jueves, 3 de mayo de 2018

DÍA DE LA HUMILLACIÓN


DÍA DE LA HUMILLACIÓN
ANGHEL MORALES

LOS PUEBLOS LIBRES
CELEBRAN EL DÍA DE SU INDEPENDENCIA,
SOLAMENTE LOS PUEBLOS COLONIZADOS
CELEBRAN EL DÍA DE SU CONQUISTA.

Me parece tan absurdo y un profundo disparate, que años tras año nos planten las cruces, para celebrar el día que unos bárbaros llegaron a las costas de Añaza y con una espada en una mano y una cruz en la otra, sembraron el terror en esta tierra, tiñen los campos de sangre. Un acto de por si reprobable y que ocurrió hace seis siglos, parece mentira que se siga celebran como algo glorioso, ofendido la memoria de los pueblos nativos y de sus descendientes. España y sus medianeros en esta colonia canaria siguen con sus campañas de adoctrinamiento, borrando de raíz la memoria de un pueblo noble, sobre el que seis siglos después se siguen cagando y meando. ¿Cómo se pueden celebrar los crímenes?

Estamos en un estado aconfesional y nos siguen plantando cruces por toda la geografía isleña, fomentando y dando dinero para inculcar esta maldita costumbre en los niños. El otro día un político de izquierdas se quejaba de que a la hora de juramentar en todos los organismos oficiales se tuviera que hacer bajo la presencia de un crucifijo. Bastante tuvo el señor que esta ahí clavado con que lo ejecutaran de mala manera por aliarse con los pobres, las putas, los pescadores y la clase trabajadora. Se enfrentó al poder y lo ejecutaron, aunque mas tarde el poder lo adoptara y siguiera cometiendo crímenes en su nombre. Si de verdad pudiera volver seguro que tomaría el látigo y echaría a los mercaderes del templo y desde luego no compartiría que se hicieran concursos con el arma que utilizaron para matarlo.

Mi buen amigo Farrugia el gran antropólogo canario comentaba en una conferencia la cantidad de iglesias que son Patrimonio o BIC y los pocos lugares aborígenes que cuentan con esta protección y encima se saquean se expolian y se eliminan para que no quede ni rastro de un pueblo noble, que vivía tranquilo y feliz, que fue invadido, que sus pobladores fueron capturados y vendidos como esclavos. ¿Cómo se puede celebrar esta masacre?
Solo unos pocos celebramos el aniversario de la Batalla de Acentejo, aquella en la que el noble pueblo guanche derrotó al ejercito invasor, armado hasta los dientes y cuando los españoles creían que a los prisioneros se los iban a comer, no solo los curaron, sino que los entregaron en Añaza (hoy la capital de la isla). La Cueva de Bencomo está en el mas completo abandono, hoy sale publicado que la finca la ha comprado un nuevo propietario, como tantos lugares históricos serán devorados por la desidia. En San Roque se celebraba la vil ejecución de Tinguaro el ejemplar caudillo guanche, que aún después de rendirse le fue cortada su cabeza, por un canarión traidor bautizado con el nombre de Ramón Mendía. ¿Por qué no se recuerda a Tanausú y los suyos? Esos que prefirieron morir de hambre antes de ser esclavos al grito de ¡VACAGUARÉ! ¡PREFIERO MORIR!
En estas islas donde ningún ayuntamiento tiene dotación presupuestaria para la adquisición de libros y menos que despierten la mente de los niños y adultos, donde escritores como Víctor Ramírez o Cirilo Leal son borrados por las administraciones. El otro día asistía a una obra de teatro de Cirilo Leal, LA GALERÍA, la montó una compañía de La Palma, que no fue citada por el presentador, pero aún peor no citaron al autor de la obra, que se hallaba presente con su familia. ¡Te borraron, amigo, te borraron!
Mucha gente a lo largo de seis siglos le ha estado diciendo al pueblo canario que tenía que romper los barrotes y ser libre, que había otro camino lejos de "la madrastra arbitraria", como dijo Secundino Delgado, pero este pueblo a estado ciego, sordo y mudo. Por miedo, solo por miedo. Este pueblo ha preferido tener un mal amo, que luchar por su libertad. Mas de 900.000 personas en el umbral de la pobreza. Muchos han gritado: LIBERTAD, pero este pueblo incluso pudiendo elegir ha preferido pedir una muerte lenta. Un genocidio planificado, como profetizó Víctor Ramírez.
 



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