JM
AIZPURUA
¿Canarias o
canarias?: he ahí el dilema.
Es el Archipiélago
hoy desafortunado por una colonización desacertada y al que metieron en un
traje estrecho, pequeño, etéreo, llamado Comunidad Autónoma, que nació a la luz
de la esperanza 78 y murió al desencanto 155.
Pero no es un
capricho sentimental, una aldeanada, el reivindicar la nacionalidad canaria.
Canarias Nación es una necesidad para que la ciudadanía popular canaria tenga
una esperanza en superar el Precariado, de ver a sus ancianos tranquilos
sentados en sus bancos y echando pan a las palomas, a sus niños felices en sus
aulas y sus madres con trabajos dignos y bien pagados, es decir: como en
cualquier otro país europeo de la UE.
Pero la Autonomía
que se convirtió en Autonosuya; lo impide.
Las islas
británicas, claves para la economía canaria, están buscando su camino
extracomunitario y con ello, el futuro económico canario está en juego.
Lo adecuado, lo
necesario, lo justo, sería que Canarias entrase en negociación con Reino Unido
para tratar de asegurar el turismo, la residencia isleña de los jubilados
británicos, la exportación agrícola y la residencia juvenil de canarios en
aquellas islas para aprender su idioma autofinanciados por trabajos adecuados.
Pero Canarias es canarias, y los partidos sucursalistas, godistas,
colonizadores, 155 armados, le recuerdan con sadismo que son canarias, no
España que va con mayúscula y por ello le corresponde decidir y negociar las
cosas de los canarios; para eso los sometimos por las armas, les impusimos
nuestras leyes y costumbres y hoy viven entre cruces y baldones comiendo gofios
muy felices.
¿Qué será de esta
canarias limitada?
Como vagón de cola
del españolismo unitario, desconocida e incomprendida, le espera un futuro
mendicante, de patero privilegiado, de africano blanqueado, de español de
segunda clase que debiera estar agradecido a la Madre Patria que lo sacó del
tribalismo isleño.
Mal asunto.
Pero tampoco vemos
muy viable que se afiance como Canarias. Le lejanía, las insularidades, los
siglos de dominio godo colonizador hicieron su trabajo. Caparon la autoestima
canaria y pusieron una palmera frente al canario para que no viera el palmeral.
El Estado de
Bienestar europeísta nunca llegó a Canarias, ni los Fondos Europeos de
Cohesión, ni los presupuestos estatales de la metrópoli, jamás protegieron a la
ciudadanía canaria, que hoy sigue regida por mercenarios que permiten; personas
durmiendo por las calles, desahucios
inhumanos, jóvenes sin trabajo y viejos husmeando en las basuras y mujeres mas
allá de lo humanamente aceptable.
Hoy la juventud con
Internet puede saltar la muralla, el muro de aislamiento con el que rodearon a
su tierra, con el que la entontecieron, con el que la aíslan de las mejoras
sociales que el siglo XXI europeo puede acreditarles. Les corresponde asumir su
condición de canarios libres a los que la ONU acreditó su posibilidad de
descolonización, su inalienable derecho de autodeterminación de un Estado que
no es capaz de proporcionarle una dignidad nacional ni un estado de bienestar.
La increíble
creatividad canaria, que se vuelca en la literatura donde todo canario y
canaria son un escritor potencial, pueden ya comenzar a escribir sin miedo, con
orgullo, el lamento canario que de cauce al nuevo tiempo en el que ser canario
vuelva a ser una cosa afortunada.
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