jueves, 27 de febrero de 2014

DANZAS...



DANZAS...
DUNIA SÁNCHEZ


Danzas con el sabor de la espuma que se ensancha hasta tu vientre. Dices del tiempo que has vivido con la balada de los astros. Los miras en esta noche donde las nubes han ido a dormir, donde la lluvia se ha esfumado como estrategia para que tú seas himno del oleaje.  Y sientes que el océano te habla, que de sus fondos abisales salen palabras a tus inquietudes.
Ella: Y el fuego se calma. Y la lluvia se va. Y las nubes se evaporan. Ahora soy eco de una luna que con su refulgida imagen parece decirme baila, baila.
Océano:  Y el fuego se calma. Y la lluvia se va. Y las nubes se evaporan. Ahora eres mía. Estás en mi cuerpo. Y mi esencia te lleva a esa danza con las olas. Tu misma eres logro. Logro entre el equilibrio madre tierra y ser.
Ella:  Si danzar. Al son de las flautas del universo. Al son de este sereno oleaje que me llevaré lejos, muy lejos. Donde las rocas magmáticas escupen viejas leyendas de náufragos. Sí, veo aquel faro al cual una barca quería llegar como promesa de un amor, de una esperanza pero se vio absorbida por el rugir de una marea. Cuando alcanzó la roca-lisa, aterciopelada- su ser se incorporó en el mundo de la libertad. Ja. Eso creía. Muerte de sus sueños. Muerte de su amor.
Océano: Este mundo es injusto. El desequilibrio es arma que extermina a los inocentes. Hambre. Hambre de mareas que los llevarán a la deriva cuando sus carnes corroídas son fuerza vaga.  Danza. Danza mujer. Olvida los náufragos. Aquí duermen entre caracolas y algas con la sombra de sus recuerdos mecidos por las mareas.  El viento sur los llevará hasta la garganta del insolidario y aprisionara sus sienes hasta morder su conciencia.
Ella: Sí, danzar.  Sobre esta arena húmeda en recuerdo de los idos, en compasión de los que vienen.  Una mezcla de pena y angustia viene ahora sobre mí y los violines del viento rasguean mi pecho.  Pero he de ser fuerte. Sí, afrontar la realidad de este mundo subterránea que aun no ha brotado.
Océano: Y el fuego se calma. Y la lluvia se va. Y las nubes se evaporan.  Ya se engendrará una humanidad paralela, justa, benevolente cuando las almas oscuras segreguen toda su malignidad y tú y yo seamos iguales. Hijos de un mismo planeta.

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