jueves, 3 de noviembre de 2022

‘FIFA GATE’, CUANDO EL FÚTBOL SE CONVIERTE EN DELITO

 

‘FIFA GATE’, CUANDO EL FÚTBOL SE 

CONVIERTE EN DELITO

RAQUEL GARZÓN


"Don Julio se murió a tiempo" es la frase que más repiten por aquí los que saben de la cocina del fútbol, a propósito del FIFA Gate: el escándalo global desatado el 27 de mayo a partir de la denuncia y detenciones del FBI por corrupción y sobornos millonarios en la federación que dirige el deporte más practicado a nivel mundial, que ha tenido un espectacular impacto en la Argentina.

 

Julio era Grondona, vicepresidente de la FIFA y presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), cargo que ejerció de modo ininterrumpido por más de tres décadas, desde 1979 hasta su muerte, el 20 de julio de 2014. Se hablaba de él como El Padrino (un mote que más que cariño denota oscuridad) y según la denuncia de la Fiscal General de los Estados Unidos, Loretta Lynch, habría estado entre los esposados aquel día, acusado de recibir unos 15 millones de dólares del reparto de coimas por los derechos televisivos de la Copa América, cuya edición 2015 comenzó el jueves en Chile.

 

La onda expansiva de la denuncia estadounidense tuvo un efecto dominó en la política argentina: el miércoles, en un revés inédito para el Gobierno, las repercusiones de la investigación sobre la FIFA llevaron a desarchivar y a aprobar, por el cambio del voto de un auditor afín a Cristina Kirchner, un informe crítico de la Auditoría General de la Nación (AGN) sobre los manejos del Fútbol para Todos (FPT), la sociedad mediante la cual el Estado y AFA administran los derechos televisivos de este deporte desde 2009.

 

El informe se pregunta por el destino de 475 millones de pesos (unos 47 millones de euros), dinero presuntamente gastado en contrataciones directas entre agosto de 2009 y fines de 2012, periodo que involucra a los tres jefes de Gabinete de las dos presidencias de Cristina Kirchner. Hubo además, según la AGN, 189 millones de pesos (más de 18 millones de euros) pagados al FPT, sin que exista orden de compra alguna.

 

Esa elocuente simbiosis entre fútbol y política, de la que alguna vez hemos hablado en estas páginas, se evidencia en detalles significativos: muchos de los que están informando diariamente sobre el FIFA Gate en la prensa argentina son periodistas especializados en política y no cronistas deportivos.

 

Por si usted estuvo en otro planeta estos días, va un racconto. El FIFA Gate, que determinó la renuncia de Joseph Blatter como presidente de la federación, estalló el 27 de mayo, cuando un grupo de agentes federales estadounidenses apresó en un hotel suizo a siete de los 14 imputados del caso. De acuerdo con la fiscal Lynch, los imputados habrían recibido sobornos, entre otras lindezas, para influir en  la elección de la sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2010 que se celebró en Sudáfrica. La acusación abre sospechas también sobre la asignación de las sedes de Rusia 2018 y Qatar 2022.

 

La denuncia precisa el mecanismo: la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) habría recibido de Datisa S.A. (de la que son socios los tres argentinos imputados del caso) 110 millones de dólares de coimas por los derechos de transmisión de cuatro ediciones de la Copa América (2015, 2019, 2023 y la edición especial Centenario de 2016), que se habrían repartido entre distintos responsables hoy procesados.

 

Deporte de calidad internacional, dinero fuerte y sospechas de fraude. Con esto solo bastaría para que Netflix contratara guionistas y nos anticipara trece episodios de voltaje infartante, pero además dos presidentes, los de Estados unidos y Brasil, han opinado ya sobre el FIFA Gate, señalando que "un deporte que es un negocio masivo necesita ser dirigido con integridad" (Obama) y que "se debe investigar todas las derivaciones y todos los mundiales sin excepción" (Dilma Rousseff).

 

Alejandro Burzaco, el exCEO de Torneos, uno de los tres imputados argentinos, quien estuvo trece días prófugo y se entregó a Interpol el miércoles en Bolzano, Italia, donde se encuentra en prisión domiciliaria, era conocido por su relación con Julio Grondona, gracias a la cual Torneos llegó a encargarse de organizar partidos amistosos de la selección argentina y a explotar su imagen internacionalmente. Burzaco quedó vinculado al Fútbol para Todos (FTP) tras la estatalización de los derechos televisivos, cobrando por la producción de la televisación de los partidos.

 

El informe de la Auditoría General de la Nación de Argentina aprobado el miércoles incluye los mismos contratos investigados por el FBI (entre ellos, el referido a la Copa América) y señala que Torneos habría recibido 123 millones de pesos del Fútbol para Todos sobre los cuales convendría tener mayores precisiones.

 

Los otros dos imputados argentinos en la investigación del FBI son Hugo y Mariano Jinkins, padre e hijo, socios de Burzaco en Datisa y propietarios de Full Play, la empresa de marketing deportivo creada en 1998, que tiene los derechos televisivos de la mayoría de las selecciones de Sudamérica y de algunas de la Confederación de América del Norte, Central y el Caribe (Concacaf).

 

Los Jinkins están en la Argentina (algunos medios de comunicación ironizan diciendo que cada vez que se los cruza la Policía mira para otro lado),  han solicitado el beneficio de atravesar el proceso judicial en libertad y esperan esa decisión para definir el momento ideal para entregarse en su país. Algo que les garantizaría ser juzgados aquí y eludir la extradición a Estados Unidos, que sí deberá afrontar Burzaco, aunque en calidad de testigo protegido.

 

Además de las denuncias que pesan sobre ellos en los EE.UU., Burzaco y los Jinkins fueron denunciados por la Administración Federal de Ingresos Públicos  (AFIP) en la Argentina por evasión tributaria, asociación ilícita fiscal y lavado de dinero. Estas denuncias se extienden a las empresas en las que los tres estaban vinculados.

 

Existía además desde 2014 una denuncia de Graciela Ocaña, legisladora de Confianza Pública, sobre el funcionamiento del Fútbol Para Todos, que Ocaña define como una "enorme caja sin control", usada para la propaganda política. Según la legisladora, más de 170 millones de pesos se habrían usado sin contrapartida ni justificación, mediante asignaciones a productoras afines al Gobierno (Torneos, entre ellas). Esta causa está siendo investigada por la jueza federal María Romilda Servini de Cubría.

 

Por carril separado corre el fervor de los hinchas albicelestes, que aguardan hoy el debut de su selección de estrellas -Messi, Agüero, Tévez, Di María y siguen los nombres- en la Copa América Chile 2015 y las expectativas que siempre despierta el fútbol sudamericano en este certamen, el más importante del subcontinente, del que participan diez selecciones más dos equipos invitados (Jamaica y México, este año).

 

Se espera que unos 35.000 hinchas crucen la Cordillera de los Andes para acompañar a la selección durante la copa. Fuentes de seguridad estiman que poco más de 1.000 serían barrabravas sobre quienes pesa el derecho de admisión por incidentes violentos anteriores, y a quienes se aspira a dejar fuera de los estadios.

 

Argentina juega hoy en La Serena a las 18.30 hora local (23.30 en España), donde el grupo dirigido por Gerardo Tata Martino enfrentará su primer partido contra Paraguay con dos sueños: poner fin a 22 años sin el título mayor y sumar el campeonato número 15, que le permitiría equiparar los logros de Uruguay, el campeón actual del torneo más importante del fútbol sudamericano.

 

“Vamos a mantener siempre la alegría, ¿eh? Eso es la base de todo”, animaba durante el primer entrenamiento de la selección el preparador físico Elvio Paolorosso. No es una mala bandera.

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