Iglesias&Montero: ¡METEDURA
DE PATA!
JUAN HENRÍQUEZ
Por si alguien no ha entendido quienes son los
protagonistas a quien va dirigido el mensaje del titular, hablo de Pablo
Iglesias e Irene Montero, número uno y dos de Podemos, pareja sentimental que
esperan gemelos. Respecto a la vida privada de ambos, nada que decir, bueno,
sí, desearle a Irene Montero un embarazo normal y sin contratiempos, y un feliz
parto. De lo que yo quiero hablar hoy es sobre la decisión de la pareja de Podemos
de comprar un chalet en Galapagar por un importe de 615.000 euros, mediante una
hipoteca de 540.000; algo más de 268 m² de chalet y unos 2.600
m² de parcela ―cifras recogidas en
medios de comunicación. Comprarse un chalet, si económicamente te lo puedes
permitir, no es un delito, ni por ello dejas de ser honesto, no se trata de
eso, en éste caso concreto de lo que tenemos que hablar es de credibilidad y
principios.
Como quiera que la inmensa mayoría de los/as ciudadanos/as
ignoran donde está Galapagar ―el nombre
se las trae― y,
además, no tienen por qué saberlo si no son o residen en Madrid, les invito
acudan a Wikipedia, y allí, en resume leerán: Municipio del noroeste de la
Comunidad de Madrid, a unos 33 kilómetros de la capital del estado. Digamos en
tono coloquial, que la pareja Iglesias&Montero se han desplazado desde el
infernal ruido del centro de la ciudad, o sea, desde un piso alquilado en el
barrio obrero por excelencia de Vallecas, al extrarradio de la mayor renta per
cápita de Madrid. Colindantes con sus vecinos de la jet set de Torredolones y El Escorial. Solo estoy situando al
personal en el nuevo enclave donde van a residir.
Vamos a dejar clara las cosas desde el principio. Porque
hablar del chalet comprado por la pareja Iglesias&Montero puede dar lugar
al típico chismorreo que se emplea en la telebasura, y un servidor, que es
enemigo integral de ese tipo de programas ―entendiendo que es lo más anticultural que puedes echarte a
la cara― no
quiero caer en esa bajeza humana. Precisamente, si se trataran de artistas
famosos o personajes de la alta sociedad, no entraría al trapo. Distinto es
hablar de personajes que han sido elegidos para representarnos en el Congreso
de los/as Diputados/as, por la formación política de Podemos, es decir, de
representantes públicos sujetos al control y observación de los/as
representados/as.
Decía aquella famosa frase: “la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”. Porque,
señores míos, cuando irrumpes en la política española, procedente de las
movilizaciones del 15M, con un discurso revolucionario contra la casta, nombre acuñado por Pablo
Iglesias y dirigido a la política basura que se estaba ―y sigue en la actualidad― practicando contra la clase trabajadora y los/as
oprimidos/as, y haces ostentación de riqueza y alto poder adquisitivo con la
compra de un chalet solo al alcance de la jet
set madrileña, siento decirlo, pero no estás siendo ejemplar con los
postulados ideológicos que dices defender. Y conste que no hablo de vivir en la
pobreza y en la miseria, no se trata de eso, de lo que yo hablo es de ser
ejemplar y coherente ante quienes te siguen y te votan. Dicho esto, aliñado con
una dosis de ironía, puede ser que la pareja Iglesias&Montero hayan llegado
a la conclusión ―insana
conclusión, por cierto― que
compraran vivienda o chalet, o un palacete del renacimiento, se les iba a
criticar. Humildemente pienso que es lo mismo, pero no igual.
No estoy dispuesto a caer en la bajeza humana de la que
hablaba antes, pero le guste o no a los/as políticos/as, cuando se ejerce y
opina desde la tribuna del cargo, te conviertes, para bien o mal, en rehén de
la hemeroteca. Así que, don Pablo, el asunto que nos ocupa nos obliga a tirar
de ella. Año 2012, cuando lanzaste aquel dardo envenenado, que se aplaudió
hasta con las orejas por tus seguidores/as, contra Luís de Guindo, Ministro de
Economía, al que recriminaste la compra de una vivienda, no apta para
trabajadores/as mileuristas, y proyectaste aquella magnánima interrogante: ¿Entregarías la política económica del país
a quien se gasta 600.000 euros en un ático de lujo? Este reproche iba
acompañado de una dura crítica a los políticos/as que viven en domicilios
aislados de la sociedad: “me parece peligroso el rollo de aislar a alguien,
este rollo de los políticos que viven en Somosaguas, que viven en chalets, que
no saben lo que es coger el transporte público…”.
