martes, 30 de julio de 2013

ÁNGHEL MORALES, POEMAS PARA UN MUNDO LIBRE POR. ISA GUERRA

ÁNGHEL MORALES, POEMAS PARA UN MUNDO LIBRE

POR ISA GUERRA
Conceptual y formalmente, la obra poética que nos ocupa Nación Canaria se sitúa en un contexto temporespacial definido.  Se trata de una Antología Poética que abarca más de  tres décadas, de 1971 a 2007.   Reúne Ánghel Morales, la producción poética de 36 años, un espacio localizado en Canarias, que convive con la lucha por las libertades de expresión, con una actitud de protesta ante el franquismo  y caracterizado por una reorientación poética.
Con un prólogo de Víctor Ramírez, Dejando constancia, ve la luz en el 2008, en Ediciones Idea, con una nota introductoria dedicada “a todas las mujeres que amé y a aquella que sin saberlo me amó”, y a su hijo Iván “para la construcción de su Oikía”.
La obra se estructura en dos partes bien diferenciadas:
Capítulo primero. Fundamentos amorosos que me han llevado a la locura
Capítulo segundo. Entre la lucha de clases y las luchas coloniales.
La primera parte se inicia con un grupo de seis sonetos amorosos que llevan por título La esclavitud de amar .  El tema del amor, leit motiv en la poesía, está patente en estos sonetos, no exentos de ternura.  Entre los registros que nos muestra, el desamparo humano, la soledad, en Cruel Soledad, o en Hablar en Soledad y la desesperanza.  Así en el primer terceto del IV soneto, o en los tercetos del VI soneto.
…” Porque la luz es para mí un oscuro
sin más luces que los brillos de un acero
que viene cercenando mi futuro.

Que en esta luz donde mi luz no espero
bien veo que me estrello contra el muro
queriendo en vano cuando tanto quiero”.

Destacar Nada: (la célebre palabra), poema de exploración y búsqueda de formas de expresión, dónde se suceden paréntesis, interrogaciones retóricas, signos de admiración, mayúsculas, minúsculas, puntos suspensivos, palabras sueltas, preguntas sin respuestas, terminado en ese nexo de unión, en esa locura reiterada, locura final.
Sorprende cierto minimalismo y performance en ese discurso de palabras sueltas, que se dirigen hacia esa ¡¡¡NADA!!!.
En Olor a libertad nos sorprende por la carencia casi absoluta de retórica, por un tono eminentemente coloquial, casi prosaico y por un lenguaje directo, conversacional, recordándonos el hermoso poema Hijo Mío de Leopoldo Panero en aquel verso: “me invitas a la sombra que se hunde a mi pisada”.
…Sentirnos también nosotros,
partes del bosque:
como una hoja, como una roca
o sencillamente como el viento.

…Caminar junto a ti,
con las hojas desprendidas de los árboles
y que vuelan
hasta el fondo del valle…
con el olor neto y rotundo
que desprende la libertad.

Y en Soy uno más se mezcla y confunde con los demás, en un ejercicio de solidaridad, de fundirse con los otros, de continuar la lucha que otros iniciaron, en un poema sencillo y cotidiano, en una radical renuncia a la metafísica a toda oratoria y retórica.  Este poema de temática humana y fraternalmente social explica su concepción de la poesía.

En el poema Hacía el futuro, después de  …”la lucha dura/cruel y fría” del poema Tiempo de locura, asistimos al renacer del poeta, en versos como 
“… mis pasos se hacen firmes
y me conducen hacia un mañana
lleno de esperanza…”

…“la ventana del tiempo
Se abre ante mi….”

… “ Un nuevo día
me viene a abrir
las puertas del futuro”.
Termina el poema apostando por un futuro esperanzador  con un toque vitalista, así nos dirá:  “Es la alegre cadena / de mi amanecer diario”.

Ánghel Morales ha esbozado sintéticamente el devenir de estas tres décadas ordenando el corpus poético que nos ofrece, dejando constancia de diferentes tipos de composición y temáticas, de evocaciones autobiográficas, poemas de la vida diaria, de meditación metafísica, nihilistas, entre otros.  El autor cierra este primer capítulo de Fundamentos amorosos con el poema nº 18 Mi pobre herencia en el que observamos interrogaciones retóricas como las siguientes:
…” ¿A quién le dejo el papel
dónde quedó, malherido
a medias, el verso aquel?

…” ¿A quién le dejo mi pluma
A quién le dejo mi voz?”…

Poema abierto, poema que comparte con todos nosotros y en el que nos invita a participar.  Citamos:
…”Sobre mi mesa de siempre
se me quedó una palabra,…
¿Quién quiere, por puro amor, acabarla?”…

Entre la lucha de clases y las luchas coloniales abre la segunda parte de la obra, situándose en un territorio que incide en cuestiones que tienen que ver con la política.  La conforman trece poemas.  Discurso transgresor, de contenido crítico.  Poemas como El credo guanche, Por la paz, Un pueblo libre para un mundo libre o  Que se rompan los barrotes son el íncipit, el comienzo y centro irradiador de la poética de Ánghel Morales.  En unos y otros nos habla de la explotación de los trabajadores de las plataneras, y en Mi canción yo cantaré se solidariza con todos los oprimidos, con la pobreza, con las madres que han perdido a sus hijos y con los pueblos que luchan víctimas de la guerra. 

En el poema   El mundo ansiado

…“Nadie necesitará nada,
porque todo será de todos…”

…”No habrá esclavos
porque tampoco habrá amos…”

… “No habrá jueces
porque no habrá nadie a quién juzgar..”

…”La gente vivirá… y dejará vivir…
la gente hablará… y sabrá escuchar…”

Que se rompan los barrotes es un poema realizado en la Semana Pro-Amnistía,  del 6 al 11 de septiembre de 1977, donde se solidariza con los presos políticos canarios.
 Esta obra rompe barreras, se aproxima hacia el espacio de lo político, indaga en el compromiso, en las libertades y en la lucha que mantiene el Pueblo Canario para acabar con la pobreza y la injusticia.
Poema–herramienta social e ideológica, que baja a la calle, canta y grita.  Poesía inmensamente popular.  Poesía que deja de ser individual para convertirse en una obra de todos, compartida.

Isa Guerra.
 29 de Julio de 2013

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