CARTA ABIERTA A ANGHEL
MORALES
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
Seleccionado Amigo
y experto Director del difundo BLOG, “NACIÓN CANARIA”:
Cada vez que nos
aproximamos a estas tan familiares Fiestas de la anual y removida Natividad, resulta algo en gran medida propicio
y natural, el que procuremos congratularnos con los muy queridos parientes,
destacadas amistades, variopintos contactos en Facebook y
diversas relaciones sostenidas que, a lo extenso de unos doce
vivenciales meses, han sido capaces altruistas acompañantes en la azarosa ruta del nuestro perseverante suceder.
Ante todo y, por
encima de todo, PARA TODOS, ansiarles de entregado corazón, MUCHA SALUD, ya
que, sin ella, de nada nos sirve la ubérrima
fortuna, las obtusas fuentes de trabajo o... ufanas fantaseadas
ilusiones, totalmente creíbles que nos acosan, con las inciertas escasas
probabilidades de poder llevarse a cabo alguna vez.
No existe en todo
el vasto mundo católico-cristiano, ningún cercano o apartado rincón lejano que, en esta precisa época, en templos,
capillas, catedrales, santuarios y, hasta en muchos de los mismos genuinos
hogares, se queden sin manufacturar el peculiar ancestral BELÉN, con la
simpática escolta de sus bravíos cabrerizos, blancas manadas de trotantes
rebaños, cabalgando entre surtidos ríos
de centelleantes espejos, graciosos molinos, destacados cultivos, para
acoplarse en el aporreado pesebre con la mula, el buey, María, José y el tierno
Infante, amorosamente envuelto
entre acurrucados y escasos pañales, al
aturdido alcance de la mano.
“GLORIA A DIOS EN
LAS ALTURAS Y PAZ EN LA TIERRA A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD”
Sin cesar, por
doquier, retumban los divulgados villancicos, al son de acústicas panderetas y
potentes zambombas, abarrotando la atmósfera de festivo holgorio, difundida
complacencia e inmutable ventura.
En este aspecto, el
de los villancicos, tengo que decirte, amigo MORALES, que la colectividad de
ellos son suficientemente melodiosos, adecuados y entendidos.
Hace ya un
determinado tiempo que tuve la familiar circunstancia de haber podido pasarme
unos memorables días en la granadina ciudad de GUADIX, habiendo obtenido la
venturosa ocasión de haber logrado visitar la “Sala Alarcorniana”, en su
Palacio de Peñaflor, dedicada a la respetable figura de un gran juglar, del
que, han sacado uno de los más certeros, veraces y existentes versos, llevados
con consentida pesadumbre, a la tan trillada composición musical.
Se trata del bardo
Pedro Antonio de Alarcón, nacido en Guadix un 10 de marzo de 1833, quien fuera
un acreditado narrador estricto,
descollando como uno de los reales artífices de la definitiva consumación de la tan ajada prosa romántica.
Y, con su literaria
franqueza, es a donde queríamos, por fin hoy llegar, antes de despedirme, es
dejarte aquí su colosal cuarteto, que resume en la plenitud de toda una
indiscutible efectividad, lo que viene a ser y representa, este imperecedero
aniversario anual:
“La Nochebuena
se viene,
la Nochebuena
se va,
y nosotros nos
iremos,
y no
volveremos más”
Con mis mayores
fraternales buenos deseos, asociado ANGHEL, para ti y para toda tu muy
respetada Parentela, que en estos boyantes días reciban sin acortar, las más
bienaventuradas bendiciones, inundando de merecedora lozanía, de inmensa
suerte, exuberante paz y estable
bienestar, todo el querido entorno de tu muy bienquista morada.
Se te aprecia y
considera:
Rafael Zamora
Méndez.*
Jajajajajaja excelente escrito, Rafael!!! Y completamente cierto, mientras estemos "aquí" celebremos por el tiempo en que ya no vayamos a estar!!! (Tu prosa me intimida un poco, pero te admiro, mi muy respetable colega profesor-trataremos de estar a la altura-)Jovita (Joy) mercedes estaba mujica
ResponderEliminarSumamente agradecido por este oportuno comentario, AMIGA JÓVITA, con la sana esperanza de que no te intimides por nada de este cambiante mundo.
ResponderEliminar