miércoles, 19 de agosto de 2020

REZONGO

 

R E Z O N G O

Escrito

José Rivero Vivas

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Del libro inédito:

LETRAS DE

REFERENCIA

CANARIA

Distintas Fechas

Obra: E.23 (a.112)

José Rivero Vivas

Febrero de 2019

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José Rivero Vivas

REZONGO

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Cierto incidente, no perceptible, en la Feria del Libro, Santa Cruz de Tenerife 2019, trajo a mi mente, en símil ocasional, lo sucedido a este respecto, hace ya algunos años, y comenté:

Como a nosotros, autores de casa, nos ofrecen una lata de sardinas, mientras que, al foráneo, invitado de honor, le brindan un Stradivarius, es difícil que nuestra música alcance más allá de donde estamos. Aun así, perseveramos en este empeño, con claro objetivo de abrir brecha y dejar constancia de nuestra existencia, pese a la controversia generada en torno, así como a la adversidad, la indiferencia y devastador silencio que envuelve nuestro quehacer. No obstante, seguimos en pie, arduamente esforzados, tratando de hacer llegar nuestra palabra a límites que sobrepasen la errónea sordera promulgada. Tal iniciativa hará posible que se escuche nuestro canto, y el oyente podrá apreciar cuánto decimos acerca de este ámbito en que henos nacido, y más allá inclusive, en dimensión íntima, extrapolada a todo ser viviente, en este sufrido planeta, torpemente maltratado.

A este respecto, me permito recordar una alocución, escrita hace escaso tiempo, acerca del malestar de la Tierra, bien con pandemias, bien con catástrofes y guerras; unas, comerciales, otras de símbolo y color, con predominio de insulsa ideología, traducida en falacia, puesto que en verdad trata de preservar los privilegios de algunos, apoyados en la abigarrada legión de subalternos, con cargo de jerarca uno o dos, destacados otros, en facundia redentora, genuflexa categoría y caricaturesca admonición.

¡Grito y mutismo, exclamación y rumor, ruptura ficticia y fementida solidaridad! De todo se oye en este compás quimérico, por más que el cuitado engrose sus filas y amenazante alce los brazos contra el aciago malestar, sin advertir que su artero impulso se convierte en ariete fulminante de su ponderada encomienda. Ello nos postra en la contemplación del derrumbe de cuanto acontece, pese a intuir que el ser humano, en su activa presencia, se encuentra asimismo en período de conclusión, riesgo que no concibe por hallarse imbuido de iracundia y soberbia.

Lo paradójico es que, en antiguas épocas, se ha experimentado estos escarceos, sin abrigar sospecha de la hecatombe final. Luego, al cabo de milenios, ha surgido nuevo núcleo poblacional, cuyo comportamiento persiste en diferenciar entre adeptos y repelidos, incidiendo en similar desafuero al propiciado por aquella remota estirpe ancestral.

Recientemente ha venido a incrementar la ansiedad ese confiscado virus, cuyo nombre parece de uso ambiguo, que causa terror en los dirigentes, y aguda animadversión entre habitantes de extrañas latitudes y aun de idéntico terruño. Lo cierto es que daña por igual a una raza y otra, a quien figura de esfera elevada y aquel de extracto social postergado. Todos, enconados, se irguen contra todos, por cuanto la pedrada será más efectiva, aun cuando resulte descalabrado el propio lanzador, que no esconde la mano al arrojar el cuerpo del delito contra su odiado enemigo.

Es de suyo superfluo intentar conciliación en esta vorágine de odio y aberración, puesto que, la duda entre iguales, ha quedado establecida y bien afianzada en el género humano, que se vuelca en la idolatría de particular especie animal, mientras devora otras en su afán de alimentación y glotonería. Así, pues, el votante tomado de versión oficial, influido por medios de comunicación y redes sociales, pensará en futesas, al oír el lastimero acento del desvalido, argumentando en su contra, que es eterna canción del perezoso, en su inhabilitación extrema. De lo cual se desprende la certeza de que se va directo al autoexterminio, aunque los investigadores, en su circunspección, respondan con circunloquios a las preguntas del presentador, en un canal de televisión de híbrido concepto. Desafortunadamente, suena su insulsa charla a diatriba, abocada a espeluznante altercado, cuando, bien analizado el evento, se desmorona el secreto por sí solo, y están todos suspensos, por temor a ser oídos, sin pensar que su aguda respiración queda perennemente estereotipada, no en la mascarilla, sino en la misma ambientación del programa.

Lo cierto es que el espíritu derruidor crece en el ser humano y de su redentro se apodera, convirtiéndolo en ejecutor de vidas, aun cuando permanezca dócil y amaestrado, entre mullidos cojines, o sentado sobre un cajón. No es, por consiguiente, cuestión de mando, a través de alcurnia y prosapia, donde todos, de arriba abajo, estamos condenados a la desaparición cierta, por condimentar le pot-pourrí que deja lleno de horrura a este globo malherido.

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Ahora resta recomponer el descalabrado perfil del edificio derrumbado, ante la sede internacional de cuantas naciones optaron por llegar a la primera reacción de los tocadores, vertida en una composición programada para el futuro concierto. Su inferencia ratifica que, el fin perseguido es la clara exposición de expresas situaciones, a pesar de que su enseña aparente inverosímil a quien reside al margen del grave episodio; pero, su impronta, no deja de estar apoyada en fundamento real, aunque aparece disimulada tras su semblanza atractiva, creada en su propio seno, inclinado el escritor a proporcionar decoro y belleza, sin detrimento de autenticidad.

Existe, sin duda, diversas características que marcan diferencia respecto de cuanto se cierne en torno al autor y su obra. No obstante su capital importancia, en la implantación de la producción creativa, no sería prudente entrar a enjuiciar lo que, lejos de barrunto, supone ser cualidad extraordinaria de quien tuvo la fortuna de ser elegido para disfrutar el regalo de un destino prodigioso. Así observamos que, antipatía y simpatía, adhesión y rechazo, indiferencia y agrado, se producen libremente con relación a quien destaca y sobresale en el campo profesional de su actuación. Consciente de ello, el artista se siente obligado a asumir el distanciamiento impuesto, por voluntad popular, al tiempo de conservar su curiosidad reservada para aquellos casos que, abiertamente, despiertan su interés, relativo al dominio sensacional de su producción, contemplando absorto las truncadas líneas de general lanzamiento y reclamo.

De hecho, se reproduce la antigua tesitura, y es preciso callar, con objeto de que el silencio imponga firme salvaguarda. De modo que, en serena premisa, cada obra expuesta ostenta, por sí misma, su aspecto determinado, su tono y su color, características inherentes a su naturaleza. Ello no insinúa aguda reflexión por parte del lector, mediante la cual se sienta inducido a modificar el propio enfoque en la valoración de su ámbito. Su análisis, sin embargo, indica que ninguna aportación está realizada en sentido concluyente, sino más bien sugerente, con ánimo de contribuir, tras gesto de liberalidad, a la conformación de un mundo, tal vez menos perfecto, pero decididamente más humano.

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José Rivero Vivas

REZONGO

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Del libro inédito:

LETRAS DE

REFERENCIA

CANARIA

Distintas Fechas

Obra: E.23 (a.112)

José Rivero Vivas

Febrero de 2019

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Tenerife

Islas Canarias

Julio de 2020

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