Y LA JORNADA....
DUNIA SANCHEz
Y la
jornada vencida besa una noche sin luna. Un perro anda suelto, perdido en la
inmensidad de un firmamento donde cenizas nubes dicen de lo terrible, de los
sentidos estremecidos bajo un volcán en el océano del silencio. Vencidos nos
volvemos de espalda, ojos torturados ante lo desolado de las guerras, del
hambre. Parece que todo ha acabado pero los raíces germinan la pesadez de
siempre lo mismo. Y la jornada vencida besa una noche sin luna. Un perro cruza
ante mi sombra, asustado, en busca de su techo. Deambula desorientado en medio
de luces y oscuridad. Y la jornada
vencida de una noche sin luna es vencida por lo inagotable desafuero de la
humanidad. No callo, converso con las murallas de lo prohibido. Una luna que
sangra. Una luna que pena. Una luna que es temblor. Y me retraigo y observo y escucho. Nada es
confuso. Un perro anda suelto, en busca de su compañero , de su compañera, de
su cobijo. Y la desgana me hace presión. Y la impotencia remuerde mi estómago.
Y me dirán solo es un perro. Un perro canelo asustado al encuentro de su
salvación. Todo buscamos la salvación y la jornada vencida por la luna me
cuenta de esta guerra inútil, de esta lucha de poderes descompuesta Y, ¿
mañana? Qué será...qué será. Aquí, ahora, un perro anda suelto. Es de vital importancia
que halle la calma, su casa.
Sencillamente todo se va, subo la guagua y soy travesía de una extensa
carretera y la jornada sigue vencida besada por una noche sin luna. Observo
cada persona, cada parada, cada entrada, cada salida y busco los ojos donde
aniden los míos. El perro que anda suelto ya no está en visión, ya no está en
mi memoria. Mis pensamientos me llevan a buen final. Y esta guerra muda tal vez
se aleje, vencida de que los pájaros aun cantan.
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