenir que sólo era posible en un contexto ya desaparecido, se
obstina en desconocer, en rechazar aquello que no consta en las agendas de
dirigentes de cualquier tipo, y a la vez conservar lo que se considera
necesario para alcanzar un futuro imposible.
(*) Filósofo
(Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista
argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en
América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del "Manifiesto
de los indignados contra el neoliberalismo'' año 2011. Miembro-asesor de The
World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), "Biography of the year
Award" Historical Preservation of America (1986), "Man of the
Year" IBC Cambridge 2004. Miembro activo de la Sociedad Argentina de
Escritores (SADE).
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