FERROVIAL, EL PATRIOTISMO DEL DIVIDENDO
CÁNDIDO MARQUESÁN MILLÁN
Mientras escribo estas líneas me entero que la empresa Ferrovial en su Junta de Accionistas ha aprobado el traslado de su sede fiscal a los Países Bajos. Expondré algunos hechos recientes, que pueden ser interesantes y poco conocidos.
Una noticia de gran importancia, al afectar de pleno a los intereses de todos los españoles, pasó prácticamente desapercibida en los grandes medios de comunicación -era más noticia la financiación a un partido por parte de Venezuela e Irán o la tarjeta de Dina Bousselham-. Yo pude conocerla en La Vanguardia de 8 de julio de 2022, pero en la página 45. Obviamente la redacción no tenía mucho interés en destacarla.
El titular decía
así: La CNMC –La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia– sanciona a
6 grandes grupos constructores por formar un cártel. El supervisor de
competencia aparta a las empresas de los nuevos concursos públicos.
Interesado por el
asunto entré en la página web de la CNMC, donde aparece una nota de prensa:
Madrid, 7 de julio
de 2022- La CNMC multa con 203,6 millones a 6 de las principales constructoras
de nuestro país por alterar durante más de 25 años el proceso competitivo en
las licitaciones de construcción de infraestructuras. Las empresas sancionadas
son Acciona Construcción, S.A. (29,4 millones), Dragados, S.A. (57,1 millones),
FCC Construcción (40,4 millones), Ferrovial Construcción (38,5 millones),
Obrascón Huarte Lain, S.A. (21,5 millones) y Sacyr Construcción, S.A. (16,7
millones). Desde 1992, las compañías se reunían semanalmente y decidían los
contratos públicos en que iban a compartir trabajos técnicos de sus ofertas.
También intercambiaban información sobre su estrategia de presentación a los
concursos públicos. Entre las miles de licitaciones afectadas existen
infraestructuras de interés general como hospitales, puertos y aeropuertos,
carreteras, etc. Entre las AAPP afectadas figuran fundamentalmente las
pertenecientes al ámbito de fomento, incluyendo al Ministerio de Fomento
(actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) junto con sus
organismos y entidades públicas empresariales dependientes.
Las conductas
constituyen una infracción muy grave de los artículos 1 de la Ley 15/2007, de 3
de julio, de Defensa de la Competencia y 101 del Tratado de Funcionamiento de
la Unión Europea.
Las sociedades
democráticas se estructuran sobre la confianza de los ciudadanos en las
instituciones que crearon para su vida común. Confianza en que van a funcionar
de acuerdo con unas reglas conocidas que se aplican en el interés general. Por
eso resultó tan desmoralizadora la comparecencia de la presidenta de la
Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, en
la Comisión de Asuntos Económicos en el Congreso del Congreso de los Diputados
del pasado 23 de marzo.
La persona que
preside el organismo que trata de evitar que las grandes empresas se salten
esas reglas en beneficio propio y perjuicio del ciudadano vino a decir que la
Audiencia Nacional (AN) boicotea las sanciones que el organismo impone a las
empresas al suspender de forma cautelar “todas y cada una de las multas” e
impedir, además, de esta forma que se cumpla el mandato de evitar a esas
compañías sancionadas firmar contratos con la Administración Pública. La AN
ordena sistemáticamente la suspensión cautelar de las sanciones porque, en su
análisis donde evalúa el interés general y el perjuicio que puede provocar a la
empresa dicha sanción, siempre “prima el segundo”.
En el tema que nos ocupa
obviamente la AN suspendió la multa de 203 millones de euros impuesta a las
seis principales empresas constructoras de España por ponerse de acuerdo,
durante 25 años, para cobrar de más en la obra pública. No hace falta ser
experto para intuir que pactos que duran 25 años deben ser muy beneficiosos.
Lástima que esos beneficios sean, en opinión de la CNMC, robos de guante
blanco. Tanta prisa que se da el Congreso en modificar el Código Penal en
determinados casos y qué poca en revisarlo para impedir que los tribunales
suspendan y anulen el castigo, leve castigo, a los individuos responsables de
estos blanquísimos y patrióticos acuerdos.
Lo cierto es que
los recursos judiciales de las empresas, no solo de las constructoras,
consiguen anular muchas sanciones u obligan al regulador a recalcular otras a
la baja. En 2022 el Supremo anuló dos multas a Repsol y Cepsa por escasa
competencia en el precio de los combustibles en las estaciones de servicio.
Baste un dato para darse cuenta del fenómeno: Competencia impuso entre 2000 y
2012 más de 1.153 millones de euros en multas a las empresas que incumplieron
la legislación, de los que solo pudo recaudar 290,4 millones de euros, es
decir, solo uno de cada cuatro euros.
Supone un esfuerzo
sobrehumano creer en nuestra democracia. ¿Tenemos democracia o plutocracia? La
democracia nace justamente para que los votos y el número cuenten más que el
dinero. Mas, el dinero es muy poderoso y todo lo corrompe, no en vano, el Papa
Francisco, lo califica muy acertadamente como el “excremento del diablo”. Ah,
se me olvidaba estas constructoras financiaban a algunos partidos políticos.
¿Este hecho está relacionado con la suspensión de sus multas por parte de la
AN?
Rafael del Pino,
presidente de Ferrovial, puede llevarse su empresa al país que considere
oportuno. Pero, por favor, no nos dé lecciones de patriotismo. Entendido este
concepto de patriotismo, como el desear para tus conciudadanos las mejores
escuelas, los mejores hospitales, los mejores centros de asistencia social para
la tercera edad…Y esos objetivos se alcanzan pagando religiosamente tus
impuestos en tu país. No obstante, acabo de enterarme, nunca es tarde para
aprender, un concepto muy distinto de patriotismo, expresado en la Junta de
Accionistas de Ferrovial. Lo hizo Valentín de Torres-Solanot del Pino, que es
primo del presidente, Rafael del Pino, y que suele participar todos años en la
junta para defender la gestión de la empresa. Puso de manifiesto y enfatizó
“los aciertos en la gestión de Ferrovial en sus orígenes y, en particular, en
la etapa actual”. También dio una versión particular de patriotismo, en el
único comentario de la junta relacionado con esta emoción. “Es de patriotas
velar por la mejora de la competitividad de las empresas españolas, y también
sentar las bases para mantener el dividendo”. Quizá, bueno no, seguro, el primo
de Rafael del Pino, se olvida del origen de Ferrovial, que creció gracias al
Estado español y a los impuestos de todos los españoles, que financiaron muchas
obras públicas. Termino con las palabras del novelista francés Jules Sandeau:
“La gratitud es como aquel licor de Oriente que sólo se conserva en jarros de
oro: perfuma las almas grandes y se agria en las pequeñas”.
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