Supongo que tanto Pablo Iglesias como Irene Montero, el
tándem que lidera Podemos, en el momento de acordar la compra del chalet,
habrán valorado la lluvia de críticas que se le venía encima, y, de hecho,
desde el momento que se dio a conocer la noticia, los medios de comunicación y
las redes sociales, no han parado de hablar del asunto, ganando por goleada las
opiniones que valoran negativamente la decisión. Un servidor trata de entender,
a la vez que afirmo con toda rotundidad, que la pareja Iglesias&Montero
están en su legítimo derecho de comprarse un chalet; que con el dinero que
ganan honradamente, más la herencia que tienen pendientes de recibir, más los
derechos que como autor de libros cobra el líder de Podemos y lo que cae por
los programas de televisión, no uno, sino hasta tres chalets y una mansión se
pueden permitir el lujo de comprar. Cosa distinta es si esta ostentación de
poder adquisitivo ―compra de un chalet de 615.000
euros― concuerda con el discurso que sostiene
Podemos en defensa de la clase trabajadora y la pobreza. Insisto en que
legitimidad no les falta, la cuestión es saber si su condición de líderes de
Podemos, fuerza política de izquierdas, en la que incluso está abducida IU, se
pueden permitir estos bandazos más propio de la derecha ranciosa.
Incluso puedo comprender que, siendo jóvenes,
Iglesias/Montero, y teniendo el dinero, hayan sucumbido al capricho del deseo,
pensando en el aislamiento de la familia (incluyendo a los críos/as que
esperan), para lograr el ambiente de felicidad que desean. Vamos a ver, ¿solo
los ricos tienen derecho a comprarse un chalet? ¿Y por qué no nos “podemos”
comprar nosotros un chalet? ¡Faltaría más! Además, la gente tiene que entender
que estamos en la evolución de formar una familia, que esperamos mellizos, y
tenemos “el derecho de cuidar a nuestros hijos en la intimidad”. Pues claro que
sí, el mismo derecho con el que sueñan millones de trabajadores y trabajadoras
que siendo mileuristas, que además de no tener casa propia, jamás podrán
comprársela.
Digo yo, sin acritud, arropado por mi juicio ideológico de
izquierdas, socialista para mayor concreción, les diré lo que hubiera hecho en
las mismas condiciones que Pablo&Irene. Parece lógico que, si esperan
ampliar la familia con la llegada de mellizos, se imponga la necesidad de
comprar, si es que se rechaza seguir viviendo en alquiler, una vivienda amplia
y céntrica, que no solo permita vivir con todas las necesidades básicas, sino
en zona residencial que les aísle del mundanal ruido de la ciudad, incluyendo
el zoom de los paparazzi. Esta idea
expuesta podría estar entre los 150.000/200.000 euros, inversión razonable y
aceptable para el poder adquisitivo de los señores Iglesias/Montero. Al menos
la felicidad estaría garantizada, y el aislamiento también; pero, además, nadie
pondría en cuestión la credibilidad de sus mensajes en favor de una vivienda
digna y contra los desahucios. Nadie hubiera calificado la decisión como una
ostentación de alto poder adquisitivo y riqueza.
Continúen o no al frente de Podemos, Iglesias/Montero, el
proyecto que defienden ha quedado malherido, tocado del ala, lo que no me
atrevo a pronosticar es hasta donde llegará el desgaste. Lo cierto es que, esta
decisión de la compra del chalet restará credibilidad a Podemos. Alguien, y
para mentes despiertas no necesito señalar quién, saldrá beneficiado de ésta,
si se me permite calificarla cortésmente: ¡METEDURA DE PATA!
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