miércoles, 23 de enero de 2013

HOMBRES DE HIERRO QUE NO ESCUCHAN LA VOZ.


HOMBRES DE HIERRO QUE NO ESCUCHAN LA VOZ.
Graciliana Montelongo
 Amador.

Un año nuevo comienza y a duras penas la gente puede hacer frente a este momento que nos han obligado a vivir. La crisis no es solo material. Nos enfrentamos a una crisis de valores, que por desgracia, no se arregla ni con todo el dinero del mundo. Y esto, sí, es un problema. Porque dentro de unos años  los niños  serán los adultos que  gobernarán. Serán  los adultos que administrarán  nuestras vidas, sus vidas. ¿Con qué ejemplo de los que han recibido se quedarán?  Si nos paramos a pensar, muchos optarán por la manera más fácil: La de ser  unos sinvergüenzas, ladrones y egoístas. Y  los otros (esperemos que sean más) los que opten por amar la tierra, por amar al hombre, por  amar la libertad.  Estos serán personas con una sabiduría superior,  donde el enriquecerse a costa de los más débiles, no entrará en su proyecto de vida. Aunque no lo creamos, todavía estamos a tiempo de cambiar las cosas. En nosotros mismos, está ahora, la solución. Cada uno que actúe en conciencia. Mientras,  seguimos aguantando el dolor,  seguimos  gobernados por:

 Hombres de hierro que no escuchan la voz.
Hombres de hierro que no escuchan el grito.
 Hombres de hierro que no escuchan el llanto.
Así  lo cantó hace  exactamente  40 años  y lo sigue  entonando  Raúl Alberto  Antonio Gieco.  Cantautor argentino, más conocido como León Gieco. En el año 1973 lanza esta canción  protesta,  debido a la situación amarga, que atravesaba su país en esos momentos. Una situación que atravesamos nosotros ahora, en nuestro país, en nuestra tierra canaria. En la canción también se  pide a los muchachos que suelten sus pensamientos al viento, que ellos son la esperanza y la voz que vendrá…
 Esperemos,  con esperanza, en que nuestros jóvenes, sepan entender. Que sepan separar en su momento, la paja, del trigo. Que sepan,  lo que  en realidad,  hace al hombre  más feliz.       


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