LA MUJER DE OJOS VERDES...
DUNIA
SANCHEZ
Buenos días, dijo
la mujer de ojos verdes al invierno cuando en el alba una llovizna liviana
empapaba su traje. Buenos días, dijo el día a la mujer de ojos verdes cuando la
débil lluvia se difuminaba en la nada. Buenos días, dijo la mujer de ojos
verdes cuando calada por el frío comenzaba una danza con el brío de un sol que
venia…que venía a secar las lágrimas de la tierra. Buenos días, dijo el sol a
la mujer de ojos verdes en sus pasos insonoros ante una urbe muerta por el
agotamiento. Buenos días, dijo el día con todo su temperamento a la mujer de
ojos verdes, una mujer de ojos verdes que no se detenía en su danza con los
primeros rayos de ese maestro de la calidez que en sus carnes ahora penetraba.
Buenos días, dijo la mujer de ojos verdes al oleaje apresurado por un mar de
fondo donde las caracolas cantaban a las ballenas apagadas de un mes de marzo.
Buenos días, dijeron las olas a la mujer de ojos verdes cuando se encontraron
en la desnudez de sus vientres. Buenos días y el oleaje expulso a la mujer de ojos
verdes de la derrota, de la pena, de la prisión de su vida. Buenos días, dijo
la mujer de ojos verdes en una nota cantarina mientras danzaba al son de los
filigranas solares en donde se observaba la belleza de cada uno de sus
movimientos. Movimientos repetitivos, en espiral como las gaviotas en su vuelo
en el horizonte. Y la mujer de ojos verdes regresó bajo su techo. Y la mujer de
ojos verdes se sentó. Y la mujer de ojos verdes se quitó la ropa. Y la mujer de
ojos verdes se tomó un café. Y la mujer de ojos verdes se adormeció en el
tintineo de la jornada. Y la mujer de ojos verdes soñó. Buenos días , le dijo
el sueño a la mujer de ojos verdes. Y la esperanza la sonrió, le dio un respiro
por un día más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario