miércoles, 9 de noviembre de 2022

EL MAYOR DESEO DE LAURA

 

EL MAYOR DESEO DE LAURA

Novela

Obra: NC.09 (a.19)

En ordenador

Marzo de 2020

 

José Rivero Vivas

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José Rivero Vivas

EL MAYOR DESEO DE LAURA - Obra: NC.09 (a.19)

Segunda en Premios Ciudad de La Laguna 1984 –

Diseño Cubierta: Jesús López

-Novela -  (ISBN 84-85896) – Depósito Legal.TF:1.606/92

Editorial Benchomo, Islas Canarias. (Año 1992)

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José Rivero Vivas

EL MAYOR DESEO DE LAURA

(Cap. 4: - Págs.47, 48 - Fragmento)

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Señor Ministro, yo no sé si papá estará en su derecho encerrándose con sus compañeros sin acudir a su diaria obligación. Pero sí sé me gustaría que trabajase menos horas y pasara más tiempo con mamá y conmigo, juntos todos en casa. Si para conseguirlo es necesario este encierro en la iglesia, estoy de acuerdo con él y sus colegas, y encuentro muy bien se nieguen a obedecer su conminación de reincorporarse a sus puestos.

No sé si me entiende, ni si comprende mi decisión de ponerme junto a ellos, fuera de la ley según su ministerio. No obstante, confío en su buena voluntad, y se lo explico, por si pudiera beneficiarnos.

Mi problema, señor Ministro, es el de muchos niños. Tal vez sus hijos sientan y piensen de igual manera que yo. Al fin y al cabo, usted está más tiempo ausente de su casa que papá de la nuestra; querrán tenerlo cerca y ser partícipes del cariño que cada padre prodiga a sus hijos. Similar sentimiento tendrán las esposas respecto de sus maridos, y me imagino que éstos padezcan análoga queja. Por todo ello, Usted, como hombre, padre de familia e hijo al mismo tiempo, se ha de sentir tocado por el fin que mueve a estos hombres a manifestarse en firme protesta, cuyo mayor deseo es ofrecer bienestar a sus respectivas familias. Para esto luchan y trabajan casi veinte horas empuñando un volante a la vez que son atormentados por el odioso runrún de esos motores. ¿Lo comprende ahora?

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(Cap. 7: Pág. 68 – Fragmento)

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Anda, que si fuera verdad lo de su día libre, ahora mismo me pondría enferma; pero… No va a ser verdad. Me ha dejado en la duda, porque ni él mismo lo sabe. Es una lástima. Con lo que me divertiría yo estando con él un día completo. Y sería mucho más feliz si vamos al campo y a mamá se le quita la tristeza del rostro y se le sonrojasen sus mejillas, que está muy pálida y ojerosa. Lo malo es que se necesita dinero para salir. Ahora todavía más, que los autobuses no marchan… ¡Toma! ¿Qué habrá pasado con todo el tinglado? Voy a poner oído a su conversación para…

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José Rivero Vivas

EL MAYOR DESEO DE LAURA

CHARLA

Librería El Escribidor, 1992

CONTRAPORTADA

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Los libros, que no salen pronto a la luz, crean su historia, y EL MAYOR DESEO DE LAURA, como otras obras que guardo en el ca­jón, tiene la suya.

La historia de esta novela se remonta varios años en el tiempo. No voy a decir cuántos para no revelar su secreto, que es suyo y con ella debe quedar. Es cosa del lector descubrirlo, que de cualquier modo habrán de ser menos y más de los supuestos.

Estuvo en diversos concursos, donde no salió distinguida en ningún concepto; ni siquiera me contestaron al reclamar las copias ni supe nunca quién fue el ganador en cada premio al que concurrió.

Hubo un momento que estuvo en un tris de ser publicada, en París, por alguien que fue director de un célebre Diario, en Chile, y dirigía entonces una revista de América Latina, hecha en Francia. Un día se le retiró la subvención al proyecto y acabó el dinero para continuar con la revista y sus publicaciones, perjudicada acaso por su sana costumbre de señalar lo que consideraba in­justo. Esto quedaba entreverado si el lance se limitaba al país de origen; pero se enquistaba cuando era asimismo esbozado en el de acogida. Así que, todo intento editorial se vino abajo.

Residía entonces en Madrid, y, causa familiar, me trajo a Canarias. Entretanto, la novela dormía en el cajón, o la gaveta, como otras cosas que me acompañan, cuando un amigo, el poeta Orlando Cova, vino a casa a verme. Hablamos un rato, sobre asuntos varios, pero fui, de pronto, sorprendido, ante su propuesta de presentar, sin titubeo, algo en el Concurso Literario Ciudad de La Laguna.

Busqué entre las obras y consideré su extensión, que casi se ajustaba a cuanto se estipulaba en este apartado de las bases. Como no tenia conmigo el original a máquina, cogí la copia de aquel proyecto –creo que estaba a 1’5 espacio-, deshice el encuadernado y de ahí salie­ron las fotocopias, que el propio Orlando llevó arriba, juntamente con las de JIMENA CUENTA DE NICASIO, lo que sin duda me dio suerte para obtener el premio de teatro por ella. Hubo su discusión y su misterio, y la novela quedó segunda, con la frase del jurado que destacaba su calidad literaria; nada más, pues ni siquiera se dijo en la prensa el nombre de su autor. Aunque es cosa que me había sucedido con otra novela, en distinto concurso y diferente fecha; por eso no era de extrañar.

Pasado el tiempo, y después de haber publicado el libro CUENTOS DE ALIENTO SANTACRUCERO, título que parece equivocar a muchos, por más o menos avisados. Cándido Hernández, director de Editorial Benchomo, me dijo de intentar otra publicación, que no fuera muy larga. Lo que me quedaba más corto, aparte alguna obra de teatro, era esta novela precisamente.

Me puse a pasarla a ordenador -en el Grupo Escolar de San Andrés, lo que agradezco a Justo Fernández, su director-, y la entregué a Cándido. Luego me olvidé de ella, hasta que otro amigo, el escritor-historiador Ricardo García Luis, me dijo que Benchomo sacaba una nueva colección en la que estaba yo incluido con una obra. Días después, en el Casino, me lo mostró un hermano mío, anunciado en el periódico; a la semana siguiente me trajo Cándido las pruebas.

Hasta aquí, su navegación, sin barco ni vela. Ahora comienza su nueva singladura.

*

Aunque escrita hace algunos años, su actualidad es manifies­ta: miremos, si no, la cantidad de encierros que se producen por motivo laboral y cómo la relación entre empleados y dirección de empresa va hundiéndose en escaso entendimiento por parte de sus protagonistas. El argumento es sin duda osado, y su intención revela a las claras la postura de su autor. Su tratamiento es, sin em­bargo, delicado, y aun tierno, dentro del realismo que parece transparentar a través de los cruzados diálogos que siguen y anteceden a la reflexión de la niña.

Su larga trayectoria pudiera considerarse poco agraciada. En lo sucesivo, una vez impresa y humildemente lanzada, puede que su fortuna cambie y llegue a ser conocida. De ello depende el nombre de su autor para que vaya dejando huella y pueda lograrse otros proyectos, de modo que salgan a la luz, en un futuro más o menos próximo, tantas obras como permanecen dormidas sin razón.

De Laura interesa, sobre todo, su dimensión social. El hombre se repite a lo largo de la existencia, y, aunque se pre­sume que la sociedad ha progresado mucho respecto a etapas anterio­res, podríamos considerar que continuamos anclados en tiempo de los egipcios, donde unas personas eran de origen divino y otras no tenían derecho a morir dignamente.

En el proceso de avance observamos que la sociedad va quedando escindida entre pudientes y no pudientes; es decir, ricos y pobres, lo demás es confusión. La situación recrudece y vuelve a estar de moda la reivindicación salarial, los encierros y otras formas de lucha, como queda recogido en las páginas de la novela.

Claro es que, en cuanto autor, me lleva primordialmente el sentido artístico de la escritura. Por lo cual, intento huir del panfleto, del rollo superficial y aun del barullo paridero o parturiento, para expresar el tema lo más literariamente posible, dentro de mi entender el significado literario, que no tiene por qué ser ni coincidir con el dictamen del profesor, del crítico o del lector habitual, que espera hallar parámetros y connotaciones con los más destacados autores del momento.

No sé qué pensarán de la novela quienes la hayan leído. Como la valía de su calidad literaria la dejamos a los expertos, convendría entrar en su análisis sociológico, de manera que veamos cuáles son los puntos, o los lugares comunes que pudieran existir.

Existe, no obstante, algo en ella, que me hace apreciarla tanto como ayer, en el momento de escribirla. Los niños de hoy tienen mucho más que Laura; pero les falta algo que ella posee: Su in­fancia, que les ha sido arrebatada imperdonablemente.

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CONTRAPORTADA

EL MAYOR DESEO DE LAURA

Novela

Obra: NC.09 (a.19)

En ordenador

Marzo de 2020

José Rivero Vivas

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José Rivero Vivas

EL MAYOR DESEO DE LAURA - Obra: NC.09 (a.19)

Segunda en Premios Ciudad de La Laguna 1984 –

Diseño Cubierta: Jesús López

-Novela -  (ISBN 84-85896) – Depósito Legal: TF.1606/92-

Editorial Benchomo, Islas Canarias. (Año 1992)

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Tenerife

Islas Canarias

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