jueves, 6 de diciembre de 2018

HISTORIA DE LA VIÑA EL LORO


HISTORIA DE LA VIÑA EL LORO
ANGHEL MORALES
Tuve el gusto de asistir a la representación de la última obra de Cirilo Leal, HISTORIAS DE LA VIÑA EL LORO, con la amplia sala del Orfeón la Paz -que cumple 100 años-, con lleno hasta la bandera, donde al final de la obra el público puesto en pie aplaudió a los artista, al autor de la misma y al director, Oscar Bacallado. La Viña el Loro, fue un bar ubicado en la calle de la Marina, por el que pasaba todo tipo de gente, pero sobre todo gente humilde, cambulloneros del muelle, estibadores, prostitutas, gente del interior de la isla que venía a la ciudad en busca de productos que no tenían, periodistas bohemios como Francisco Pimentel o Enrique García Ramos, uno de los fetasianos mas carismáticos como era Antonio Bermejo. La Viña el Loro era todo un mundo en una pequeña ciudad que no pasaba de pueblo. Cirilo Leal, es sin lugar a dudas uno de los mejores dramaturgos canarios de todos los tiempos, su teatro es único, tiene la capacidad para meterse en la memoria viva de un pueblo y rescatarla, para reflejarla con sus actores en el escenario. Cirilo es teatro en estado puro, cuando quiere se convierte en un gran actor como cuando interpreto un personaje de su creación como Guito Guito. Hoy le tocó hacer el papel de loro, que como Pepito Grillo era la conciencia de la Viña. Cirilo es uno de los grandes, mas de doscientos documentales, que los canales de televisión repiten una y otra vez, lo cual demuestra su calidad, pero Cirilo no es un hombre del régimen, no es un hombre del sistema, para el, como para ese gran novelista que es José Rivero Vivas, sus personajes son la gente sencilla, la gente que no tiene voz a los que esta puta sociedad se la niegan, por eso el sistema no los apoya, porque sus textos representan el alma y los sentimientos de estos condenados por el sistema a la marginalidad, al silencio y al olvido. El Teatro de Cirilo es un teatro con Memoria, para que nadie olvide en esta tierra a los que han sufrido y a los que el sistema ha borrado o ha pretendido borrar. La Viña el Loro me trae buenos recuerdos, porque justo en ella me colocó el desaparecido Miguel Ángel Díaz Palarea en su novela LAS CUCAS, como personaje de ficción, aunque el lo denominaba Bar Tres Papas.
Conocí a Cirilo Leal en el Bar la Marquesina, que regentaba su padre y que patrocinó al Independiente Marquesina, un equipo de fútbol sala, que tenía las agallas y el corazón de lucir en su camiseta cubriendo todo el pecho la bandera de las siete estrellas verdes, cuando era perseguida, pero ellos fueron de los mas que hicieron para popularizarla e introducirla en el pueblo, junto con el equipo de baloncesto, Achinec, que patrocinaba el querido Hupalupa.
Me enteré que estaban haciendo un teatro con los personajes del cambullón, donde practicamente se auto interpretaban, fue por ello que me acerque a cubrir la información cuando debutaron en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Allí me encontré sobre el escenario a muchos amigos como El Vadita, Paco Valentín, Juan El Cabullonero, Luis, El Borrachito y tantos otros, que me transmitieron su inspiración y mi crónica cubriendo la última página de LA TARDE, ha sido utilizado por muchos cuando han tenido que reflejar la Historia del Teatro en Canarias, pero lo que yo me encontré allí, fue a la gente sencilla del pueblo, dando una clase magistral a los universitarios, que la supieron asimilar en todo momento, ya que los aplausos eran constantes en cada una de las parodias. Eran tiempos dificiles e intentaron silenciarlos, pero Cirilo siguió adelante con representaciones en todos los pueblos y en aquellas primeras celebraciones de La Batalla de Acentejo, donde el noble pueblo guanche derrotó a los invasores españoles, en la derrota mas amplia de todas sus conquistas. Tanto me entusiasmó el proyecto que me uní al mismo y realicé varias intervenciones con ellos. Nunca olvidaré el debut en el teatro Güimera, un sitio verdaderamente emblemático y donde con un grupo de amigos habíamos representado en 1970 una obra de teatro de mi creación, con el título de LA CONTAMINACIÓN, cuando creo que todavía no se habían inventado la palabra ecología. Pues lo dicho, allí me volví a ver sobre el escenario haciendo parodias al lado de gente a la que yo admiraba, como Paco Valentín, todo un campeón de España de los Pesos Pesados.
Cirilo no ha parado, sigue creando, sigue con su TEATRO MEMORIA, pero sin dejar el periodismo, los documentales, que debieran echarse continuamente en los colegios, en los centros ciudadanos, porque son realmente geniales: LOS HUIDOS, sobre la gente perseguida y huida durante  mucho tiempo en una isla como El Hierro. Los sucesos de Sardina o HUESOS, con Pedro Guerra y donde se recoge la persecución franquista en estas islas, los campos de concentración en Fayffe, Gando o Fuerteventura, allí hablan todos los que vivieron aquellos sucesos. Antonio El Mae o Antonio García, El Maestro de Fayffe.
En fin, que hoy pude disfrutar de una nueva creación de Cirilo Leal, con un grupo de actores geniales y donde se denuncian hechos que siguen sin aclararse hasta nuestros días, como la tragedia de los niños robados. Solo puedo decir una cosa: GRANDE CIRILO.

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