LA VENTANA 8(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ
Una gaviota. Un oleaje calmo. Cetáceos en la danza del universo. Y yo, aquí, apoya en la barandilla de un viaje al infinito de los sentidos. Se posa, me mira con sus ojos redondos y azabaches, brillantes dejándose caer una lágrima. Yo también la miro y nuestro espíritu es coloquio en lo efímero de este instante. Y la miro …y me es conocida, en su forma de la exactitud del movimiento. Por un momento despliega sus alas, por un momento me invita a ir con ella. Y de nuevo vuelve a su posición en la exactitud de su quietud. Es como una vieja amistad que ha regresada para contarme algo, lo presiento. Me estremezco y escucho el sonido del cosmos. Un sonido oblicuo, un sonido encantado, un sonido despertando mis emociones. Me habla de la vida, de este planeta que se desangra lentamente en curso de los años. De este planeta donde somos tractores bestiales para su liquidación. De montes pelados, de selvas rajadas, de campos secos, de pueblos ausentes en el ritmo de la vida. De la cangrena de las especies por el cambio de la atmósfera que habitan. Me recuerda, no sé a quién. Nunca he conversado de estos temas con alguien,
pero su postura me es familiar. Ahora con su plumaje
blanco y plomizo me observa. De sus ojos vidriosos se desprende una lumbre que
me acoge mientras el mar relajado, mientras las estrellas espabilan para
marcharse. El amanecer se precipita y yo le habló. Le cuento cada uno de mis
miedos, cada una mis alegrías, cada una de mis derrotas y ella toma un gesto de
compresión sin compadecerse de mí y es que me conoce…sabe de todo lo que supura
en lo recóndito de mis entrañas. Y calla. Y yo también callo. Callamos mientras
miramos como un sol con todo su brío es jardín que nos observa, es jardín que
encalla en nuestros ojos, lastimados. Una queja nos junta. Una queja nos hiere.
Una queja escupe en nuestro corazón. Y las estrellas desaparecen. La madrugada
se embebe para recibir ese sol radiando energía, sosiego para un nuevo día.
Aquí, en la barandilla la gaviota y yo. Yo y la gaviota con los pesares de la
madre tierra. Cetáceos se congregan frente a nosotras, en un océano del
silencio, en un océano del dolor. Como ha llegado, se va. Se marcha una parte
de mí. Nos volveremos a ver , la travesía es larga...
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