EL PRECIO DEL ALQUILER ESTÁ DESBOCADO Y YA
SE COME EL 43% DEL
SALARIO
JUAN CARLOS ARIAS
Según un estudio publicado este lunes por Fotocasa e Infojobs, pagar un alquiler tipo medio el año pasado ha supuesto un esfuerzo demoledor para la estabilidad financiera de un elevado número de personas trabajadoras: nada menos que el 43% del salario bruto mensual. En términos netos, el coste solo del alquiler podría superar el 50% del total de los ingresos salariales, dependiendo de cada caso. Y este año sigue la misma tónica o peor, puesto que ni los alquileres ni las hipotecas han bajado, sino al contrario, han subido al calor del aumento de las tasas de interés de los bancos. Así, en medio de una crisis inflacionaria, llegar a fin de mes viene siendo un auténtico maratón de supervivencia para las mayorías trabajadoras. Mientras tanto, los desahucios han continuado sin cesar: solo el año pasado hubo más de 38.000, una media de 105 desahucios al día.
Pero aparte de los
precios estratosféricos del alquiler o las hipotecas, la clase trabajadora y
los sectores populares afrontamos al mismo tiempo una inflación desbocada que
llegó a una media del 8,4% en 2022, mientras los salarios apenas subieron un
2,6%. Inflación que se centró sobre todo en los precios de los alimentos
frescos que subieron por encima del 15%, engordando en forma obscena los
bolsillos de los grandes capitalistas del sector de la alimentación y la
distribución.
Alquileres
en alza, salarios en baja
El estudio
presentado por Fotocasa e Infojobs se ha basado en datos propios obtenidos de
una recopilación de los precios de oferta de los alquileres, por un lado, y de
los sueldos medios de las ofertas de empleo que se publican en portales de un
grupo dedicado a la búsqueda de empleo (Adevinta), por el otro.
Una de las
conclusiones del estudio indica que los salarios medios retrocedieron un 0,7%
(24.395 € brutos anuales) mientras los alquileres subieron un 7,4% hasta una
media de 11,03 € mensuales por metro cuadrado. Partiendo de esa base calculan
cuánto del salario se destinaría a un piso de 80 metros cuadrados. Estos datos,
por otra parte, son bastante optimistas, dado que existe una gran bolsa de
salarios de aquellos sectores sociales más depauperados que descendieron
bastante más de un 0,7%, si tenemos en cuenta la inflación media y los aumentos
salariales raquíticos que se produjeron. Y además hay muchos salarios que no
cuentan con el paraguas de un convenio y estuvieron congelados. El estudio se
basa en los salarios medios, una medida que distorsiona fuertemente la realidad
de las retribuciones ante una dispersión muy grande de cifras entre los
ingresos más altos y los menores que existen en el Estado español actualmente,
con una enorme brecha de desigualdad entre un tipo de trabajadores y otros
(jóvenes, mujeres o precarizados, trabajadores públicos, etc.).
Ahora bien, aun
partiendo de estos datos optimistas, la directora de Fotocasa ha destacado que
“ya no solo es que los salarios no crezcan al mismo ritmo que la vivienda. La
principal razón de alcanzar la cuota más alta de la historia es que el precio
del alquiler se encuentra en su nivel máximo histórico, mostrando los
incrementos más abultados de los últimos 17 años”.
La evolución de los
precios, por otra parte, ha ido in crescendo según refleja el estudio. Y
siempre la vivienda se ha encarecido muy por encima de lo que suben los
salarios. Así, en 2013 el esfuerzo medio se situaba en un 28% sin que este
indicador haya dejado de crecer en ningún momento desde entonces. Solamente
hubo una bajada de un punto en 2021 consecuencia de la pandemia, pasando del
41% al 40% el impacto de las rentas de alquiler sobre los salarios.
Por Comunidades
autónomas, solamente dos están por debajo del 30% (Extremadura y Castilla- La
Mancha). Mientras que por provincias destacan especialmente por su elevado
coste: Barcelona (62%), Gipuzkoa (59%), Baleares (58%) y Madrid (57%).
¿Y el Gobierno
“progresista” que ha hecho contra este drama? Poco y nada. El aumento del SMI
quedó muy lejos de la inflación y la reciente ley de la vivienda es una
verdadera farsa con fines electoralistas que no resuelve ninguna de estas
cuestiones ni de raíz, ni en el corto plazo.
Una ley de la
vivienda que no ofrece soluciones y es puro marketing electoral
El Gobierno se ha
atrevido recientemente a abordar el grave problema de la vivienda social,
poniendo un mero parche legal que se aprobará el próximo jueves previsiblemente
en el Congreso de los Diputados, y con una pura intención de marketing
electoral. Todo ello con el fin de mejorar su imagen social y progresista ante
las próximas elecciones, sobre todo tras el gran fiasco de la “ley del solo sí
es sí” reformada con el apoyo reaccionario del PP y Vox para volver
prácticamente a la situación de partida.
La ley de vivienda
planteada por el Gobierno “progresista” no da ninguna respuesta real a la grave
situación respecto de la vivienda. Fijar un límite general del 3% general de
subida para las renovaciones del alquiler para el año que viene, cuando venimos
de una escalada de precios de los alquileres desde 2013 de un 15%, no deja de
ser una broma de mal gusto. No establecer zonas tensionadas directamente en la
ley, situación que afecta prácticamente todo el territorio, y dejarlas al albur
de las Comunidades autónomas, muchas de ellas contrarias a esta ley y que no la
van a aplicar, y sin definir el límite del coste que se va a implantar, es
condenar a la impotencia y la frustración a la población más depauperada
económicamente y al conjunto de la población trabajadora. Establecer que las
viviendas de la Sareb, que son públicas y sobre financiadas públicamente
cubriendo los activos contaminados de los bancos, tengan que ser adquiridas
previamente por Ayuntamientos y Comunidades autónomas para poder ser destinadas
a vivienda social, es asimismo un insulto a la inteligencia y una desvergüenza.
Hablar de un 20% de vivienda social a construir sin pasar por la expropiación
de los grandes tenedores, bancos y fondos buitre, es esperar a las calendas
griegas hasta que se disponga de ellas al ritmo de construcción que se ha
establecido.
Solo una política
de vivienda que pase por la expropiación de todas la viviendas en manos de
bancos y fondos buitre, el establecimiento de topes al precio de los alquileres
en función de la renta de las y los trabajadores sin superar el 20% de sus
ingresos y poniendo toda las viviendas de la Sareb para crear una bolsa de
vivienda pública de carácter inmediato, recuperando sin indemnización las ya
vendidas por el PP a los fondos buitre, entre otras medidas, podrían dar una
solución real al problema de la vivienda. Algo muy lejano respecto a la ley
planteada por el Gobierno neoliberal “progresista” del PSOE y Unidas Podemos.
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