14
de abril de 1931
¡DÍA
DE LA REPÚBLICA!
(Ajeno fluir a sónico alarde)
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José Rivero Vivas
SONETOS
DESPARRAMADOS
Obra: V.06
(a.50)
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Frankfurt
– Alemania
Hacia
1964-65
(Volumen inédito)
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XLIII
Modelo
de modelos de esperar:
¡Quién
fuera dueño de mí y mi destino!
¿Por qué me miráis?
¿Digo un desatino?
Pues,
alguno más habréis de escuchar.
El
dolo se apodera de mi hogar:
no
soy, porque no canto.
Con mi sino
río
y lloro, se quebranta mi tino,
y
me apenáis los extraños al lar.
¿No
os gusta cuanto os digo sin enojos?
Oíd
mi plante y miradme a los ojos:
Estoy
harto de sumiso callar.
¡Quién
pudiera resurgir valeroso
del
fondo del abismo proceloso,
y,
arriba, enhiesto, sin miedo gritar!
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José Rivero Vivas
Soneto XLIII
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José
Rivero Vivas
HUELLA
Rútila Oquedad
Fragmento:
Cap. I – Págs. 14-16
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No es cuestión de amedrentarse por hechos pretéritos, aunque sí se ha de
tener presente el objetivo marcado, que entonces movía la espontaneidad, para
no caer en infantilismo que dé en tierra con el esfuerzo desarrollado en pro de
que la protesta llegue hasta el final apetecido. No obstante, habría que
preguntar, a quien hoy se enfrenta a la directriz oficial, en caso de cambiarse
las tornas y verse integrado en el sistema, con pingües beneficios y sueldo
abultado, ¿dónde estaría a estas horas? Pensamos que si nos mueve la situación
por sí, estaríamos aquí de cualquier modo. Si, en cambio, lo que nos incita a
la incorporación física es nuestra situación personal, llena de dificultades y
múltiples desventajas, seguro que el jefe indagará en ello, y, en su día, lo
remedia con un buen mordisco, como antes decía.
Hermógenes Sangil aprovechó el respiro tomado por el orador para
intervenir puntualmente:
-¿Cuál es el objetivo de su propuesta?
-¡Calla! -reconvino alarmado Horacio Arribas.
Los asistentes apenas se inmutaron, y, Víctor Simón, sin objeción
alguna, anunció:
-Continúo:
Pensar distinto al común de la gente es amor que se tiene a las cosas
sencillamente bellas, por lo cual, el ser humano, vuelve al cabo a la fuente de
origen. De modo consciente se dispara hacia el fin perseguido, aun cuando
difiera de su propio signo político y su color de raigambre. Así, pues, en
vista de cuanto sucede en la actualidad, convendría preguntarse por los
acontecimientos remotos, hermoseados o denigrados por los medios audiovisuales
de comunicación, sin paliativos para el cometido de la información radiada y
escrita.
-Distraída aportación histórica -terció Hermógenes Sangil-, nos lleva a
dudar de la veracidad de ciertos delitos de otrora, considerados vilipendio
para la humanidad.
Todavía en el perfil último de su frase, el hombre cayó acribillado a
balazos por la Guardia Primordial.
*
Tras la estupefacción momentánea cundió el alboroto en la sala. El
público se dispersó de inmediato, aunque algunos corrieron hacia el pobre
caído, tratando de prestarle auxilio. Todo en vano, porque Hermógenes Sangil,
alcanzado de lleno por la segadora ráfaga, cayó herido de muerte sobre el piso
de frescas baldosas, puestas en el salón por iniciativa austera. Víctor Simón,
todavía en la tribuna, cogido por sorpresa, boqueaba dubitativo ante la
descomunal dimensión que tomaba su conferencia. Horacio Arribas, mientras, se
enfrentaba a Heriberto Ruiz, pariente de Begoña Pulido, sargento de la Guardia
Primordial, y le apostrofaba:
-¡Cómo ha osado dar la fatídica orden!
-Este hombre estaba sentenciado.
-¿Por quién?
-La autoridad competente.
-¿Qué razón esgrimía contra él?
-Informe aportado por los servicios secretos de la comunidad.
-¿Relativos a qué?
-A la peligrosidad del individuo Hermógenes Sangil.
-¿Cuál su fundamento?
-En el texto de la orden de arresto está entrecomillada su declaración.
Véala usted mismo.
Horacio Arribas tomó el impreso que le dejaba Heriberto Ruiz, y leyó:
"Hay quien sugiere la instalación de la guillotina como útil eficaz
que ponga coto a tanto desmán."
-¿Eso es todo?
-Corrobora su sentencia.
Horacio Arribas dejó al sargento de la Guardia Primordial, quien dio, a
sus subordinados, órdenes terminantes de acordonar la zona para impedir el paso
a quien se aproximara al lugar de los hechos. Horacio Arribas, mientras tanto,
se dirigió a la tribuna, donde Víctor Simón, consternado, recogía sus apuntes y
los introducía en su cartera de mano.
Llegó con agudo silbido la ambulancia. El personal sanitario, ducho y
eficiente, retiró el cadáver, que con urgencia fue trasladado al hospital,
donde le sería practicada la autopsia.
Con el área despejada, ambos amigos descendieron laureda abajo hasta la
orilla del mar, en cuya avenida dejaron su automóvil estacionado. Una vez
dentro, Horacio Arribas al volante, partieron hacia el centro neurálgico de
Cotunda.
Cuando todo hubo acabado, tras abandonar el conserje el sitio, con
solamente las mujeres de limpieza por testigo, llegó Clorinda Cruz, llorando
desesperada.
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(42)
José Rivero Vivas
RÚTILA
OQUEDAD – Obra:
NL.21 (a.98) –Novela-
Ilustración de la cubierta:
Café de Davos, 1928
Óleo
sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN: 978-84-16759-90-3) D.L. TF 1226 - 2017
Ediciones IDEA. Islas Canarias. Año 2017
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José Rivero Vivas
RÚTILA OQUEDAD
Tenerife
Islas
Canarias
Abril
de 2023
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