JM AIZPURUA
Se va el 18, pero
no se apuren que llega el 19.
Cuando recordemos
este 18, no olvidaremos los 180 votos congresuales que trajeron el
desenmascaramiento de un fascista camuflado, que como “gran liberal” dejaba
hacer, sobre todo a los corruptos que le compraban sus trajes. Pero el cisma socialdemócrata
impidió la asunción de la otra España, y seguimos sin poder enseñar al
ciudadano que otros paradigmas son posibles.
Porque a los
nacionalistas, feministas, republicanos, trabajadores precarios, jóvenes sin
futuro y pensionistas de miseria sobre todo sus viudas, no están en el Régimen
del 78 por mucho que los falsos “constitucionalistas” nos hablen de la España
incluyente. No señores; esta es la suya. Pasaron del Régimen 36 al Régimen 78
en oposición militante, hasta que con el tiempo lograron reinterpretarlo y hoy
son talibanes de una Constitución que ni en espíritu ni en letra se parece al
argumentario de la Transición.
Y aquí está la
clave: los 180 deben dejar de defenderse y tragar, para dar paso a una
interpretación constitucional, que integre a sus nichos electorales. Es
necesaria una reforma o una nueva, eso está por ver, pero la actual ha sido
ajada por el neoliberalismo facha y está inservible.
Cuando el borbonato
se agita, clama entre los suyos; “Si a mi me tiran tú también te vas” y el
siervo asustado clama a sus empleados “Si yo me voy, que os pague el sueldo coleta
morada”, y los obreros se asustan, y la socialdemocracia se asusta, y los
fachas patrióticos se aterran. Siempre es lo mismo.
Siglo XXI e
Internet, pueden hacer que ya no sea lo mismo.
La inquietud,
miedo, pavor, que gradualmente inducen desde la comunicación oficial facha,
está indudablemente dirigida al público sensible, a un target irreductible con
el que no es necesario contar, pero además es imposible hacerlo. Otro sector
popular, transversal y progresista debe poder enarbolar un proyecto viable que
sirva para desterrar de la historia el españolismo cañí, el diferente a la UE, al
Imperio, al Franquismo, a la Monarquía, y a la exaltación de la esclavitud y
los bandidos que la llevaron a cabo. Y eso dará miedo, siempre, a los que
vivieron a cuenta de otros, a los actores de esos sistemas que permitieron la
vulneración de los DDHH. Inevitable.
Ningún “ismo” será
capaz de ello. Solo el consenso razonable, aquel que busca el centro (pero de
la izquierda) social puede acceder con posibilidades a la consulta electoral
que aparte al tridente facha y su proyecto neofascista del panorama presente. Y
un proyecto de Constitución, debería estar ya circulando entre las gentes.
Hay millones de
alternativas constitucionales, con opciones republicanas, territoriales,
sociales, organizativas y políticas varias. Con muy pocas líneas se llega al
ciudadano, sin que la casta togada tenga que intervenir para complicar las
cosas y llamar jolgorio a las violaciones. Lo sencillo y claro no ofrece dudas
y eso dará más mérito al voto ciudadano.
El nuevo año 2019
será un año electoral, pero no se han sembrado las bases para que sea de
elecciones claras. Media España irá acojonada y la otra media encabronada. ¡Que
paisanaje, vaya tropa!
Y no se preocupen
por el resultado, que es preferible estar triste que estar tonto.
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